Noruega 'se ahoga' de éxito 

Francia, Portugal... ¿por qué duplican las ventas de coches eléctricos de España?

Estos son los enigmas fiscales que impulsan la penetración de estos vehículos en el resto de Europa y los riesgos que corren aquellos países que han puesto en marcha programas agresivos de bonificaciones a la compra.

Salón del Automóvil de París
Francia, Portugal... ¿por qué duplican las ventas de coches eléctricos de España?
Salón del Automóvil de París

Sólo hace falta darse una vuelta por las carreteras de Europa para darse cuenta de que España va muy rezagada en la carrera por implementar el coche eléctrico como el sustituto ecológico del automóvil tradicional. Los datos de este último año también lo constatan. A medida que Portugal ya ha completado un 30% de la electrificación de sus ventas, Francia un 25%, o Alemania un 24%… en España la cuota de mercado de vehículos electrificados (eléctricos e híbridos enchufables) no supera todavía el 12%.

La legislación de la Unión Europea, recogida en su plan 'Fit for 55', traza la senda para reducir un 55% las emisiones de todos los coches vendidos en 2030 y un 100% cinco años después, cuando ya no se podrán comercializar vehículos propulsados con motores de combustión, a excepción de aquellos que utilicen combustibles sintéticos. En aras de cumplir los ambiciosos objetivos climáticos de la UE, los gobiernos europeos recurren a la palanca fiscal para dar un impulso a su penetración sobre el parque automovilístico y, en su mayoría, tratan de paliar la evidente brecha en el precio con respecto a los coches de combustión.

Portugal dirige el apoyo a las empresas

Pero en esta carrera cada país elige su camino a seguir y en función de cada gobierno, las subvenciones pueden variar mucho. Si se hace un repaso de las ventajas fiscales que se ofrecen fuera de las fronteras españolas sería delito no empezar por Portugal. A pesar de tener una renta per cápita un 20% más baja que España, el país luso se aproxima a triplicar las ventas de modelos electrificados de España. Desde la industria, a través de la patronal de los fabricantes Anfac, se ha explicado en varias ocasiones que esta paradoja se da por los incentivos fiscales que, a diferencia de España, se ofrecen a las empresas para renovar sus flotas de turismos y furgonetas por unas más limpias.

El punto fuerte de la receta de los vecinos ibéricos no se centra en las subvenciones, sino en dejar de gravar la compra de esta clase de vehículos. Sus compradores están exentos de pagar el impuesto de matriculación y pueden desgravar el IVA en su declaración de la Renta, lo cual facilita su retorno económico. Además, disponen de un proceso burocrático más ágil y todas estas bonificaciones son percibidas mucho más rápido por los consumidores portugueses, sin ocasionar problema alguno con el papeleo.

Francia protege a sus fabricantes

Distinta es la apuesta orquestada desde el Gobierno de Macron para impulsar la adopción de vehículos eléctricos. El Ejecutivo galo ha moldeado su política para defender la producción de vehículos 'made in Europe', dando preferencia a los fabricantes europeos sobre los chinos. El criterio, en vigor desde el 15 de diciembre, se enfoca en estándares más estrictos relacionados con las emisiones de CO2 durante la fabricación, que afectan considerablemente a los vehículos fabricados en suelo chino. De esta forma, aproximadamente el 65% del mercado francés es elegible para recibir ayudas de su gobierno.

En términos de ayuda, según los datos aportados por la patronal de los concesionarios, Faconauto, Francia ofrece un incentivo ecológico de 5.000 a 7.000 euros para los ciudadanos que compren un coche eléctrico tasado por debajo de 47.000 euros, así como un programa de apoyo financiero para las rentas más bajas -hogares con ingresos inferiores a los 15.400 euros- que opten por su alquiler. Este último, en vigor desde la entrada de 2024, ofrece a aquellos que se suscriban subsidios mensuales de entre 100 y 150 euros durante tres años, y cuando concluya el plazo de arrendamiento, otorga la posibilidad de adquirir el automóvil, descontando el precio final de la cantidad ya abonada durante el alquiler.

El coche eléctrico se ahoga de éxito en Noruega

El oasis del coche eléctrico en Europa se encuentra en Noruega. El ritmo de ventas de los coches electrificados en el país nórdico avanza una década por delante del resto y ya comprende prácticamente la totalidad del parque. Más del 80% corresponden sólo a eléctricos y sólo Tesla acapara un 30% de cuota. Esto es el resultado del popular apoyo fiscal que recibe esta tecnología en Noruega, por el cual sus compradores están exentos de pagar IVA (25%) e impuestos de matriculaciones y medioambientales.

Pero no es oro todo lo que reluce. Las autoridades noruegas afrontan ahora un problema fiscal sin precedentes: la recaudación de impuestos ha bajado sustancialmente por culpa del coche eléctrico. Su gobierno estima en 19.200 millones de coronas noruegas (1.700 millones de euros al cambio actual) el agujero que provoca en las arcas públicas el crecimiento incesante de estos vehículos y se ha visto obligado a dar marcha atrás.

Con el fin de recuperar lo perdido, los propietarios de coches eléctricos deberán asumir ahora un impuesto al peso, de manera que contribuirán con 12,5 coronas (1,10 euros) por cada kilogramo excedido desde los 500. Para entender esta magnitud, si tomamos como referencia el precio medio de un coche eléctrico -2.000 kilogramos- el conductor asumirá un gasto extra de 1.650 euros.

La industria pide una reacción al Gobierno

El automóvil español tiene en estos países un modelo a seguir (o no) para dirigir su estrategia para impulsar unas ventas que se sitúan en el vagón de cola de la UE. El sector coincide en la necesidad de poner en marcha nuevas medidas fiscales, remodelar el actual Moves III y rejuvenecer el parque como la piedra angular en la que debe basar el nuevo Gobierno su hoja de ruta para animar al ciudadano a dar el salto al coche del futuro.

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