Complicado encaje de piezas

Escribano apura plazos para su entrada en el consejo de Indra antes del nuevo plan

Su llegada implicaría una sacudida pues habría que ejecutar una salida para no tener que ampliar el número de consejeros. La empresa dirigida por De los Mozos arranca la cuenta atrás para lanzar el nuevo plan estratégico.

Indra sede
Escribano apura para pedir su entrada en el consejo de Indra tras alcanzar al 8%.
CONTACTO vía Europa Press

La empresa armamentística española Escribano alcanzó el 8% de Indra a finales de noviembre, convirtiéndose en el máximo accionista tras la Sepi. La compañía aspiraba a tener influencia en las decisiones a tomar por el consejo del grupo dirigido por José Vicente de los Mozos. Dos meses después, la firma con sede en Alcalá de Henares (Madrid) apura plazos y no se ha decidido aún a pedir su propio sillón como tienen otros socios como Amber Capital o Sapa, que cuentan con posiciones accionariales inferiores. Su previsible irrupción implicará cambios relevantes en el órgano de administración pues hoy tiene el número máximo de sitios que marcan sus estatutos sociales. El hecho de no haber movido ficha aún abre la puerta a una solución pactada.

En el pasado mes de marzo la empresa empezó a adquirir títulos de Indra y en mayo alcanzó una posición del 3% tras invertir más de 65 millones. Posteriormente fue adquiriendo más. Y en noviembre notificó que alcanzó el 8%. No era una cifra cualquiera. Suponía superar a todo el ‘núcleo duro’ de socios. En las declaraciones públicas hablaba de una “inversión estratégica” para contribuir al desarrollo de programas de defensa actuales y futuros. Pero en su memoria anual de resultados insistía en que la toma de participación tenía también como objetivo “participar en aquellas decisiones que pudieran afectar a la organización” para alcanzar “un marco de colaboración en el que se desarrollen los negocios favorablemente para los participantes”. Buscaba capacidad de influencia pero siempre desde la colaboración. Pese a que desde fuera del consejo se puede llevar a efecto, la realidad es que lo habitual es hacerlo desde dentro.

Por ahora esa entrada no se ha producido. Y no ha habido petición formal. Desde la firma fuentes oficiales se limitan a asegurar que no ha tenido lugar y que aún no hay nada decidido sobre cómo actuará. Amber superó la barrera del 7% en la misma semana en al que el consejo aprobó el orden del día de la junta en la que se le hacía un hueco a su representante, el abogado Pablo Jiménez de Parga, incrementando de 14 a 16 los puestos. En el caso de Sapa fue algo más complicado pues hubo rechazos por la mayoría de independientes en plena pugna corporativa en 2022. La realidad es que el hueco para los hermanos Escribano acarrea más cambios.

Tal y como queda reflejado en los estatutos sociales el número mínimo de consejeros en el máximo órgano de decisión de la compañía es de ocho y el máximo de dieciséis. Hoy hay dieciséis puestos ocupados después precisamente de ese incremento a petición del fondo dirigido por Joseph Oughourlian. Ocho de ellos son independientes, precisamente para asegurarse que no se quedaban en minoría desde la sacudida accionarial. Una de las opciones para acomodar esta nueva entrada sería incrementar el número, aunque esta opción pierde mucha fuerza internamente, según explican fuentes conocedoras, por los efectos que generaría en el resto de repartos, entre otras razones.

Por tanto, sólo quedaría la salida de uno de los miembros actuales. Hoy se compone de dos ejecutivos, cinco dominicales y ‘Otro Externo’ (el presidente no ejecutivo, Marc Murtra) junto con ocho independientes. Éstos están en igualdad de condiciones respecto al resto, porque el propio Murtra renunció al voto de calidad. Las mismas fuentes señalan que no estaría sobre la mesa la salida de Luis Abril, el otro ejecutivo junto al CEO, José Vicente de los Mozos, y responsable del negocio de Minsait. Pese al giro hacia el negocio de la defensa, éste último sigue teniendo un peso relevante en la cuenta de resultados.

La apertura de la puerta del consejo a los Escribano implicará la salida de un miembro con la opción de incrementar la cifra de puestos perdiendo fuerza

El encaje de piezas no va a ser ni mucho menos una tarea fácil un año después del cierre de la investigación de la CNMV por el golpe de mano vivido en la junta general de 2022. Aún quedaría margen antes de la nueva junta general de accionistas que sería a partir del segundo trimestre del año. Hasta ahora se ha buscado que los independientes tengan bastante peso -hoy dirigidos por Virginia Arce- como recomienda el propio supervisor en el Código de Buen Gobierno. La salida de un independiente rompería con esa igualdad. Lo que resulta claro es que Escribano buscará una salida pactada en este caso.

Esta decisión de apurar para presentar su candidatura de consejero se interpreta en el grupo de defensa como una muestra de confianza hacia la compañía presidida por Marc Murtra. La relación cercana del grupo madrileño con Moncloa, donde el presidente del Gobierno ha reclamado una consolidación para hacer más grande esta industria -lo hizo recientemente en el Foro de Davos, cuando aseguró que el plan pasaba por ser “más grandes”-, y su dependencia relevante hacia la contratación pública en este sector están como telón de fondo.

El nuevo plan estratégico

Mientras estos movimientos de piezas se producen, el núcleo ejecutivo de Indra se acerca a la fecha final para tener un documento definitivo del plan estratégico que tendrá que presentar el próximo 6 de marzo en el Investor Day. El propio consejero delegado, José Vicente de los Mozos, se comprometió a llegar al 100% de elaboración a finales de este mes de enero para poder llevarlo y aprobarlo en el consejo de administración en febrero. El debate interno está siendo muy intenso, especialmente en lo referente al futuro de Minsait y a la potencial entrada en otras compañías de defensa -con Santa Bárbara y otras como potenciales candidatas en el futuro- y del espacio, con Hispasat -cuyo presidente es también consejero de Escribano- en el disparadero.

La venta total de la división tecnológica dirigida por Luis Abril ha sido especialmente defendida por Joseph Oughourlian. Sin embargo, en el seno de la empresa han analizado soluciones intermedias pues en esa división existen áreas críticas como el negocio del escrutinio electoral y otras que tienen tecnologías de doble uso -que son explotadas para los proyectos de defensa-. Aún no se ha cerrado una decisión definitiva. La cuenta atrás para tener una hoja de ruta completa arranca ahora con la tarea pendiente de recomponer el consejo cuando Escribano dé el paso.

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