Enel aprovechará la cumbre del Clima para 'lanzar' una nueva Endesa verde

  • Los objetivos, muy ambiciosos según admiten fuentes de la empresa, obligarán a instalar 1.000 MW renovables al año durante la próxima década.
José Bogas (izda), consejero delegado de Endesa, con el nuevo presidente Juan Sánchez-Calero.
José Bogas (izda), consejero delegado de Endesa, con el nuevo presidente Juan Sánchez-Calero.
JOSÉ GONZÁLEZ

En Italia también se hila fino y cada puntada lleva su hilo. El grupo Enel, propiedad en un 23,6% del Estado italiano, va a aprovechar la próxima Cumbre del Clima (COP 25) para amplificar el plan que pretende convertir a la crisálida contaminante Endesa en una mariposa renovable y limpia. La compañía italiana, propietaria del 70% de la eléctrica española, tiene previsto presentar los días 26 y 27 los planes estratégicos de la matriz y de su filial española. Lo hará en vísperas del comienzo en Madrid del encuentro del clima de la ONU y con el anuncio de que Endesa se va a volcar en la inversión renovable con 1.000 millones anuales hasta 2030.

Enel quiere una Endesa con piel nueva. La eléctrica sigue estando en lo más alto del ranking de empresas contaminantes, según el Observatorio de la Sostenibilidad. Y eso ya no es negocio. En 2018, Endesa llegó a emitir un 9,2% de todas las emisiones del país. En total, 30 millones de toneladas equivalentes de CO2. Ahora se impone un giro en la estrategia. Manda lo verde y se analizan oportunidades entre activos que están en venta, como la división renovable de ACS, Zero-E.

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, pilota el cambio. Quiere que Endesa desarrolle hasta un 15% de los objetivos de energías limpias esbozados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) . Es un objetivo muy ambicioso, admiten fuentes de la empresa y obligará a instalar 1.000 MW renovables al año durante la próxima década. Más de 10.000 millones de inversión para mudar de piel.

Compromiso ante inversores

Enel empuja. La compañía italiana se ha comprometido ante los inversores, en folleto público, a que el porcentaje de su capacidad instalada en fuentes renovables será igual o superior al 55% para el 31 de diciembre de 2021. En los planes, que concretará en vísperas de la conferencia de Madrid, España y Endesa tienen un papel determinante. Viento, agua y parque nuclear mientras dure. Esa es la vía elegida para el negocio en la península ibérica.

A la espera del nuevo plan estratégico 2020-2023, Endesa ha dado los primeros pasos en la reconversión hacia lo verde. La compañía ha adelantado los planes de cierre de su parque de generación más contaminante. Los ha extendido a las centrales que no sólo queman carbón nacional (Compostilla y Andorra, en León y Teruel respectivamente) sino también carbón importado. Las centrales de As Pontes (A Coruña) y Litoral (Almería) tienen los días contados.

Endesa ya había presentado en diciembre pasado la solicitud formal de cierre de las centrales de carbón de Andorra (Teruel) y Compostilla (León). Consideró entonces que las actuales circunstancias regulatorias y de mercado hacían imposible abordar las inversiones necesarias para que las centrales cumplieran con los nuevos límites de emisiones establecidos por la Unión Europea, que entrarán en vigor el 30 de junio de 2020.

Escollo en el camino

El camino está trazado, pero hay escollos. El más importante e inmediato, el conflicto abierto en la empresa por la falta de convenio. Dos años de negociaciones, manifestaciones, recursos, demandas y encierros no han sido suficientes para que sindicatos y empresa acuerden un nuevo convenio.

En el último pulso, los representantes de los sindicatos UGT -mayoritario-, CC OO y SIE mantuvieron un encierro de semanas en la sede madrileña de la compañía. El frente se ha roto. UGT y la dirección de la empresa han acordado recurrir al arbitraje para resolver las diferencias que, entre otras cosas, amenazan los beneficios sociales -tarifa de empleados- de 26.000 jubilados y empleados de la compañía.

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