Bajo nivel de bancarización y una población joven. Estas dos características hacen de México un potente coctel para el sector financiero, que es visto como una apuesta segura con la que afianzar su expansión internacional. Openbank y Revolut han sido los últimos en 'sucumbir' a las oportunidades que presenta el país azteca con planes de desembarco para hacerse un hueco dentro del mapa bancario mexicano. Si bien en su última actualización el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja su previsión de PIB para este 2024 desde el 2,7% al 2,4%, en el marco de una progresiva desaceleración de la actividad, la cifra es superior a la esperada para el conjunto de América Latina (2%).
En este contexto, la firma digital de Banco Santander prevé comenzar a operar durante el segundo semestre de este ejercicio, coincidiendo con su entrada en Estados Unidos. Formalizará así un proyecto gestado en 2021 y con el que esperan impulsar su base de clientes, que supera los dos millones repartidos entre España, Alemania, Países Bajos y Portugal. Su estrategia se apoyará en la captación del ahorro mediante ofertas de depósitos para desplegar nuevas iniciativas 'a posteriori', tal y como ha hecho en Europa, donde canaliza más de 18.000 millones de euros en pasivo. El banco presidido por Ana Botín da un paso adelante para reforzar su cuota en este mercado, en el que figuran entre las principales entidades del país junto a BBVA y Banorte.
Revolut, por su parte, acaba de recibir la autorización de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México (CNBV) para constituirse como banco. Esto les permite vía libre para oficializar su puesta en escena, que tendrá lugar en 2025, y que se enmarca dentro de sus objetivos de expansión por Latinoamérica, donde tiene presencia en Brasil desde mayo de 2023. La firma de origen británico ya ha reclutado a un equipo local y ha abierto la posibilidad de inscribirse a una lista de espera antes de dar el pistoletazo de salida a su operativa, que arrancarán con el envío de dinero transfronterizo, entre otros, que ya ofrece en más de 40 países.
Estas 'fintechs' se suman así a la brasileña Nubank, que mantiene la expectativa de seguir su consolidación en México, donde todavía no son rentables. Tras superar el umbral de los seis millones de clientes el pasado mes de febrero, su prioridades en este año se centran en incrementar su penetración en servicios financieros mediante la 'Cuenta Nu', enfocada en el ahorro. "México muestra fuertes signos de aceleración. Esto significa que por cada dólar prestado, tenemos tres veces más en depósitos. Todo esto nos posiciona con un sólido capital y amplia liquidez", comentaron desde el grupo en la presentación de sus resultados anuales.
Banco Sabadell también busca exprimir el potencial de 'El Dorado mexicano' con el lanzamiento de su cuenta digital, con el foco en fomentar la captación de usuarios particulares exclusivamente 'online'. Según ha detallado recientemente el consejero delegado de la entidad catalana, César González-Bueno, la intención pasa por sacarla durante los primeros días de junio. El horizonte temporal se ha adaptado al calendario electoral de México, cuyos comicios presidenciales tendrán lugar el próximo 2 de junio. Aunque el país supone una pequeña proporción de su negocio, ya que representa menos del 5% de su margen de intereses, equivalente a 196 millones, y contribuye al beneficio neto con 44 millones (el 3,3% del total el año pasado), constituye un filón para continuar con su expansión en la zona, justo cuando se cumple una década del inicio de su actividad en dicho país.
Competirán directamente con BBVA, ya que México se ha erigido como su principal fuente de negocio. De los 8.019 millones contabilizados en 2023, más de 5.340 millones se computaron allí, casi un 30% más con respecto a 2022. De los más de 30 millones de usuarios captados, alrededor de tres cuartas partes están catalogados como 'digitales'. De cara a este 2024, la entidad liderada por Carlos Torres confía en que siga aportando a su crecimiento, cuyas previsiones contemplan un incremento a doble dígito.
