El Real Madrid va a entrar en una nueva dimensión empresarial con la remodelación del Estadio Santiago Bernabeú. La obra faraónica propuesta por Florentino Pérez y aprobada por la masa social a través de la asamblea de compromisarios, constituye el punto de inflexión en el modelo de gestión que el presidente del club trata de imponer desde que llegó al cargo en el año 2000. El Real Madrid va a aprovechar su gran proyecto arquitectónico para presentarse en sociedad ante la comunidad financiera solicitando una calificación de deuda que equipara la entidad con las principales sociedades cotizadas del país. A partir de ahí el club pretende entrar por la puerta grande en los mercados de capitales con una emisión de bonos de 400 millones de euros.
Los detalles de la operación están siendo ultimados estos días por los asesores financieros de Key Capital Partners, el banco de inversión que estuvo detrás del acuerdo establecido a mediados de 2017 por el Real Madrid con el fondo norteamericano Providence para la explotación conjunta de los patrocinios y el marketing promocional del club durante los siguientes 10 años. Key Capital ha gestionado también ahora la contratación de JP Morgan y Citigroup como bancos colocadores de la citada oferta de bonos que será destinada principalmente a inversores cualificados de Estados Unidos.
El 'Bernabéu del Siglo XXI', como lo define Florentino Pérez, iba a ser financiado mediante un acuerdo de cesión de marca con el grupo IPIC de Abu Dabhi, actuales propietarios de la petrolera Cepsa, y que pondrían su nombre al Estadio durante un periodo de 20 años. El fondo árabe dio después la espantada alegando que el proyecto había sido modificado tras el rechazo del Ayuntamiento de Madrid y del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a la propuesta inicial presentada por el club blanco. Los retrasos y consiguientes cambios sufridos desde que surgió la iniciativa en 2009 han incrementado el coste hasta los 525 millones si bien la emisión de bonos se limitará a los 400 millones presupuestados en la primera fase del acuerdo con los fallidos inversores del emirato.
En medios financieros relacionados con la operación estiman que el Real Madrid tampoco necesita una calificación de triple A para asegurar la cobertura de la nueva deuda que en todo caso dispondrá de una calificación en grado de inversión. La posición neta de tesorería y las expectativas de generación de ingresos de club avalan tanto la posición de partida como el futuro inmediato de una entidad que, por otra parte, constituye una de las marcas más renombradas de España. En este sentido, las estimaciones de crecimiento económico del país, al margen de las incertidumbres políticas, juegan también a favor de los bancos que estos días están ultimando la ronda de contactos con los inversores estadounidenses.
Líder mundial en ingresos económicos
Los últimos datos oficiales difundidos por al entidad deportiva que preside Florentino Pérez muestran una deuda negativa de 107 millones de euros. Esta es la partida resultante de sumar la caja del club con la posición acreedora y restar del total la deuda acumulada. Aparte de un balance saneado la evolución del negocio se ha traducido en un incremento anual del 11% a lo largo de los últimos ejercicios hasta totalizar la cifra de 750 millones al término de la temporada pasada. Todo ello ha permitido que el Real Madrid recupere el liderazgo en la clasificación económica que elabora todos los años la consultora Deloitte como el club con mayor cifra de ingresos, incluyendo los derechos de imagen en televisión, los ingresos de taquilla y la facturación de material promocional y patrocinios.
Este último capítulo constituye un elemento esencial en la proyección comercial de la entidad para los próximos años. De hecho, Florentino Pérez se ha asociado con Providence en una alianza que ha supuesto el pago por parte del fondo estadounidense de 200 millones de euros. A partir de ahí y hasta el año 2027 esta entidad financiera percibirá un 20% del incremento de los ingresos comerciales generados en este segmento de actividad. A tal efecto, el Real Madrid ha fichado a instancias de Providence al gurú del markéting deportivo Dave Hopkinson, procedente de los Toronto Raptors de la NBA. El directivo canadiense lleva trabajando desde principios de la presente temporada con la misión de coordinar una línea de actividad comercial que puede suponer una extraordinaria mina de ingresos para el club.
De acuerdo con los datos de Facebook, el Real Madrid cuenta con 100 millones de seguidores en el mundo y, sin embargo, el 80% de sus ingresos se generan a partir de los cuatro millones de aficionados que están radicados en España. Todo ello hace pensar en una potencialidad de mercado que puede multiplicar de manera exponencial la actividad económica del club a poco que sus responsables comerciales consigan monetizar una pequeña porción de esa inmensa legión de madridistas repartidos por todo el planeta. La joint venture con Providence tiende a este objetivo y sobre esta misma base se edifica también el programa de financiación para construir el nuevo Bernabéu y asegurar el desarrollo del proyecto deportivo y social durante los próximos años.
Florentino Pérez ha garantizado desde el primer día que el Real Madrid seguirá siendo de sus socios y así es desde el punto de vista de su estructura corporativa como club de fútbol. Otra cosa diferente es el proyecto mercantil que obliga a considerar la marca Real Madrid como un concepto global. A fin de cuentas, el negocio puramente deportivo; esto es los ingresos que dejan los aficionados por ver en directo y en vivo a su equipo solo representan un 20% escaso del total. Como decía hace ya un tiempo un importante directivo de la entidad, "el Real Madrid es realmente de todos aquellos 'madridistas' que puedan comprar un producto del club, cualquiera que sea, en cualquier parte del mundo".
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