Empezó su negocio de cortacéspedes con tan solo 13 años... y ahora es millonario

  • A partir de un préstamo de 8.000 dólares fundó una empresa de jardinería, que en 2011 fue una de las startups más importantes.
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Conseguir levantar un negocio siendo apenas un niño nunca es fácil, sin embargo, hay quien, a pesar de renunciar a muchas de las ventajas de la juventud, decide apostar por sus ideas. A Emil Motycka le llamó la atención la jardinería cuando apenas tenía 13 años y, como el mismo explica en su página web, "cuando empecé mi negocio mi madre todavía me estaba arropando". 

Emil siempre había destacado por su naturaleza empresarial. Con menos de ocho años revendía las pelotas de golf que recogía del campo que tenía al lado de su casa. Pero no fue hasta unos años después cuando descubrió su verdadero negocio. Durante el instituto tuvo que hacer un proyecto sobre un sector laboral concreto. Emil decidió hacerlo sobre jardinería, trabajar al aire libre y con máquinas grandes. A partir de ahí descubrió una oportunidad de negocio para comenzar a ahorrar, si cobraba 10 dólares por césped, en una hora podía conseguir 20.

Sus primeros clientes fueron sus tíos, pero el trabajo no le resultó tan fácil como esperaba ya que no contaba con una podadora y tenía que cortar el césped manualmente con las tijeras y de rodillas. Además, el trabajo no le permitía compaginar su vida social. "¿Qué haces este fin de semana? Vamos a la piscina y deberías venir ... pero no puedes ", le decían sus amigos.

A pesar de ello quiso continuar con su proyecto pero ampliando el negocio. Consiguió un préstamo de 8.000 dólares, con la firma de sus padres, con lo que se compró un cortacésped. La inversión funcionó y en apenas dos años había pagado un préstamo de cuatro. El negocio continuó creciendo y con 16 años Emil ya pudo comprar un camión y un remolque y contrató a sus primeros empleados: algunos de ellos le duplicaban la edad.

Dos años después la empresa de Emil consiguió asentarse en el mercado y y obtuvo el reconocimiento profesional tras ganar varios premios y hacerse con una beca de educación financiera. Sin embargo, al empezar la universidad el negocio se empezó a tambalear, decidió priorizar los estudios y tuvo que renunciar a algunos trabajos por falta de tiempo. Además, un contratiempo familiar le hizo perder todos sus ahorros para la universidad.

Esta situación puso de manifiesto la naturaleza empresarial de Emil que, lejos de bajar los brazos, decidió volver a relanzar el proyecto para poder pagar sus clases. Durante su etapa universitaria compró primero una empresa para ampliar la oferta de servicios y más tarde otra para ampliar el mercado.

Invitado a la Casa Blanca

Tras volver a alcanzar su estatus en el mercado, Emil recibió numerosos reconocimientos: su empresa apareció como una de las startups más importantes en 2011, fue nominado para el Premio Empact 100 y fue invitado a la Casa Blanca como uno de los 100 jóvenes empresarios que influyen positivamente en la economía estadounidense.

Tras continuar ampliando su negocio y tras duplicar el número de clientes, Emil, defensor del espíritu empresarial juvenil, decidió vender su empresa en 2015, con apenas 27 años. A pesar de que contaba con una estabilidad económica para tomarse, al menos, unos años libres, decidió continuar en el sector de la jardinería y actualmente trabaja en el departamento de clientes de una empresa del sector.

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