Ajustes regulatorios

Reino Unido abre la entrada a terceros en la compra de Cellnex por Hutchison

La CNMC británica avanza en su investigación y dibuja las primeras líneas de actuación para estudiar las posibles consecuencias de esta concentración. La resolución definitiva no llegará hasta 2022. 

Cellnex
Un stand de Cellnex en el MWC de Barcelona. 
EFE

Reino Unido avanza en su investigación sobre la gran adquisición de Cellnex. La compra de los activos en Europa del operador hongkonés Hutchison supondrá un salto vertiginoso para la compañía catalana, que no deja de encadenar operaciones desde que debutó en bolsa en 2015. Pero los reguladores ya han puesto sus ojos sobre la firma de telecomunicaciones, pues entienden que su crecimiento sin pausa puede entrañar problemas en la competencia. Con el objetivo de evitarlo, la CNMC británica (CMA, por sus siglas en inglés) ha abierto una investigación para dilucidar qué problemas entraña esta concentración en el mercado. A finales de la pasada semana ofreció su último análisis, en el que abría la puerta por primera vez a que un tercero se haga con parte de los activos que desea Cellnex.

En dicho documento, la CMA plantea que, quizá, una de las mejores soluciones para contrarrestar la expansión de Cellnex esté en evitar que la compra se lleve a cabo por el 100% de los activos. Esto supondría, en el caso de confirmarse, llamar a la puerta de terceros operadores, como CITIL, la joint venture que Telefónica (O2) y Vodafone establecieron en el país para sus respectivas divisiones de torres. En este subsector de las telecomunicaciones no hay precedentes de órdenes para desprenderse de parte de una compañía comprada. Sí existen, en cambio, en las fusiones de operadores. Un ejemplo: MásMóvil nació en España de los descartes regulatorios de la compra de Jazztel cuando la compró Orange.

La nueva declaración de la CMA llega apenas un mes después del inicio de la Fase 2. El regulador británico ya pidió en julio a comprador y vendedor que presentaran sus propuestas sobre compensaciones para allanar la compra. La omisión de este trámite provocó que Reino Unido iniciara una investigación en profundidad, lo que se traduciría en un retraso de la aprobación hasta el año 2022.

El calendario, de acuerdo a la documentación consultada, sigue siendo el mismo. Por un lado, la fecha final para conocer el veredicto no cambia con este último pronunciamiento de la CMA y, por otro, Cellnex ya estaba convencida de que la luz verde final no llegaría en lo que queda de 2021. Con todo, Reino Unido ha dado ahora un nuevo plazo para que los interesados enmienden su análisis. La fecha última para contestar expira el próximo jueves 2 de septiembre. Sobre los ajustes, fuentes de la compañía consideran que todavía es pronto para especular sobre qué descartes regulatorios (remedies, en el argot de las compañías) impondrá la CMA, en el caso de haberlos finalmente. En el sector tampoco se esperan fuertes medidas, salvo en zonas geográficas concretas del país, donde la concentración sí podría ser excesiva.

Operación clave para Cellnex

La compra de Hutchison, valorada en 10.000 millones de euros -el desembolso más importante hasta la fecha para Cellnex- está estructurada en seis transacciones separadas. Tras el cierre final, la compañía con sede en Barcelona se hará con 24.600 emplazamientos de telecomunicaciones. No están únicamente en Reino Unido, sino también en Austria, Dinamarca, Irlanda, Suecia e Italia. En este sentido, los servicios de competencia del país transalpino llevaron a cabo actuaciones similares a las de la CMA, pero decidieron dar el ok a la operación este verano.

Distintas casas de analistas coinciden que está operación provocará que Cellnex rompa la barrera de los 100.000 emplazamientos en todo el Viejo Continente. La compra está enmarcada en la política de rápido crecimiento de la compañía, algo que se ha evidenciado desde que saltara al parqué hace más de un lustro. Ha llevado a cabo adquisiciones de otros operadores en Portugal (300 millones) y Polonia (800 millones de euros), entre otros.

Esta secuencia de compras está respaldada por los inversores, que han puesto de manifiesto su apetito por el negocio. La gestión de las torres de telecomunicaciones desde un actor neutral, es decir, desvinculado de cualquier operador telefónico, ha llevado al capital riesgo a fijarse en compañías como Cellnex. Un ejemplo claro es el respaldo recibido por el fondo soberano de Singapur GIC, ya primer accionista. Otras firmas como Telefónica han buscado alianzas con socios financieros de la talla de KKR y Pontegadea (Amancio Ortega) para segregar sus activos a través de Telxius.

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