Riesgos para el crecimiento

La sequía se convierte en el gran desafío de la década para la economía española

Falta de lluvias y calor extremo, que según BBVA Research habrían restado hasta un punto al avance del PIB los dos últimos años, plantean un reto de primer orden a nivel macro en las zonas más dependientes de la agricultura

La sequía, principal factor de la inflación de los alimentos
La sequía se convierte en el gran desafío de la década para la economía española
Europa Press

Mirar al cielo estos días puede generar una falsa idea de normalidad. Las últimas lluvias han permitido elevar las reservas de los embalses peninsulares y aquellos dedicados al consumo humano y a la agricultura se encuentran al 43,1% de su capacidad, según el último informe semanal del Boletín Hidrológico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Pese a haber mejorado un punto su anterior registro, su nivel sigue estando casi 13 por debajo de la media de la década y, en la práctica, la sequía se prolonga ya por tres años en España.

Sus efectos son especialmente severos en el sur y en Cataluña, donde las restricciones han tenido que ampliarse los últimos meses y se ha elevado el nivel de emergencia. Sin embargo, lo que realmente preocupa a los expertos es la perspectiva de que estos problemas puedan agravarse a medio plazo por los efectos del calentamiento global. Desde la época preindustrial la temperatura media en España ha aumentado relativamente más que en el resto de Europa (alrededor de 1,7 °C).

Uno de los últimos organismos en dar la voz de alarma en este sentido ha sido el Banco de España. Su gobernador, Pablo Hernández de Cos, advirtió recientemente de que una sequía u ola de calor "severa" podría restar un 1,3 puntos porcentuales del PIB real de España a finales de siglo con un aumento de la temperatura media global de tres grados. 

Los cálculos que maneja la entidad apuntan, además, a un aumento de 1,5 puntos porcentuales en la inflación, en una rebaja del crédito a los sectores más afectados y en una merma de su valor añadido bruto. Eso a futuro. De momento y según estima BBVA Reseach, la sequía habría restado ya entre medio y un punto porcentual al crecimiento de la economía española los dos últimos ejercicios. 

Su impacto ha sido menos visible en medio del fuerte tirón que ha registrado la actividad, pero ha existido. Las afiliaciones a la Seguridad Social en el sector agrícola han caído un 7% desde inicios de 2021 y un 13% en Andalucía, explica a este diario Miguel Cardoso, su economista Jefe para España.

"Lo que no es seguro es que con la recuperación de la producción venga un aumento similar del empleo", advierte, puesto que muchas empresas poco eficientes en el uso del agua habrían tenido que salir del mercado. Los agricultores podrían haber aprovechado para impulsar la automatización en ciertas tareas e incrementar su competitividad. Finalmente, "puede haberse producido una consolidación de empresas en el sector", sostiene.

Los efectos en el PIB andaluz del año más seco en tres décadas

A nivel territorial se da la circunstancia de que la falta de lluvias está afectando más a regiones donde su impacto puede ser también más lesivo. Es el caso de Andalucía que en 2023 padeció el año más seco en tres décadas. De hecho, las cuencas hidrográficas del Guadalquivir, el Guadiana, y las del resto del sur de la comunidad se enfrentan a la sequía más larga jamás registrada, superando incluso la de los años 90, que fue histórica.

Al mismo tiempo, su economía tiene un mayor grado de exposición directa a la situación de sequía que la nacional, como advierten desde su Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos. En concreto, una cuarta parte, dado que el sector agroalimentario y las actividades más vinculadas al mismo tienen un peso en el PIB andaluz en el entorno del 25%. Por otra parte, un 32,4% de sus exportaciones internacionales son de productos alimenticios, prácticamente el doble que en España (16,5%).

En el departamento que capitanea Carolina España calculan que el descenso de la producción del sector agrario del 13,8% que provocó la sequía (con datos del Instituto de Estadística y Cartografía andaluz), unido al retroceso del 11,2% que registró la industria de la alimentación hasta el mes de noviembre, restaron 2,1 puntos al PIB de la comunidad autónoma el año pasado. "Cada diez puntos de caída de la producción agraria y de la industria agroalimentaria conjuntamente, suponen 1,6 puntos menos de PIB", detallan.

Alrededor de 650.000 millones en pérdidas para la UE

A medida que avance el siglo, la frecuencia y severidad de los eventos meteorológicos extremos aumentará progresivamente en España, advierte el informe 'Impactos y riesgos del cambio climático en España: una breve panorámica', publicado por David García-León y Juan-Carlos Ciscar para Funcas. Los expertos del Joint Research Centre, que proporciona asesoramiento científico y técnico a la Comisión Europea, apuntan a que las olas de calor serán más largas, más frecuentes y de mayor intensidad, sobre todo en el escenario de mayores emisiones y a finales del siglo XXI. 

A la vez, se espera un aumento del número de noches cálidas y una disminución del número de heladas. En todo el sur de Europa y particularmente en la Península Ibérica, los periodos de sequía serán con toda probabilidad más frecuentes, lo que conlleva un riesgo creciente de desertificación en diversas áreas. Dado que está previsto que los fenómenos extremos relacionados con el tiempo y el clima se intensifiquen aún más, parece poco probable que las pérdidas económicas asociadas se reduzcan para 2030

Lo mismo sucede en el caso europeo, donde ya han sido muy cuantiosas hasta la fecha. Entre los años 1980 y 2022, los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos provocaron 650.000 millones de euros en pérdidas económicas en los Estados miembro de la Unión Europea. Los daños ascendieron a 59.400 y 52.300 millones de euros en 2021 y 2022, respectivamente, con los cálculos que maneja la Agencia Europea de Medio Ambiente

Mostrar comentarios