La banca española ultima los preparativos de cara a la temporada de resultados anuales. Unas cuentas que todo apunta que serán buenas después de los récords trimestrales. Sin embargo, la clave estará en las perspectivas que presenten de cara a este 2024, mientras los analistas avisan de que los beneficios y, más en concreto, los ingresos netos por intereses del sector se acercan a su techo. El consenso de 'Bloomberg' calcula que si bien esta ratio, que recoge la diferencia entre lo que recibe por ingresos crediticios y lo que remunera por los depósitos, puede mejorar en casi 10.000 millones, un 22% más, para el conjunto de las entidades, para situarse en una horquilla de entre 54.000 y 55.000 millones en el periodo 2023-2024, "no se deben pasar por alto los riesgos que acechan a la baja".
Entre ellos está la caída de los tipos de interés hipotecarios que se ha registrado en los últimos meses. La tasa media a la que los bancos concedieron nuevos préstamos destinados a viviendas se situó en el 3,79% durante el pasado mes de noviembre, los últimos datos disponibles, según recoge el Banco de España (BdE), frente al 3,86% contabilizado en octubre, porcentaje en el que se incluyen tanto los tipos fijos como los variables. Aunque los tipos a pagar se mantienen en zona de máximos, este descenso pone en aviso a los expertos ante la posibilidad de que la moderación de los costes de financiación pueda tener impacto en el negocio del banco durante los próximos meses.
Detrás de esta tendencia se encuentra el freno del euríbor. El giro a la baja en el índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en España en la recta final de 2023 ya se ha notado en las nuevas hipotecas. De momento, el promedio en el inicio del ejercicio se sitúa en el 3,589% en mitad de una ligera subida escalonada en los últimos días frente al 3,679% de diciembre, lo que apunta a que las primeras bajadas podrían tener lugar en dos meses. En plena incertidumbre sobre cuándo comenzará el Banco Central Europeo (BCE) a aplicar los primeros recortes en las tasas de referencia del dinero, algo que previsiblemente ocurrirá más tarde de lo que anticipaba el mercado a priori, las entidades han recrudecido la guerra hipotecaria.
Las rebajas aplicadas por Banco Santander, el encargado de dar el pistoletazo de salida a esta batalla, fueron secundadas por Sabadell o CaixaBank. Algo más ha tardado en resistirse Bankinter, que finalmente ha sido una de las últimas en sumarse y ha abaratado el precio de su hipoteca fija tres décimas hasta el 3,3%. Esta vuelta de tuerca se produce en un momento de inflexión en lo que a actividad del negocio hipotecario se refiere. Los datos del Consejo General de Notariado arrojan que la concesión de préstamos para vivienda ha experimentado una contracción del 17,7% en el undécimo mes de 2023, en línea con la contracción registrada en las compraventas.
La desaceleración de la actividad hipotecaria fue una constante durante el año pasado, pese a que se suavizó en la recta final. Entre enero y octubre el volumen de préstamos para adquirir una casa cayó un 15% interanual, hasta los 46.100 millones. No obstante, el dato se encuentra desvirtuado si se tiene en cuenta que 2022 fue un periodo récord en transacciones de este tipo. En este contexto, el foco pasa a estar en las comisiones que pueden convertirse en el motor de la banca, a medida que se ralentizan los ingresos netos por intereses, que el sector también puede compensar en cierta manera gracias a su reticencia a aumentar los depósitos.
La advertencia de los analistas se suma a la realizada hace unos meses por el Banco de España. El organismo liderado por Hernández de Cos avisó de que el margen de intereses podría sufrir un deterioro tras repuntar más de un 25% en el primer semestre del año pasado. El hecho de que el BCE haya bajado al 0% en septiembre la remuneración de las reservas mínimas, también supone un factor de presión sobre esta ratio y supondrá la pérdida en ingresos de hasta 560 millones de euros anuales, con un impacto de un punto básico en la tasa de retorno sobre activos, denominada ROA, por sus siglas en inglés.
