Rosell abre otro cisma en CEOE al apostar por gigantes empresariales en la directiva

  • Los actuales estatutos de la patronal reservan la representación en los órganos directivos a las organizaciones empresariales confederadas en CEOE
Juan Rosell e Isidro Fainé
Juan Rosell e Isidro Fainé

Cuando encara ya la recta final de su segundo mandato el presidente de CEOE, Juan Rosell, ha decidido volver a poner sobre la mesa el que ha sido uno de los principales caballos de batalla de su gestión interna al frente de la principal organización empresarial española: la apertura de las estructuras de la patronal a la presencia de las principales empresas del país

Según confirman diversas fuentes presentes en la última reunión de la Junta Directiva de CEOE, Juan Rosell aprovechó el cónclave para reabrir el debate sobre la oportunidad de dar acceso a los órganos directivos de la organización - Comité Ejecutivo, Junta Directiva y Asamblea General -  a representantes de las empresas asociadas a la organización y no sólo a los de las organizaciones empresariales, como sucede en la actualidad por mandato estatutario.

No es la primera vez que lo plantea. Durante las negociaciones previas a la aprobación de los nuevos Estatutos de CEOE, en el año 2014, Rosell ya maniobró para intentar regular la entrada en los órganos de gestión de la organización empresarial de las empresas y desactivar así el desafío que para la posición de la patronal suponía en aquel momento la existencia del Consejo Empresarial de la Competitividad, impulsado por el entonces presidente de Teléfonica, César Alierta, y en el que militaban 15 grandes corporaciones españolas y lo más granado de las empresas familiares del país.

El rechazo mayoritario de las organizaciones territoriales y sectoriales impidió a Rosell cumplir con su propósito, aunque sí pudo meter una primera cuña en esa dirección en los estatutos habilitando la posibilidad de que las empresas afiliadas a alguna de las organizaciones miembro pudieran adscribirse a CEOE  "con voz pero sin voto" y estableciendo un canal para invitar a los órganos directivos de la organización a empresarios de reconocido prestigio, mecanismo del que tres años después aún no se ha hecho uso.

En este periodo, 120 empresas se han dado de alta en CEOE, la última de ellas Seat, que lo hizo la semana pasada. La nómina es impresionante: Santander, Telefónica, Google, Iberia, Merlin Properties, Mercadona, Repsol, Grupo Eulen...Auténticos gigantes empresariales que, aún pagando religiosamente su cuota, no tienen representación formal ni entre las 50 vocalías que conforman el Comité Ejecutivo, ni entre los 250 representantes de la Junta Directiva, cuya titularidad corresponde a las organizaciones territoriales y sectoriales. 

Muchas de éstas continúan rechazando de plano la presencia de empresas particulares en los órganos de dirección de CEOE, bajo el argumento de que sus intereses ya son defendidos desde las organizaciones de sector. Pero empieza a abrirse paso una corriente de opinión que ve inevitable dar este paso. "Se trata de asociados que pagan sus cuotas y a los que tarde o temprano habrá que dar un espacio de representatividad en la organización", admite un responsable de una organización sectorial. "Lo que no parece es que sea éste el momento más adecuado para un cambio estatutario, con unas elecciones a poco más de un año vista".

¿Hacia una nueva reforma interna en CEOE?

Y es que este factor: la cercanía (relativa) de las próximas elecciones en CEOE es el escenario a partir del que muchos están analizando la propuesta de Rosell. Sobre todo porque el asunto de la eventual representación de las empresas en los órganos de dirección de CEOE es solo uno de los temas de régimen interno que Rosell puso sobre la mesa en la última Junta Directiva. También trasladó a los asociados el resultado de un informe interno que revisaba la actual representatividad interna de las diferentes organizaciones a la luz de un nuevo criterio: el peso de los diferentes sectores y territorios en el PIB.

Fuentes de CEOE atribuyen la realización del informe a un simple ejercicio de análisis para trasladar a los asociados una foto actualizada de la representatividad interna en la organización. De la real (la actual) y de la que resultaría de la aplicación de un criterio objetivo (el peso sobre el PIB de cada sector o territorio). "Se ha realizado un ejercicio de análisis,  si las organizaciones quieren avanzar en el mismo y existe una demanda para ello pues se tratará, si procede, en Junta Directiva y se adoptará la decisión que se determine", señalan desde la organización empresarial.

Los responsables de organizaciones sectoriales y territoriales consultados por lainformacion.com tienen otro punto de vista sobre el asunto, y no precisamente positivo. "Muchos no entendemos que se haya realizado este ejercicio a espaldas de las organizaciones, sin consultar el criterio utilizado, que no es irrelevante, y a poco más de un año de las próximas elecciones. Si la idea es plantear un cambio en los Estatutos, va a haber problemas porque no es el momento", asegura uno de los miembros de la Junta Directiva consultados. Desde CEOE niegan rotundamente que la reforma de los Estatutos esté sobre la mesa.

En el escenario actual, la representatividad de las organizaciones territoriales y sectoriales en los órganos de dirección de CEOE depende sobre todo de las cuotas abonadas - las organizaciones pagan por vocalía ocupada- y de una suerte de 'mecanismo de ajuste político', que sobrerrepresenta a algunas organizaciones estratégicas e infrarrepresenta a otras menos relevantes. Los empresarios consultados coinciden en rechazar el peso del PIB como único criterio para calcular la representatividad interna de las organizaciones y subrayan que cualquier cambio en el cálculo de esta representatividad interna deberá ser debatido y aprobado por los órganos de dirección.

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