Pilar González de Frutos (Unespa)

"No creo que vaya a haber acuerdo de pensiones. Las líneas están marcadas"

Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, descarta un acuerdo en pensiones
Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, descarta un acuerdo en pensiones
José González

Pilar González de Frutos da por perdida la negociación entre el Gobierno y los agentes sociales sobre la segunda pata de la reforma de las pensiones, la que debería dar luz verde de aquí a final de año al aumento progresivo hasta los 30 años del periodo de cómputo para calcularlas o abordar las lagunas de cotización, entre otras medidas. "No creo que vaya a ser posible el acuerdo. Las líneas están marcadas", apunta la presidenta de Unespa, en una entrevista concedida a 'La Información' en la sede de la patronal de la industria aseguradora. 

En un tono sereno, pero muy crítico con las decisiones recientes que se han ido adoptando en este ámbito y con las que se proyectan para que entren en vigor el próximo 1 de enero, González de Frutos lamenta que el planteamiento del que parten sea generar más presión sobre el empleo. "Hace poco tiempo hemos visto el cambio de la tasa de sostenibilidad por un Mecanismo de Equidad Intergeneracional que se trasladó en un incremento de cotizaciones directo. Ahora parece que vamos a seguir insistiendo en ello", precisa. 

Tampoco le convence el modo en que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha decidido abordar la revisión del sistema de pensiones. Desde su punto de vista, la decisión estratégica de fraccionar la reforma y el modo en que se está poniendo en práctica la discusión con los agentes sociales y económicos parece "claramente mejorable" a la vista de las informaciones que se publican. "Todas las partes en esa negociación se quejan de que hay poco soporte documental de las propuestas y de que cuando existe no hay demasiadas evidencias de los impactos que pueden llegar a tener", apunta.

Ante un tema tan complejo como este y, siendo consciente de que es más fácil obtener los acuerdos necesarios -políticos y sociales- cuando se habla de derechos que al hacerlo de "obligaciones", Pilar González de Frutos critica que el Ejecutivo esté poniendo ahora sobre la mesa planteamientos que no se habrían abordado en las negociaciones previas del Pacto de Toledo ni aparecen en sus conclusiones, cuando estas sí fueron aprobadas por una mayoría aplastante. 

"Salir con esa posición política en el marco del Parlamento y del Gobierno y decirles hoy a los agentes sociales que son ellos los que tienen que decidir quién tiene que asumir el coste (de las medidas), sin que exista evidencia de qué apoyo político tiene esa propuesta, hace que la negociación sea muy difícil y el acuerdo prácticamente inalcanzable. Imposible", sentencia. 

Desde su punto de vista, decisiones individuales que se han tomado en el ámbito del Gobierno hacen recaer todo el peso de la reforma en la fiscalidad del empleo. "Las cotizaciones sociales no dejan de ser un impuesto al empleo" y las últimas informaciones apuntan a que la propuesta del Gobierno sigue insistiendo en agravar esa fiscalidad "de una manera un tanto opaca" y "rompiendo algunas características constantes" en el ámbito de las pensiones públicas, como su contributividad.

Siempre hemos tomado en consideración toda la contribución que se venía haciendo por parte del trabajador en nombre propio o de la empresa para calcular su pensión. Hoy ya no lo tenemos, pero es que de futuro va a ser mucho peor. Parece que la propuesta del Gobierno es que las bases de cotización van a crecer en torno a un 34%, mientras que las pensiones máximas un 3%. Muy contributivo ya no va a ser el sistema. Cada vez lo va a ser menos. No digo que esté bien ni mal. Digo que estamos cambiando las características del modelo sin transparencia hacia los ciudadanos, a los que no se lo estamos contando abiertamente. De esto nada parece que se hubiera hablado de estos términos cuando nuestros representantes políticos pactaron las conclusiones del Pacto de Toledo. Tenemos un déficit que en algún momento deberíamos superar, como lo han hecho los países de nuestro entorno.

Todas las reformas de pensiones que ha habido en Dinamarca, en Suecia, en Holanda... todas han sido difíciles, han requerido de un largo tiempo de negociación... pero en todos ha habido un esfuerzo de transparencia que creo que en este país es necesario. Todavía tenemos que contarle a la población con mayor claridad cuál es la situación, cuáles las consecuencias según la decisión que tomemos.

El cálculo que ha hecho Fedea de todas esas propuestas del Gobierno es que contribuyen muy escasamente a la sostenibilidad del sistema, pero por el contrario generan todas estas consecuencias que son indeseables. Crear un impuesto opaco, pero impuesto porque no generas pensión. El hecho de que se eleve el periodo de cómputo de 25 a 30 años, pero excluyendo los dos peores tampoco va a contribuir en una gran mejora a la reducción de las pensiones para el futuro. No sé si no estamos otra vez asistiendo a esos ejercicios que por poca eficacia terminan conduciendo a la melancolía y, mientras tanto, a los ciudadanos probablemente no les hemos contado de forma que lo puedan entender todo lo que esto implica.

Descarta acuerdo. Otra vez por Real Decreto Ley?

El Gobierno sabrá si tiene mayorías suficientes como para poder convalidar esa decisión y, naturalmente, los ciudadanos tendremos que tomarlo en consideración a la hora de poder decidir. 

Pensiones. Desarrollar buen sistema de previsión. Papel aseguradoras?

Las aseguradoras tienen que ser gestoras de la previsión social complementaria. El modelo de los tres pilares, no me lo estoy inventando yo, es el modelo recomendado por todas las autoridades financieras internacionales.

La primera pata, de reparto, gestionada por Seguridad Social, y dos patas complementarias a esta primera, de capitalización, y además de complementarias a la primera lo son entre sí, no alternativas.

Este modelo es el aspiracional, es el recomendado por todas las instituciones europeas y que nuestro país no ha llegado a explotarlo “con todas sus capacidades”.

Nuestra legitimidad está en los dos segundos ámbitos, en los de la capitalización, y no tanto en los de reparto, en que la legitimidad se la otorgamos los ciudadanos al Gobierno de turno, al Parlamento de turno. Pero como ciudadanos sí debemos pedir que ese gran pilar del que procede muchísima solidaridad intergeneracional “tiene que ser sostenible”. No se trata solo de que los ingresos de cada año den para pagar las pensiones de cada año. No, yo no hablo de un criterio de caja, estoy hablando de que no generemos en ese sistema una deuda que estamos trasladando a próximas generaciones. A muchos que hoy no votan”. Conseguir que ese primer pilar sea sostenible hoy y lo sea dentro de decenas de años.

En el segundo pilar, el colectivo, es donde tenemos mayor déficit en relación al resto de países de la OCDE y donde las medidas adoptadas por este Gobierno para su desarrollo son “insuficientes”.

El tercero hay que desarrollarlo. Es un error pensar que lo que estaba en el tercero va a pasar al segundo. No son alternativos, son complementarios entre sí.

Aportaciones planes individuales se han reducido muchísimo. ¿Cómo afectarles la apuesta Gobierno y solo inicio problema?

La justificación que desde el Gobierno se ha dado a la decisión de reducir los límites de 8mil a 2mil y después a 2.500 ha sido que como teníamos mucho más en el tercer pilar que en el segundo, vamos a cortar las posibilidades de crecimiento del tercero para que ese volumen de ahorro se traslade al segundo. Es un error. Hay muchos ahorradores que estamos en el tercer pilar que no vamos a poder ir al segundo, porque nuestras empresas no tienen establecido un sistema, porque no trabajamos o porque nuestras capacidades no están en relación con esa estructura del segundo pilar.

Hemos machacado un tercer pilar que no era muy boyante, pero que tenía un nivel de ahorro nos ha permitido ayudar a muchas familias en momentos de necesidad inmediata. Ahí teníamos ese ahorro que nos podría servir para el futuro. Hoy ya no lo tenemos porque hemos decidido bajar a 1.500.

1500 euros de ahorro anual para una persona que tiene 30 años y que va a estar otros 30 ahorrando a ese ritmo, le va a dar para un complemento de pensión de 100 y pico o 200 euros en el futuro, dentro de 30 años. Mientras tanto hemos pasado una época en la que había ejecuciones hipotecarias y había muchas familias se libraron de eso gracias a los ahorros que tenían para el plan de pensiones, que es un supuesto de liquidez del que hemos podido tirar porque lo teníamos. De aquí al futuro será difícil poder tirar de ello si no lo hemos creado.

Impacto fiscal: es verdad que si hoy bajamos el nivel de aportaciones de 8.000 a 1.500 le hemos ahorrado al IRPF, desde la óptica del Ministerio de Hacienda, un cierto impacto. Pero eso es hoy, porque los planes de pensiones, los sistemas de previsión complementaria, no tienen ventaja fiscal, sino un mero diferimiento fiscal. Hoy Hacienda ya está cobrando el impuesto sobre la renta de personas físicas de todas aquellas cantidades de los planes y sistemas de previsión social complementaria que se están haciendo líquidos, de todas las cantidades que ya se están. Que netean lo que Hacienda dejó de recaudar en el momento que el ahorrador puso dinero en su sistema de previsión complementaria.

Desde la óptica de Hacienda es atractivo decir “hoy me ahorro el impacto que supone dejar los 8.000 frente a los 1.500 y cuando eso tenga después impacto en la recaudación será dentro de muchos años y probablemente la responsabilidad de la cuenta pública ya no va a ser mía. Cosa que también me parece que es un error. Es innegable que el ahorro a largo plazo necesita de un cierto impulso público, porque si no el comportamiento lógico de cualquier generador de renta es consumir. Renunciar al consumo necesita un incentivo.

Si nos quedamos como estamos, es evidente que el tercer pilar va a tener mayor flujo de salida que de aportaciones, con lo que tenderá a reducirse progresivamente con independencia de que haya o no haya más rebajas –espero que no- en su tratamiento fiscal.

Si esto se hacía para que pudiese mejorar el segundo pilar, sobre todo con el modelo de planes de empleo definidos en esta ley, la verdad es que no están disponibles, no están terminados los reglamentos, no se han tomado aún las decisiones necesarias para la puesta en marcha efectiva de esos planes de empleo simplificados. El único colectivo que puede tener algún atractivo en este momento son los autónomos, pero claro, en comparación con la situación que tienen el resto de ahorradores. Desde luego ninguno en relación a la que tenían antes de la norma.

Los planes de empleo simplificados no están disponibles ahora ni lo van a poder estar en un futuro inmediato. Como está vinculada su creación a acuerdos de negociación colectiva, vamos a necesitar, primero que, por cada sector de la economía, se abra la negociación colectiva, cosa que no se va a hacer solo por esta razón. Si está abierta, se incluirá en la discusión. No sé si en el acuerdo. Si no está abierta, no se va a abrir por esto y habrá que acabe la vigencia de los convenios colectivos que estén en vigor. Después, se puede incluir en el debate, pero no sé si se va a acordar porque supone una nueva tensión por la contraposición de intereses. No es tan fácil establecer quién va a financiar el sistema de pensión de empleo colectivo. Los trabajadores querrán que, además de la revisión de su salario haya una aportación adicional. Y los empresarios querrán que de la revisión salarial un trozo vaya a salario inmediato y otro a diferido a través del sistema de pensiones. Lo que llevas al sistema de pensiones no consolida en las tablas salariales, por lo que dependerá de futura negociación que se revisen o no.

La ley obliga a hablar de ello, pero no a acordar. En el mejor de los casos, si se ha acordado, hay que ver cómo se despliega en el tiempo. Yo tengo experiencia de cómo fue en el sector asegurador y hubo que irlo encajando cada año en las cuentas de las empresas.

Creo que es muy optimista pensar, como hace el Gobierno en sus previsiones, que en un plazo de cinco años vamos a tener un montón de millones ahí reunidos. Ojalá me equivoque.

RETROCESO?

Se ha producido un retroceso con las decisiones políticas que se han adoptado. Conduce a un retroceso el error cometido al establecer que para desarrollar el segundo pilar era necesario perjudicar el tercero. Es un error clarísimo.

La ley de creación de los sistemas de empleo simplificados puede ser inocua, pero no era esa la voluntad del Gobierno, que quería desarrollar los sistemas de empleo. Creo que no va a contribuir a ese desarrollo porque los incentivos para las partes involucradas en la negociación colectiva han sido muy pequeños. Se han recuperado ciertas medidas de impulso que ya tuvimos, pero solo en parte. Si ya las tuvimos con mejor tratamiento que el que hoy se establece en la ley y no tuvieron efecto, no sé cuál van a tener ahora.

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