Esperanzas de cara al verano

Se buscan turistas alemanes: inquietud por su exigua presencia en temporada baja

La espiral inflacionista, las dificultades energéticas y la subida de precios devuelven los niveles de visitantes germanos a niveles de 2015 y siembran las dudas en el sector turístico español, con la excepción de Baleares. 

Turistas en Ibiza
Se buscan turistas alemanes: Inquietud por su exigua presencia en temporada baja
Ferrán Feixas

¿Dónde está el turismo alemán? Este 2023 está siendo un año atípico en cuanto a recepción de visitantes germanos que optan por España como destino vacacional. En febrero, último mes con datos disponibles, volvieron a ser más de medio millón (509.883) tras dos meses por debajo, valor que antes de la pandemia ya se consideraba su suelo habitual en cualquier momento del año. Pero la preocupación va más allá: la cifra es sustancialmente inferior a las de 2017, 2018, 2019 —máximo histórico con 548.064— e incluso 2020, con 533.079 turistas, pese a que la pandemia empezaba a propagarse y los países empezaban a emitir alertas. 

Los datos del resto de meses de la temporada baja peninsular y balear —en Canarias sí es temporada alta— no son mejores. Los registros de enero (478.258), diciembre (453.940), noviembre (526.060) y octubre (1.059.486) están a niveles similares a los de 2017. La situación ha alertado a Exceltur, la patronal del turismo español, cuyos representantes aseguraron en la presentación de sus perspectivas turísticas para el verano que los grandes mercados tradicionales, que representan un gran volumen de viajeros, no han alcanzado el punto de 2019

"Esperamos que en verano se alcancen estos niveles", agregó Oscar Perelli, director de estudios e investigación de la Alianza turística, quien también incidió en que la lectura que se hace de los datos de turismo alemán "es dispar por regiones", con una menor presencia en las grandes capitales (Madrid y Barcelona) pero una presencia "potentísima" en sus territorios habituales, como los archipiélagos balear y canario.

La crisis energética y la inflación lastran su retorno

La patronal turística ha identificado varios factores que pueden ralentizar la recuperación de la actividad turística en España: persistencia de altos precios en los desplazamientos turísticos; una menor capacidad de consumo turístico de las familias; la espiral inflacionista; los cada vez menores ahorros acumulados durante la pandemia o el endurecimiento de las condiciones a los créditos concedidos para viajes. 

Todo ello sin olvidar la situación energética de Alemania, que tras el cierre del gas procedente de Rusia ha vivido uno de los inviernos más complicados, con altos precios en la electricidad y la calefacción que han minorado el consumo para priorizar el tener las casas calientes. A eso se suman los atractivos precios que ofertan países competidores del mediterráneo oriental como Turquía y Egipto, cuyas monedas se han devaluado sustancialmente, o el auge de destinos como Croacia o Albania. 

Un 15% menos de vuelos que en 2019

La patronal de las aerolíneas, ALA, añade que las relaciones aéreas entre España y Alemania se encuentran muy por debajo de sus niveles habituales, operándose entre un 10 y un 15% menos de vuelos de los que había en 2019. La cifra contrasta con la de Reino Unido, otra economía gravemente afectada por la cuestión energética y la tensión inflacionaria, pero cuyos vuelos apenas se sitúan un 2% por debajo de los habituales en el último año de normalidad prepandémica. 

Dada la importancia que ambos mercados tienen para el turismo español, ambas economías están presionando a la baja el dato de tráfico intraeuropeo, que se encuentra a un 98% del registrado en 2019. Mientras, los vuelos domésticos e intercontinentales registran ya un número superior de operaciones, estando al 106% y 105%, respectivamente. "Portugal, Francia o Italia están tirando del carro. Alemania y Reino Unido, en cambio, tienen un gran peso y hacen que el tráfico entre países europeos esté por debajo del de antes de la pandemia", señalaba Javier Gándara, presidente de la asociación, en un briefing con periodistas. 

Baleares, el último reducto

Pero es en las Islas Baleares donde se puede medir al detalle esta preocupación. El mercado alemán es "clave" para la economía local, ya que históricamente es el primer emisor de visitantes, con la breve excepción de los dos años de pandemia cuando fueron suplidos por los españoles. "En 2020, Baleares acogió la prueba piloto del turismo extranjero en España con la recepción del turismo alemán. Durante la Semana Santa de 2021, los alemanes no podían viajar entre landers, pero sí podían venir a Baleares", ejemplifican desde la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca. 

Los datos del INE muestran cómo el pasado febrero fue el mejor de la serie histórica en cuanto a visitantes germanos: 112.492 visitaron el archipiélago. Las cifras de marzo, a falta de ser públicas, aspiran a mantener la tendencia. Enero fue el punto de inflexión: se quedó a menos de 5.000 visitantes de los 69.944 registrados en 2019. Por el contrario, noviembre y diciembre fueron meses relativamente malos: llegaron 3 de cada 4 de los que lo hicieron antes de la pandemia. En el acumulado anual fueron 4,3 millones, el 95,1% del total de 2019. La situación energética y económica de la 'locomotora europea' será clave tanto para Baleares como para el resto de España. El sector turístico les espera con los brazos abiertos. 

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