Finanzas personales

Descubre las ventajas fiscales de los fondos de inversión y cómo obtener más beneficios de su tributación

Los fondos de inversión te permiten optimizar tus ganancias de inversión a medio y largo plazo y además poseen una serie de particularidades a nivel fiscal y tributario que conviene conocer para poder exprimirlos al máximo.

Fondo de inversión
Fondo de inversión
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Cuando una persona está decidida a comenzar a invertir en fondos de inversión, es habitual que surjan algunas dudas con respecto a estos y la declaración de la renta dada la multitud de clases de fondos que existen y sus diferentes condiciones. En este sentido, existe una gran ventaja a nivel fiscal, y es que una de sus principales características es que se encuentran exentos de tributación hasta que sean reembolsados. De esta forma, será cuando se decida retirar el dinero, la ganancia o pérdida patrimonial tendrá que realizarse la correspondiente tributación e integrarla en la base imponible del ahorro en el IRPF, declarándose como ganancias o pérdidas patrimoniales.

En el caso de que se reinviertan las ganancias de un fondo de inversión en otros nuevos, estas ganancias estarán exentas de tributación, por lo que tan solo habrá que pagar impuestos en los casos en los que los beneficios se encuentren en poder del usuario. Es decir, mientras el capital esté invertido, no se tendrá que tributar.

Otra ventaja a destacar es que el traspaso entre fondos está libre de tributación, por lo que es posible mover el dinero de un fondo a otro sin que haya que abonar impuesto alguno por ello, con independencia de si estos han obtenido beneficios o pérdidas. No obstante, conviene recordar que los fondos de inversión están sujetos a fluctuaciones del mercado, además de otros riesgos vinculados con la inversión en valores.

Otras ventajas de la tributación en los fondos de inversión

Más allá de los beneficios mencionados, existen otras ventajas a destacar, como la posibilidad de deducir algunos gastos relacionados con la inversión en la declaración de la Renta, puesto que la Ley del IRPF permite la deducción de los gastos de administración y depósito que haya percibido la gestora del fondo.

En algunos casos no se obtienen ganancias con los fondos de inversión, y puede suceder que, a la hora de retirar las participaciones, un inversor haya sufrido la pérdida parte del capital que ha invertido, casos en los que la mencionada ley permite al inversor la compensación de pérdidas generadas por un fondo de inversión a través de las ganancias obtenidas en los siguientes cuatro años en fondos u otros activos, como es el caso de las acciones. De igual forma, es posible compensar pérdidas con el saldo positivo que proceda de otras fuentes, como es el cobro de dividendos, los rendimientos del capital mobiliario y los intereses de las cuentas bancarias.

Una vez se ha retirado la participación, el pago de los impuestos de un fondo de inversión se lleva a cabo mediante la declaración de la Renta, abonándose los impuestos tan solo sobre las ganancias obtenidas, ya que el patrimonio invertido no se ve afectado. La pérdida o ganancia patrimonial es calculada como la diferencia entre el valor de la adquisición de las participaciones y el valor que estas tienen en su transmisión final, tal y como refleja la Ley del IRPF.

Además, las ganancias patrimoniales obtenidas por los fondos de inversión no son sumadas a la base imponible general en la declaración de la Renta, donde se añaden los rendimientos del trabajo y los derivados de las actividades económicas. Esto es otra de sus ventajas, ya que no incrementa el tipo marginal.

Por otro lado, conviene recordar que los impuestos a abonar por las ganancias obtenidas por los fondos de inversión son divididos en tramos, igual que sucede con los rendimientos de trabajo. De esta forma, se establece un 19% hasta 6.000 euros; 21%, entre 6.000 y 50.000 euros; 23%, entre 50.000 y 200.000 euros; y un 26% en el caso de que superen los 200.000 euros.

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