¿Pueden convivir una tasa de paro relativamente elevada y la falta de mano de obra en el mismo espacio-tiempo? La crisis provocada por la Covid-19 ha generado esta aparente contradicción... La maquinaria de las grandes economías no estaba preparada para una recuperación tan explosiva como la que ha seguido a la reapertura de los confinamientos y se ha topado de bruces con cuellos de botella cada vez más estrechos en toda la cadena de suministro. De norte a Sur. De Este a Oeste. De los semiconductores a las materias primas.
En la industria, en el sector del transporte, en el campo, en la construcción... Sucede Estados Unidos, les sucede a nuestros vecinos europeos y está pasando en España. Las empresas no encuentran la mano de obra que necesitan, trabajadores cualificados para tareas cuya demanda va en aumento y seguirá haciéndolo en un futuro al calor de los 140.000 millones de euros de los fondos de recuperación Next Generation a los que opta el país (de esa cantidad 69.500 millones se recibirán a fondo perdido solo en los próximos cinco años).
Este desajuste entre la oferta y la demanda a nivel global trae de cabeza a los banqueros centrales. "Cuánto tiempo tardarán en resolverse esos cuellos de botella ... es uno de los interrogantes", aseguraba recientemente Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, en un acto organizado por el emisor en el que su homólogo en la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, reconocía que "también es frustrante ver que los cuellos de botella y los problemas de la cadena de suministro no mejoran; de hecho, aparentemente empeoran". Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas nos ayuda a explicar los motivos de este fenómeno.
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