Podcast | Ómicron, consumo y turismo dejan en papel mojado las previsiones

En poco más de dos meses las perspectivas para la economía española que elaboran organismos internacionales y los principales servicios de estudios del país han empeorado de forma notable. Cuando empezaba a escampar y los primeros rayos de sol se colaban entre las nubes –cuando España se colocaba aparentemente entre los países que iban a liderar la salida de la crisis- el cielo ha vuelto a encapotarse con el atasco de los fondos europeos, una demanda interna menos dinámica de lo previsto –sobre todo en lo que tiene que ver con el consumo de los hogares-, con una llegada de turistas extranjeros que sigue produciéndose con cuentagotas y con la incertidumbre que genera la nueva variante Ómicron de Covid-19 (pese a que sus efectos aún no pueden cuantificarse).

Las previsiones se alejan cada vez más del cuadro macroeconómico que ha servido de base para los presupuestos del año que viene, y que se convertiría así en papel mojado de confirmarse este escenario. La OCDE, el club que engloba a los países más desarrollados, es la que asesta el golpe definitivo a las previsiones del Gobierno, la que se aleja más de los supuestos oficiales. La organización ha rebajado al 4,5% su cálculo para el PIB este año, dos puntos por debajo de lo estimado por el Ejecutivo. Llama la atención que hace menos de tres meses contemplaba que un avance del 6,8%. 

El cálculo de la OCDE se asemeja mucho al elaborado por Bruselas (estima un avance del 4,6% este año) y queda muy por debajo de las previsiones del Banco de España, que se revisaron por última vez en septiembre, en concreto hasta el 6,3%. El Gobernador, Pablo Hernández de Cos, ha dejado claro que habrá también rebaja de previsiones por su parte y desde el Senado explicaba cómo tardaremos más en recuperar los niveles de actividad previos a la pandemia que otros países de nuestro entorno. Entre las causas de esta situación, María Jesús Fernández, analista de Funcas, destaca dos en ‘La Información’: un consumo y una inversión en construcción de vivienda más débiles de lo que se esperaba.