La venta de ITP-Aero no va a ser nada sencilla. Ya lo demostró el intento de compra de Indra, en 2019, y va camino de probarlo de nuevo el proceso de este año, en el que se han clasificado para la puja final dos ofertas por parte de los fondos de capital riesgo Cinven y Bain Capital. Ambos han pasado el primer corte, pero siguen pendientes de las condiciones que el Gobierno quiere imponer en el proceso antes de que la fabricante de motores termine en manos de uno de los dos socios financieros. Y aunque las reuniones entre ITP y el Ejecutivo central y vasco se repiten frecuentemente en los últimos meses, la venta sigue sin avances y sin esclarecer cuál será el futuro propietario.
Distintas fuentes consultadas por La Información coinciden en que el ambiente se ha enrarecido en las últimas semanas y que, pese a que el proceso sigue abierto, la operación podría volver al punto inicial de la partida. La entrada de un socio industrial en la ecuación es parte de este problema, inciden voces cercanas al proceso, pues es la condición que el Gobierno del País Vasco y el de España han puesto sobre mesa sin reparar en las dificultades que entraña. Así, el Ejecutivo quiere reservar un porcentaje para este futuro socio, pero desde Rolls-Royce no están dispuestos a asumir, de entrada, cómo debe quedar el equilibrio accionarial. De hecho, la compañía británica no tiene ningún inconveniente en que el 100% de la compañía termine en manos de un socio puramente financiero. Rolls-Royce no quiso realizar comentarios.
En los mentideros suenan todo tipo de nombres de empresas a las que el Gobierno habría llamado a la puerta. Los de Aciturri, Sener, CAF, Gestamp o Tecnobit salen a la palestra, aunque parte de ellos reconocen en privado estar fuera de las quinielas. La realidad es que la entrada de alguna de estas firmas en el capital de ITP es sumamente difícil porque, o bien no tienen suficiente músculo para acometer la inversión, o su negocio no encaja estratégicamente con el de la fabricación de motores. Los rumores también alcanzan a empresarios a título individual, como José Poza, vicepresidente de MásMóvil, o a familias como Abelló o March.
Por contra, Rolls sigue cumpliendo con su papel. Ha colocado el cartel del 'se vende' a ITP y ha seleccionado las ofertas de Bain Capital y Cinven de entre todas las recibidas. Atendiendo a criterios económicos y políticos, la propuesta de los británicos y los estadounidenses cumplen con dos requisitos clave: mantener el centro de decisiones en España y asegurar un desembolso de no menos de 1.500 millones de euros por la compañía.
Pero las peticiones de la administración no terminan ahí. El Gobierno sigue exigiendo y recordando que su visto bueno es imprescindible para la venta, pues la participación de ITP en proyectos estratégicos del Ministerio de Defensa - la fabricación de los motores para el avión de combate FCAS, por ejemplo - dan al Gobierno central capacidad para vetar la operación. Con María Dolores de Cospedal como antigua ministra de Defensa, recuerdan distintas voces, la venta de Sener a Rolls fue congelada en 2017 durante más de un año hasta que no consiguió consensuar que Josep Piqué fuese el presidente de la compañía.
La relación del Gobierno con las empresas industriales en España pasa por momentos delicados. La falta de alternativas en la venta de ITP se suman a las peticiones de trabajadores de la industria para influir en compañías como Airbus y a los intentos fallidos de buscar una fusión entre distintos proveedores aeronáuticos (Aciturri, Alestis y Aernnova, principalmente), una posibilidad que aparece cada cierto tiempo y que ahora ha caído en el olvido.
Presentación del plan industrial
Mientras, se suceden las reuniones. La última se produjo este mismo miércoles, en un encuentro al que asistieron todas las partes implicadas. Por parte de la administración, a la cita fueron miembros del Gobierno central - también del vasco - representados por Raúl Blanco, secretario general del Ministerio de Industria, y miembros del Ministerio de Defensa. Por la parte empresarial, asistieron representantes de ITP y ningún representante de los compradores interesados. La cita, cuyo carácter fue "técnico", según fuentes del ministerio de Reyes Maroto consultadas por este medio, abordó el plan industrial a futuro de ITP.
La cita llega en un momento clave para ITP, que cuenta con una plantilla de aproximadamente 4.000 empleados en el mundo y tiene en España su mayor mercado (cerca del 75% de los trabajadores). Sus empleados, concentrados principalmente en fábricas del País Vasco, no solo han sufrido en los últimos meses recortes y ajustes, sino que los han impugnado ante las autoridades laborales y judiciales hasta conseguir resoluciones favorables.
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