Por qué estos jóvenes usan 10 tarjetas de crédito para rentabilizar su dinero

Las tarjetas de crédito se miran con respeto ya que, para muchos usuarios, son sinónimo de préstamos, créditos y dinero que tarde o temprano debe devolverse. De no gestionarse correctamente, pueden conllevar a deudas por encima de nuestra capacidad financiera, creando un serio problema. Sin embargo, de estas bien utilizadas y gestionadas, pueden representar una gran ventaja que nos haga ahorrar o incluso ganar dinero o servicios. 

Es el caso de varios jóvenes de diferentes partes del mundo que llegan a tener hasta más de 20 tarjetas de crédito distintas. Nick Ewen, por ejemplo, utiliza 21 tarjetas de este tipo y calcula que, al final de año, obtiene unos beneficios 10.000 dólares bien sea en millas de viaje o descuentos. 

Sara DeSantis, por otro lado, es propietaria de 19 tarjetas de crédito. Su táctica es la de obtener una tarjeta si va a hacer una compra de alto valor económico. Explica que, por ejemplo, al comprar un Iphone por 1.000 dólares, con una nueva tarjeta de crédito le acaban devolviendo 200 dólares. 

En lo que se refiere a recibir cashback a través de la tarjeta o puntos, millas y bonus, Rocky Trifari es experto. Este blogger de viajes utiliza hasta 10 tarjetas de crédito distintas que le permite obtener diferente rentabilidad dependiendo del país que visite en cada momento. 

Con precaución

El uso de diferentes tarjetas de crédito tiene asociados descuentos, millas para usar en diferentes compañías aéreas o incluso la devolución de un cierto porcentaje del dinero pagado. Pero, además, también ofrecen otro tipo de servicios muy interesantes de sopesar. Ciertas tarjetas van acompañadas de un seguro de viajes internacional si se pagan los billetes con ellas y, además, permiten acceso a zonas limitadas como los lounges de los aeropuertos de manera gratuita. También amplían la garantía de ciertos productos como dispositivos electrónicos o permiten acumular puntos para gastar en diferentes compras. 

Sin embargo, no hay que lanzarse a la obtención de tarjetas de créditos sin antes echar un vistazo a nuestra salud financiera. Desde BBVA, por ejemplo, aconsejan que haya una gestión y control de los gastos y los pagos realizados con las tarjetas para saber cuándo nos descontarán la cantidad abonada. Igualmente, se recomienda que el pago de estos créditos nunca superen el 30% de los ingresos brutos que se reciben mensualmente, ya que de superar esta porcentaje se entraría en riesgo de contraer deudas.