CaixaBank gira 37 millones al Frob como primera derrama por Banco de Valencia

  • Ha tardado seis años en apelar a las ayudas sobre créditos dañados e inmuebles. El fondo estima en 502 millones las pérdidas potenciales máximas
CaixaBank completa la integración tecnológica y operativa de Banco de Valencia
CaixaBank completa la integración tecnológica y operativa de Banco de Valencia

La cartera de créditos que CaixaBank heredó con Banco de Valencia ha tardado más de seis años en dar problemas, pero acaba de girar la primera derrama a las arcas públicas. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) desembolsa 37,18 millones de euros en activación del Esquema de Protección de Activos (EPA) con el que protegió a la entidad cuando le adjudicó el banco levantino frente a quebrantos futuros a finales de 2012 por un euro simbólico y previa inyección de 4.500 millones para recapitalizarlo.

El ‘blindaje’ cubre el 72,5% de las pérdidas que se declaren en una cartera de activos con un valor nominal inicial de 5.192 millones, haciendo recaer sobre el presupuesto del banco el 27,5% a modo de incentivo para gestionarlo activamente y evitar deterioros. Antes de apelar a las ayudas y como condición forzosa debía superar la hucha de 212 millones establecida para primeras pérdidas. El primer giro lo revela en el Informe Anual de 2017 el Frob, que limita a 502 millones de euros el pago máximo potencial que estima deberá encarar por aplicación de la garantía y conforme a sus estudios sobre los activos comprendidos.

El rescate financiero convirtió este tipo de red en una herramienta común para alentar la concurrencia de postores a subastas de entidades al borde de la insolvencia por cargas excesivas de impagos y activos adjudicados. El Frob asumió el blindaje de créditos e inmuebles bajo el esquema del EPA en Banco de Valencia y CajaSur (con un coste de 392 millones), y expidió otro tipo de garantías un largo etcétera de entidades para evitarles costes de rupturas de alianzas y compensaciones litigios judiciales como cláusulas suelo o preferentes. Otras entidades recibieron EPAs gemelos a través del Fondo de Garantía de Depósitos, cuyo presupuesto lo nutre la banca con aportaciones.

Este último vehículo respalda, bajo una estructura similar que asume el 80% de las pérdidas, un total de 10.008 millones a varias entidades: a Liberbank al adjudicarse Caja Castilla la Mancha, a Sabadell con la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y a BBVA con Unnim. Liberbank ya ha agotado los 2.475 millones disponibles, Sabadell ha cursado tres facturas desde 2016 por 3.239 millones en total y BBVA por 491 millones. La protección más amplia la otorgó a la entidad alicantina sobre una exposición de 24.644 millones por el abultado balance con inmuebles y créditos de riesgo; y en Unnim responde por un portfolio de 7.359 millones.

Si bien Economía procuró que una buena parte del rescate corriese a cargo de la banca tras utilizar miles de millones de euros del Erario, el Frob acumula milmillonarias pérdidas. De hecho, sólo reportó beneficio durante el ejercicio de su constitución en 2009 y ascendió a 10,32 millones. A partir de entonces y durante los ocho años transcurridos hasta el pasado ejercicio, el Frob suma ‘números rojos’ por valor de 44.745 millones de euros (44.735 millones si se depuran los únicos resultados positivos de su fundación); muy próximos al dinero comprometido en el salvamento de entidades para evitar que su quiebra socavase la estabilidad del sistema financiero.

Los recursos aportados por el fondo de rescate exclusivamente en inyecciones de capital ascendían a 54.353 millones conforme al último cómputo elaborado por el Banco de España y de lo que apenas había recuperado 3.873 millones. Y la cifra rebasaría los 60.000 millones si se agregan los distintos mecanismos de garantía concedidos -rupturas de alianzas con aseguradoras, cláusulas suelo, compensaciones por fallos judiciales desfavorables, etc-.

El último revés tuvo lugar el pasado año. Su resultado volvió a arrojar pérdidas y por valor de 949,72 millones tras provisionar por completo la exposición en Sareb asumiendo que no dará rentabilidad y pese a que el ejercicio anterior aún evaluaba la participación en 841 millones. Mantiene la participación pero reduce sus expectativas de recuperación de ayudas a la nueva Bankia-BMN, donde el Estado ha comprometido 24.242 millones y ahora estima en 9.857 millones el valor contable. En 2017 salió de la antigua Caja España-Duero (CEISS), cobró el último tramo del préstamo a Caja3 (integrado en Ibercaja) y la última factura por la venta de Novagalicia (Abanca) a Banesco. Las cartas para recuperar ayudas se limitan al 45% del ‘banco malo’ y el 65% de Bankia.

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