El Banco Central Europeo (BCE) le da un 'tirón de orejas' a la banca española por haber reducido sus comisiones por primera vez en años durante el arranque del ejercicio. Y es que para poder sobrevivir en un entorno de tipos de interés en negativo, el supervisor cree que es fundamental que las entidades cobren por los servicios bancarios y potencien sus negocios de seguros y gestión de activos. Así conseguirán no ser tan dependientes de la evolución del precio del dinero, que se mantendrá en los niveles actuales durante un tiempo.
Al igual que hizo la semana pasada en Santander, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, advirtió ayer en Roma de la baja rentabilidad de la banca, pero entre sus recetas para combatirla, además de reducir costes mediante la reducción de plantillas y el cierre de oficinas, incluyó la necesidad de potenciar aquellas áreas del negocio bancario que se nutren de comisiones por la prestación de servicios.
"Muchos bancos necesitan mejorar su capacidad para generar ingresos, por ejemplo, potenciando aquellas actividades basadas en el cobro de comisiones", señaló Guindos, que incidió en que serán las entidades más enfocadas en la actividad bancaria tradicional -que consiste en tomar dinero barato para prestarlo más caro y quedarse con el margen- las que obtendrán un mayor beneficio por incrementar las comisiones.
La 'recomendación' llega después de que los bancos hayan interrumpido una trayectoria claramente al alza de sus ingresos por comisiones entre enero y marzo. En este periodo, los seis mayores bancos del país (Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter) percibieron 2.258 millones de euros en España vía comisiones, lo que supone un descenso interanual del 1,35%.
El grueso del ajuste se atribuye a la entidad que preside Ana Botín, que se embolsó un 9% menos por comisiones en el primer trimestre del año por culpa de una menor actividad en banca mayorista, aunque Bankia también registró una caída, del 1,5%, que se debe a la eliminación de las comisiones a prácticamente todos los clientes que procedían de BMN y que se integraron hace algo más de un año en la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri tras su adquisición.
BBVA y CaixaBank no registraron descensos en sus ingresos por comisiones, pero su evolución fue prácticamente plana en los primeros tres meses del ejercicio. Hace un año estas dos entidades registraban crecimientos del 7,86% y del 1,1% en esta partida de la cuenta de resultados, lo que evidencia que el ritmo de crecimiento de las comisiones bancarias se ha frenado en seco.
Lo mismo ocurre en Bankinter, donde el avance interanual se ha moderado hasta el 3%, desde el 7,6% registrado hace un año. Tan solo Sabadell, que precisamente ha estado bajo la lupa del supervisor en el último año por culpa de la crisis de TSB, ha conseguido mantener, e incluso elevar ligeramente, el ritmo de expansión de los ingresos por comisiones, con un incremento del 8,6%.
Son estos datos los que han dado pie al BCE a pedir a los bancos esfuerzos adicionales en la búsqueda de fuentes alternativas de ingresos y recortes de gastos adicionales que permitan combatir el actual escenario de política monetaria. Y es que las subidas de los tipos de interés que tanto ansiaba la banca se han aplazado, al menos, hasta mediados del año que viene, y se contemplan recortes adicionales si se materializan algunas de incertidumbres que amenazan el crecimiento de la economía de la zona euro, entre las que destacan la tensión comercial entre Estados Unidos y China y el 'Brexit', entre otros.
En este contexto, el presidente de CaixaBank, Jordi Gual, aseguró la semana pasada que, para dar cumplimiento a los objetivos de su plan estratégico, la entidad podría modificar sus estrategias comerciales, mientras que Goirigolzarri, su homólogo en Bankia abrió la puerta por primera vez a rebajar el beneficio previsto para el año 2020.
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