Desde el bovino a la res de lidia

La ruina del 'otro campo': precios por los suelos y sin clientes en el sector ganadero

  • Los bares cerrados y las exportaciones paradas no compensan el alza del consumo familiar en un sector que trabaja sin lograr vender su producto.
Agricultura y Ganadería autoriza el pago de 16 millones de euros al sector vacuno de carne
Agricultura y Ganadería autoriza el pago de 16 millones de euros al sector vacuno de carne

"En estos dos meses no he vendido ni una vaca ni un ternero ni un potro. Es la ruina total". (Marta García, ganadera de vacuno y equino de Cantabria). "Para esta época, solo en festejos populares y capeas anuladas, ya he perdido más de 20.000 euros, que aumentarán a 60.000 a finales de junio. De los más de 400 animales que tenemos tendremos que mandar al matadero más de 100". (Hermanos Ozcoz, ganadería de reses bravas de Fuentes de Ebro (Zaragoza)). "Tenía 400 'borregos' de 22 kilos vendidos y por esto del coronavirus me dijeron que se anulaba la venta porque no hay consumo. ¿Qué hago yo ahora?" (Juan Bonilla, ganadero de ovino, de Badajoz). 

Valgan estos tres ejemplos como muestra de cómo vive el sector ganadero la pandemia de la Covid-19. Un auténtico torpedo en la línea de flotación de un sector que supone, aproximadamente, un 1,5% del PIB nacional. Según los datos del sector, el porcino tiene un valor anual de 7.400 millones de euros, el 39 % del total ganadero; el vacuno, 3.360 millones del euros, el 17 % de la ganadería; la carne de ovino y caprino, 2.350 millones de euros y el 12% del valor ganadero; la avicultura de puesta, 1.245  millones, el 6,5 % del total ganadero... El resto correspondería al vacuno, ovino y caprino para leche.

Y desde hace dos meses, aunque el consumo en los hogares ha repuntado al estar confinados en nuestras casas, el cierre de bares y restaurantes, su principal cliente, ha dejado al sector con una reducción de más del 50% de sus ventas. "Es una ruina", repiten uno tras otro los ganaderos. Una ruina que se nota, principalmente, en los ganaderos de productos gourmet: lechazo, cabrito, cochinillo, cerdo ibérico, carne roja de vaca mayor y d ebuey... Algo que se ha agravado con la suspensión de la BBC, bodas, bautizos y comuniones, que tenían ahora su época de mayor auge.

La Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL), la asociación que agrupa a las principales ganaderías de festejos mayores (corridas de toros, novillos y rejones), prevé unas pérdidas económicas superiores a los 77 millones de euros por la cancelación de la temporada taurina y lo que ocurrirá con la camada de 7.000 toros bravos que no se torearán ni participarán en festejos populares este año, más la pérdida económica de los añojos, erales y utreros que se quedarán en el campo y la consecuente drástica reducción de reproductoras.

Hay que tener en cuenta que en España hay un total de 283 ganaderías bravas distribuidas en diez comunidades autónomas, con un censo de 102.625 reses, de las que 61.785 son hembras y 40.840 machos. El coste de la crianza de un toro durante cuatro o cinco años (edad máxima para poder ser lidiado) se sitúa entre 4.500 y 5.500 euros. Estos días, están entrando en los mataderos de Andalucía, Extremadura o Castilla y León cientos de animales preparados para lidiarse este año, pero que deberán de ser sacrificados en la oscuridad y la soledad de un matadero. El precio de la canal de la carne de lidia se sitúa en los 300 euros por animal. "Una ruina", repiten los ganaderos.

Uno de los principales ganaderos de la actualidad, Ricardo Gallardo, propietario de Fuente Ymbro (él mismo ha sufrido la enfermedad de la Covid-19), ha anunciado que mandará la mitad de la ganadería, más de 700 reses entre sementales, vacas, añojos y erales, al matadero. "El toro bravo es una máquina perfecta de gastar y hay que reducir gastos y adaptarse al mercado, como en 2008. No queda más remedio. Es una ruina, pero confío en que saldremos adelante".

Victorino Martín, propietario de la mítica ganadería del mismo nombre y presidente de la Fundación del Toro de Lidia (FTL), dice que "nosotros aguantamos sin mandar, todavía, los toros al matadero, pero los animales siguen comiendo, hay que pagar a la gente que trabaja en el campo y hay que tener en cuenta que somos una actividad estacional que no ingresamos nada desde otoño hasta la primavera siguiente, en este caso probablemente hasta la de 2021. La situación es grave y delicada. No sé cómo aguantaremos. Además corremos el peligro de perder un gran patrimonio genético, de encastes minoritarios, que se tengan que ir al matadero". La Junta de Andalucía y la de Castilla y León, por ejemplo, han anunciado ayudas para los ganaderos de bravo, pero...

El la montaña oriental cántabra, Marta García y Rubén Seco mantienen desde hace dos décadas su ganadería vacuna y equina, Val del Mazo, en la que cuentan con cerca de 100 vacas reproductoras y otros tantos terneros de la especie Casina y alrededor de medio centenar  de ejemplares de la especie Yegua salvaje Monchina. "Llevamos dos meses en los que no hemos vendido una vaca, un ternero o un potro". La situación es "muy preocupante", aunque Marta pone en valor, que quizás en esta pandemia se ha visibilizado que "los productores agropecuarios de este país somos fundamentales para el mismo porque si el campo, lo rural, no produce, la ciudad no come. Y se ha demostrado que somos un sector estratégico, solidario y aún con todas las dificultades no hemos faltado a trabajar ni un solo día. Somos un sector vocacional porque esto no es rentable", explica Marta.

"Pero al cerrar el canal horeca nuestras ventas han caído en picado y los precios, si ya estábamos soportando precios de hace treinta años, se han reducido todavía más. Se han parado las ventas y lo poco que se ha vendido ha sido con los precios desplomados".  La ganadera explica que "un empresario de servicios se ha podido acoger a un ERTE, cierra el local, da de baja la luz, el agua, a los empleados les paga el Estado... Pero en el sector primario hemos seguido generando gastos, los animales comiendo, no nos hemos podido acoger a ninguna ayuda y los precios y el canal de ventas se ha desplomado. O sea que nuestra situación es crítica", sentencia esta ganadera.

"Si ya de por sí, después de mantener, como es nuestro caso, una ganadería con cuatro sellos de calidad, mantener razas autóctonas, una producción artesanal, extensiva, de montaña, ecológica, mantener la biodiversidad en los montes, después de pagar todo, gastos, la seguridad social... apenas te queda un sueldo de 800 euros, fíjate lo que sucede en esta situación". Marta exige al ejecutivo que vuelva su mirada al mundo rural porque "somos héroes, pero héroes arruinados y en esta situación nuestras explotaciones se ven abocadas al cierre. Porque además, para garantizar el bienestar animal, nosotros, por ejemplo, como otros ganaderos, nos hemos visto abocados a inversiones millonarias, en este caso 250.000 euros para hacer una nave. Y el banco no entiende de pandemias. Quiere cobrar". 

En este sentido, pone como ejemplo las ayudas de 10 millones de euros que adelantó el ministro de Agricultura, Luis Planas, para el sector del ovino. "Anuncia a bombo y platillo que van a dar 10 millones de euros para el ovino y el caprino. Parece mucho, pero hay 12 millones de ovejas y cabras en este país por lo que sale a 0,83 euros por oveja o cabra. Pero es que el límite es de 100 ovejas y cabras por ganadero, o sea que, echa la cuenta". Juan Bonilla, ganadero de ovino de Badajoz, seguro que las ha echado. Con sus 55 años y dos hijos, mantiene un rebaño de ovejas de 1.250 cabezas y nada más iniciarse la pandemia vio anulada una compra ya cerrada de 400 corderos. "¿Qué hago yo ahora con esos corderos?".

El sector del ovino y el caprino vive una situación "dramática", cuentan los ganaderos, "porque las ventas se han desplomado, precisamente en la época más fuerte de ventas para nosotros, la semana santa y la primavera". Las ventas han caído hasta "un 85%" y los precios "están por los suelos". Una gestión diplomática que ha permitido vender 120.000 corderos a Arabia Saudí para el Ramadán (del 23 de abril al 23 de mayo) ha aliviado algo la situación, aunque "el impacto es pequeño" porque en esta época igual "hay en España 2 millones de animales criados para sacrificar en estos meses".

Si volvemos la vista a otro de los 'reyes' de la dehesa, el cerdo ibérico, la situación es un 'dejà vu'. Mariano es un ganadero productor de cerdo ibérico en la sierra de Sevilla. Sus animales tampoco tienen salida y los precios se han desplomado. "Un cochino terminado tiene ahora mismo un precio de 180 euros cuando hace dos meses estaba en 380-400 euros. Ya me dirás si esto no es una ruina porque a mí, un lechón me cuesta 130 euros y el cerdo ya terminado y engordado me lo están comprando a 180. Perdemos mucho dinero porque no hay demanda. Los animales, el cerdo ibérico, tienen una fecha de caducidad y las entidades profesionales nos están diciendo que sacrifiquemos un 20% de la cabaña".

Y mientras la ganadería española vive esta situación crítica, las organizaciones agrarias denuncian la entrada "masiva" de productos lácteos o corderos del resto de Europa, "que tiran aún más los precios hacia abajo". Y los ganaderos repiten su mantra: "Esta pandemia es la ruina para el campo español y el sector ganadero. No sabemos si podremos recuperarnos de ésta".

Mostrar comentarios