Los bancos esperan cargar el impuesto 'extra' contra los resultados de 2023

La banca espera imputar el pago del nuevo impuesto especial contra los resultados del primer trimestre de 2023. El tributo, que al entrar en vigor el pasado 29 de diciembre tras la publicación en el BOE se calcula sobre los márgenes de 2022, centra el efecto recaudatorio en 2023. En ese sentido, las entidades financieras tienen de plazo para abonar una primera fase del tributo, que se corresponde con el 50% adeudado, durante los primeros 20 días de febrero. A la espera del dictamen definitivo del regulador, existen dudas evidentes sobre cómo debe aplicarse.

Fuentes del sector financiero explican que existe otra posibilidad además de cargarla contra las cifras del primer trimestre, que es incluirlo como provisión contra el periodo octubre-diciembre de 2022, pues la obligación tributaria se genera el año pasado. "Pero como el pago se hace en el 2023, también podría imputarse el próximo ejercicio. Y a falta de una normativa más clara parece que lo más lógico es la segunda. Es decir, que se vea en las cuentas del primer trimestre del 2023", señalan estas mismas fuentes. Esta opinión no es única. 

Otras voces desde el sector explican que la orden Ministerial de finales de diciembre fijaba el modelo que debe tomarse como referencia para hacer el pago en la Agencia Tributaria. De acuerdo con la interpretación que hacen de la misma, aunque la cantidad se calcula respecto a 2022, no se computa en las cuentas de ese año, sino en 2023, ya que se devenga a partir de enero. Es más, parece que la idea que está calando entre el sector es que se registre en las cuentas de 2023, "que es cuando se devenga y no en las de 2022", señala otra opinión también relacionada con el sector financiero.

Un impuesto a bancos y energéticas

El Gobierno de Pedro Sánchez anunció el nuevo impuesto a la banca dentro de las medidas para combatir el alza de la inflación. Así establecía un cargo de 4,8% de los intereses y las comisiones de todas las entidades financieras que facturasen más de 800 millones en 2019, tomando como referencia las cifras obtenidas por la banca antes de la pandemia. La explicación del Ejecutivo para justificar esta medida es que la banca se beneficiaba de la subida de los tipos de interés. Al respecto, el nuevo impuesto estaría vigente durante dos años, 2022 y 2023 y permitiría recaudar 1.500 millones de euros en cada ejercicio.

Esta no era la única medida en ese sentido. Durante el debate del Estado de la Nación, el Ejecutivo también anunció un impuesto a las energéticas. Este tributo permitirá recaudar 2.000 millones al año (un total de 4.000 en dos ejercicio) por los beneficios extraordinarios de "los grupos dominantes en el sector eléctrico, gasista y petrolero", explicó el presidente del Gobierno. Paralelamente, también se puso el foco en las grandes fortunas.  De este modo, el pasado 31 de diciembre entró en vigor el llamado 'impuesto temporal de solidaridad de las grandes fortunas ' dirigido a patrimonios por encima de los 3 millones de euros y que se divide en varios tramos. Para las fortunas situadas entre 3 y 5 millones de euros deberán abonar el 1,7% de su fortuna; el 2,1%, en el caso de los patrimonios de entre 5 millones y 10 millones, y el 3,5%, para patrimonios superiores a 10 millones de euros.

Qué opina la banca 

Algunos bancos comenzaron a calcular el impacto en el momento en que se anunció el impuesto. El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, cifró en 250 millones de euros en relación a su beneficio anual. En cambio, el Banco de España estimó, en su Informe de Estabilidad Financiera, que los 1.500 millones de euros al año que se prevé recaudar por el impuesto a las entidades financieras suponen entre un 5% y un 6% de sus beneficios, teniendo en cuenta que para este año la banca podría reportar un beneficio de 20.000 millones de euros. 

Asimismo, el anuncio del impuesto especial puso en pie de guerra a las entidades financieras. Algunos bancos ya han anunciado que tomarán medidas una vez que lo abonen, como será recurrirlo. De esta manera tan tajante se mostró la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa. Otros argumentos en contra de él van por la vía de que el impuesto no ayudará a combatir la inflación, si no que podría ser perjudicial para el crecimiento económico por la restricción del crédito. Finalmente, el propio Pedro Sánchez ha dejado la puerta abierta a convertirlo en permanente.