Antes de aterrizar en el capital de Dia, el magnate ruso Mikhail Fridman, dueño del fondo de inversión Letterone, señaló un país como destino de crecimiento para la cadena de supermercados: Brasil. La primera plaza del grupo por volumen de negocio, siempre con permiso de España, tenía potencial para acoger “miles de tiendas” nuevas. Pero una vez consumada la opa y revisado el estado de salud de la compañía, la necesidad de rentabilizar el negocio hizo que el nuevo propietario apostara por reconvertir los establecimientos antes de pensar en expandirse. La realidad: desde 2019 ha cerrado 400 establecimientos en el país, dejándolo como el más afectado por la reestructuración del grupo.
El pronóstico de Letterone lo dio una vez lanzada la opa sobre la cadena de supermercados. Tras conocer que el antiguo consejo de administración había encargado a los bancos acreedores la posible venta de sus filiales, el fondo de inversión respondió a través de un comunicado."Creemos que Brasil es un mercado muy relevante. No hay otro distribuidor alimentario moderno como Dia en Brasil, por lo que hay una gran oportunidad para que se convierta en un operador fuerte en este país, que tiene un potencial de crecimiento enorme". En resumen, la región era "clave" y tenía margen para abrir "miles de tiendas".
Ya con la opa sobre la mesa, el fondo con base en Luxemburgo ahondó en los porqués de su apuesta por Brasil. "En el país, las tiendas de conveniencia de barrio también han mostrado un fuerte crecimiento, y se espera que los grandes distribuidores inviertan en este canal. La tasa de crecimiento anual en el periodo 2017-2022 es unas 3 veces mayor que la portuguesa y española", afirmaba un informe de la consultora de Duff & Phelps que hizo valer Letterone.
Pero la realidad dos años después es distinta. La información revelada ayer, jueves, ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ponía de manifiesto que Brasil ha sido el país con más cierres de todas las plazas de la cadena de supermercados. Frente a la evolución de mercados como el de España y el de Portugal, el brasileño ha cerrado 401 tiendas desde marzo de 2021, un 34,6% respecto a las tiendas de dos años atrás (1.155 establecimientos).
La evolución es especialmente llamativa en las franquicias, donde se ha concentrado la mayoría de cierres. La compañía no lo escondió: "Brasil está gestionando los problemas históricos experimentados con este formato al tiempo que está optimizando su red de tiendas", afirmó al respecto. Este conflicto ha hecho mella en este último trimestre a su resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado, que ha caído (-7,8% respecto al mismo periodo del año anterior) "por la resolución de problemas heredados en el pasado con franquiciados y el aumento de los costes operativos y laborales", en palabras de la propia compañía.
Éxodo en tres estados
En este desequilibrio ha sido fundamental la espantada de Dia de varias regiones. Hace apenas cinco años, el número de establecimientos de Dia se repartía entre São Paulo, Minas Gerais, Bahia, Río Grande do Sul y Río de Janeiro; hoy, tras distintas ventas, el grupo se ha quedado únicamente en dos de estas cinco estados (São Paulo y Minas Gerais). La última desinversión se llevó a cabo en Río Grande do Sul, que cuenta con más de 11 millones de habitantes.
Las fuentes consultadas inciden en que el plan de recuperación de Fridman establecía varios años de transición. De momento, los brotes verdes se encuentran en las ventas comparables (like-for-like). Brasil es el único país que durante los tres primeros meses del año ha sido capaz de incrementar este indicador. La hoja de ruta pasa ahora por centrarse especialmente en la ciudad de São Paulo. A partir de ese enclave, la compañía quiere extenderse por el resto del país.
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