FTX cumple los peores pronósticos. La plataforma de criptomonedas ha pedido acogerse a la ley de quiebras en Estados Unidos, una decisión que ha conllevado la renuncia de su fundador y máximo responsable, Sam Bankman-Fried. La bancarrota confirma el colapso total de esta plataforma, una de las más importantes del sector, que llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares y que en los últimos días se ha venido abajo por falta de liquidez y con los usuarios apresurándose a retirar sus fondos. En un comunicado, FTX asegura que la declaración de bancarrota es la medida adecuada para gestionar los activos de la compañía y proteger los intereses de sus accionistas.
El proceso afectará a unas 130 empresas afiliadas, incluida su firma de inversiones Alameda Research, pero no a las filiales Ledgerx.LLC, FTX Digital Markets, LTD, FTX Australia y FTX Express Pay. La compañía anunció que el cargo de consejero delegado lo ocupará John J. Ray III y dijo que Bankman-Fried y numerosos empleados de la firma continuarán trabajando para asistir al nuevo máximo responsable y a profesionales independientes durante el proceso de quiebra.
En la noche de este jueves las autoridades de las Bahamas, donde tiene su sede la compañía, congelaron los activos a medida que el gigante de las criptomonedas buscan una salida a su problemas de liquidez y diesen los primeros pasos para nombrar a un encargado de liquidar una de sus entidades. FTX desembarcó en Bahamas en 2021 desde Hong Kong, donde había comenzado a operar y se había establecido como una de las plataformas de más éxito en el sector de las criptomonedas.
El agujero financiero asciende a 8.000 millones de dólares
La crisis se desató a finales de la semana pasada cuando muchos usuarios corrieron a retirar su dinero de la plataforma tras varias informaciones que empezaron a poner en duda su solvencia y ésta no pudo satisfacer las solicitudes de fondos. La compañía ha usado miles de millones de dólares depositados por sus clientes para financiar arriesgadas inversiones, como a Alameda Research, que las empleó a su vez para agresivas operaciones y ahora debe a la plataforma unos 10.000 millones de dólares.
La situación se complicó aún más este miércoles, cuando Binance -la principal plataforma de intercambio de monedas del mundo- anunció que retiraba la oferta de compra que había anunciado un día antes, cuando se había ofrecido a acudir en apoyo de su rival. El movimiento provocó un nuevo desplome del FTT, el activo digital de FTX, y fuertes caídas en todo el mercado de criptomonedas.
Finalmente, este jueves Bankman-Fried pidió disculpas y admitió que cometió errores a la hora de calcular los niveles de liquidez que eran necesarios, así como a la hora de dar explicaciones sobre la situación de la plataforma una vez que se desató la crisis. El multimillonario, de 30 años, dijo entonces estar haciendo todo lo posible para obtener liquidez y evitar una quiebra que finalmente se materializó este viernes, con un agujero financiero que se estimaba en unos 8.000 millones de dólares, aunque se especula con la idea de que pueda ser mayor.
Los reguladores estadounidenses como la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) están investigando si FTX manejó adecuadamente los fondos de los clientes, así como su relación con otras partes del 'criptoimperio' de Bankman-Fried, mientras que funcionarios del Departamento de Justicia también estarían trabajando con los abogados de la SEC.
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