El Banco Central Europeo (BCE) confirmó el pasado jueves lo que en el mercado se venía barruntando desde hacía meses y aseguró tras la reunión de su Consejo de Gobierno que este año no efectuará ninguna subida de los tipos de interés. Por lo tanto, el precio del dinero se mantendrá en mínimos históricos al menos durante todo 2019, prolongando todavía más la agonía de la banca, que está 'exprimiendo' a los empleados de sus redes comerciales para elevar la producción, alimentar sus deprimidos márgenes y así tratar de combatir sus bajos niveles de rentabilidad.
Así lo indican tanto las plantillas como los sindicatos de las principales entidades financieras españolas, que lamentan que, en el actual escenario de tipos cero, la presión por vender se ha intensificado y se ha tornado excesiva, lo que genera elevados niveles de estrés en los empleados de la red. Es más, denuncian que se establecen clasificaciones de empleados por volumen de ventas, una práctica común en el sector que confirman los representantes de los trabajadores de Banco Santander, BBVA, CaixaBank y Bankia, los principales bancos del país.
“No se pueden utilizar estos ránkings como un arma de presión contra la plantilla”, critica un empleado del banco que preside Carlos Torres, mientras que en el que preside Ana Botín, que se encuentra en la antesala de un ERE que podría afectar a unos 3.000 trabajadores, desde UGT denuncian que la presión se ha vuelto "insufrible".
Y es que el grupo cántabro se encuentra en plena integración tecnológica de la red de Banco Popular, proceso que se está acometiendo en diversas fases y que está previsto que concluya el próximo mes de julio. Es posible que Santander dé a conocer los detalles del ajuste en su red, por el que los sindicatos prevén el cierre de algo más de 1.000 sucursales, durante la presentación de su nuevo plan estratégico 2019-2020 el próximo 3 de abril en Londres o durante la Junta de Accionistas que celebrará el día 12 de ese mes.
El actual escenario de bajos tipos de interés, además, ha obligado a la banca a reinventarse y a apostar por fuentes alternativas de ingresos, como la comercialización de seguros, fondos de inversión u otro tipo de productos. "Ahora ya no importa el negocio bancario como siempre se ha concebido, ahora solo importa vender seguros, teléfonos, televisores y viajes", comenta una trabajadora de otra entidad financiera.
Aun así, los últimos datos hechos públicos por el Banco de España, muestran que tanto la nueva producción de hipotecas como de préstamos al consumo se elevaron un 7,15% y un 13,83% interanual durante el pasado mes de enero. No sucedió así, en cambio, con el crédito a empresas, que experimentó durante el primer mes del año una caída del 10% con respecto al mismo periodo del año anterior.
S&P augura una mejora del negocio bancario en 2019
Sea como fuere y a pesar del escenario de bajos tipos de interés, la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s prevé en un informe reciente que el margen de intereses –el negocio puro bancario- de las entidades españolas rompa este año una tendencia de años a la baja y crezca un 2,4% en 2019 gracias a unos mayores volúmenes y al giro hacia productos más rentables, como el crédito al consumo, cuyo coste es mayor.
No obstante, ante un menor ahorro de costes, la firma pronostica que tanto el beneficio neto como la rentabilidad del sector se mantendrán en los niveles observados durante. Así, una vez se complete la fusión de Unicaja y Liberbank y conocido el interés comprador de Abanca, S&P pronostica una nueva ronda de consolidación en la banca mediana, pues a mayor tamaño más fácil será diluir el impacto de los costes fijos y realizar inversiones el digitalización, así como acceder a los mercados de capitales.
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