La CNMC no ve la luz: lleva cuatro meses investigando el recibo sin resultados

  • Competencia empezó a analizar la evolución de los precios en primavera sorprendida por el impacto nulo de las lluvias en el mercado eléctrico
Pantano en Irati (Navarra).
Pantano en Irati (Navarra).
EFE

En plena canícula cuesta recordar que la pasada primavera llovió en España como hacía mucho tiempo que no lo hacía. Los embalses se recuperaron y el fantasma de la sequía desapareció como por ensalmo. Pero algo no cuadró; algo que se arrastra desde entonces. Los precios de la electricidad se comportaron de forma anómala. En lugar de moderarse por la mayor disposición de agua, los precios se elevaron -y se elevan- tanto que apuntan ya a un año recórd. Las alarmas saltaron en mayo. La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) sacó la lupa de investigar. Pero cuatro meses después, mientras crece la alarma por la subida de la luz, no hay resultados.

Tanto la CNMC, con su presidente Marín Quemada a la cabeza, como el nuevo secretario de Estado de Energía José Domínguez Abascal, confirmaron en julio en un acto en el que coincidieron en Santander, que existe una investigación en marcha sobre el mercado eléctrico. Pero la realidad es que la Dirección de Energía de la CNMC analiza la evolución de los precios en el mercado mayorista de electricidad desde hace ya cuatro meses. Sin resultados.

La investigación, de la que dio cuenta La Información, comenzó en mayo. Los precios de la electricidad habían subido en abril un 6,2% respecto al mes anterior cuando se esperaban bajadas por la abundancia de lluvias. El análisis de la CNMC, según confirmaron fuentes del organismo, no presuponía la existencia de irregularidades. Pero tampoco era una acción rutinaria porque la Comisión se declaraba entonces "sorprendida" por la evolución del mercado.

Bajo la lupa

Bajo la lupa de la CNMC está, sobre todo, Iberdrola, propietaria de 23 centrales hidroeléctricas con 8.847 MW instalados y Endesa (4.759 MW). Son las empresas que controlan el negocio del agua. Ninguna compañía ha reconocido a La información haber recibido notificación oficial sobre las investigaciones en marcha y no ha sido posible obtener versión oficial sobre el caso de la CNMC.

En teoría la encuesta sigue en marcha. Con más razón aún a la vista de la evolución de los precios en el mercado eléctrico en las últimas semanas. En primavera, as empresas explicaban que, aunque el efecto de las lluvias no se reflejaba en el recibo, en la estación seca sí se notaría su efecto.

No ha sido así. Los precios en el mercado mayorista de electricidad, que suponen el 35% del recibo, están por encima de la media mensual de los últimos 10 años desde mayo y esta semanas han marcado nuevos máximos anuales (74,82 euros/MWh). Para el consumidor medio es un golpe. La factura de un consumidor medio con tarifa regulada (PVPC), con un consumo de alrededor de 3.500 kwh/año y una potencia de 4 Kw, se situó en julio en 66,5 euros, con un aumento del 12% desde el mes de marzo.

Con las autoridades recelosas, el debate sobre la gestión del agua en España crece. Jorge Morales, de la Fundación Renovables, tiene clara la razón por la que los precios no reaccionan a la mayor generación con agua, de coste prácticamente nulo: "Se especula con el agua" explica "la ley lo permite y las empresas lo hacen". Sencillamente, esperan el mejor momento para colocar la producción hidroléctrica al mejor precio.

De vuelta al Estado

Unidos Podemos ha presentado en el Congreso una proposición de ley que plantea regular el paso al patrimonio del Estado de las centrales que explotan las grandes eléctricas conforme sus concesiones vayan expirando.

En España funcionan 800 centrales hidroeléctricas instaladas en ríos y pantanos y suman 20.332 Megawatios de potencia -casi la cuarta parte del total instalado-. Aunque sin datos exactos, en los próximos 20 años se extinguirán las concesiones de unas 250 centrales, según datos del Ministerio de Medio Ambiente. 

Las centrales son un buen negocio no sólo porque convierten en beneficios el agua que cae del cielo, sino también porque las instalaciones están amortizadas. Entre 1950 y la década de los 70, las empresas cobraron compensaciones por encima de los costes registrados según facturas, dentro del sistema denominado OFILE –Oficina Liquidadora de la Energía Eléctrica-; posteriormente, cobraron también parte de los denominados Costes de Transición a la Competencia (CTC).

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