Directivo con mano de hierro

García, el ‘tiburón’ de las telecos que vendió dos operadoras en una década

El CEO de Euskaltel repite la historia de Jazztel dos años después de su aterrizaje como primer ejecutivo: venta millonaria, jugoso bonus y sacudida al sector para consolidarlo.

José Miguel García, consejero delegado de Euskaltel
José Miguel García, consejero delegado de Euskaltel
EUSKALTEL - Archivo

Cuando en junio de 2019 el consejo de administración de Euskaltel aprobó su aterrizaje como consejero delegado, el cometido era bien claro: colocar al operador vasco en el escaparate nacional ante un futuro proceso de consolidación en el sector. Menos de dos años después, José Miguel García (Madrid, 1962) está a punto de firmar la segunda venta consecutiva repitiendo la historia de Jazztel: operación millonaria, con un jugoso bonus y sacudida al sector. A este ‘tiburón’ de las telecos le ha llegado la compra antes de lo esperado. Ahora tendrá el cometido de liderar la transición tras la opa, mientras se decide si existe cohabitación con Meinrad Spenger, el CEO de su comprador.

Este vendedor puro, muy seguro de sí mismo, como señalan tanto rivales como aliados, ha logrado liderar una operadora con una idiosincrasia muy particular con 'mano de hierro'. Eso es lo que, tanto unos como otros, siempre han destacado: su agresividad. Nada más llegar puso en alerta a una plantilla poco acostumbrada a los sobresaltos con varias decenas de despidos y la externalización de otros 40 dedicados al mantenimiento de redes a la china ZTE. Apenas unos meses después despidió a tres altos cargos, entre ellos, el director financiero, Jon Ander de las Fuentes. Quería formar su propio equipo con el objetivo de completar el lanzamiento de su marca nacional, muy esperado por Zegona, el fondo británico máximo accionista de la teleco y su gran valedor. Era su salvoconducto para ponerse, precisamente, en ese escaparate.

Necesidad de mano izquierda

Su gestión al frente de Euskaltel ha estado marcada por la necesidad para ganar terreno en un mercado muy poco accesible y muy promocional. El primer gran golpe comercial lo dio en el verano de 2019, apenas unos meses después de su aterrizaje, cuando tiró los precios con un descuento del 70% en un producto convergente de fibra y móvil. Sus competidores no se hicieron esperar y amenazaron con romper el mercado en el País Vasco, Galicia y Asturias, sus plazas de origen. Posteriormente aflojó para después volver a apretar con el lanzamiento de Virgin Telco a nivel nacional. Esa era su gran apuesta para colocarse en el mapa. La respuesta vino, sobre todo, del que hoy es su comprador, con la creación de Guuk, un operador sólo para el norte de España.

La relación con los empleados y con la sociedad vasca no ha sido especialmente fácil y ha necesitado de más mano izquierda. Él, como directivo impulsado por Zegona, fue visto con recelo por ambos. Y los primeros trámites para poner a la venta la red fija, para así financiar parte de su expansión nacional con Virgin, así lo pusieron de manifiesto. El Parlamento vasco sacó adelante a finales de ese 2019, con el respaldo de PNV y PSE y la abstención del PP, una moción en la que exigía al Ejecutivo liderado por el lehendakari, Íñigo Urkullu, que moviera ficha y estudiara a fondo la compra de acciones para tratar de recuperar la mayoría en el accionariado y evitar la pérdida del llamado 'ADN Vasco'. El comité de empresa también se sumó: "No queremos que vengan a especular". Después de dos años sin haber ejecutado esa venta, ante la falta de interés inversor, logró el beneplácito del PNV, que ha bendecido la venta.

En este tiempo, el ejecutivo ha logrado mantener estable a la compañía en cuanto a negocio. Asumió la dirección cuando los ingresos caían en torno a un 1%, con un ligero crecimiento en clientes. En el último trimestre de 2020, último periodo del que hay números, sumó 51.000 clientes netos nuevos, lo que supone un aumento récord. En el lado financiero, el volumen de facturación crecía un 4,6% gracias, en parte, a los primeros números de Virgin Telco, la gran apuesta de García. Cumplió los objetivos, tanto comerciales como financieros, aunque pese a la ligera rebaja de la deuda esta se mantuvo en 4,2 veces/Ebitda, la ratio más alta del sector.

La historia de Jazztel se repite

Esos números difieren de lo que sucedió hace ocho años, cuando García ocupaba ese mismo puesto en Jazztel antes de su venta -acumulaba varios trimestres de una cierta ralentización-. Allí llegó en 2006, de la mano del hispano-cubano Leopoldo Fernández Pujals, fundador de Telepizza, que acudió para tratar de salvarla de los crecientes problemas económicos. Su llegada buscaba reforzar esa recuperación. Entre ambos lograron calmar las aguas de los acreedores financieros y apretaron en una cruenta batalla corporativa con Telefónica, a la que culpaban de los problemas en el servicio. Finalmente sellaron la paz y poco a poco fueron ganando terreno. "José Miguel era promocional pero no era un loco de los precios", apunta un directivo del sector de las telecos. El lanzamiento del móvil, como un operador virtual bajo la red de Orange, lo convirtió en un operador convergente antes de que existiera Fusión en Movistar. La presión en el mercado se incrementaba.

En 2014, cuando el mercado estaba muy caliente, precisamente con la irrupción de Fusión en el mercado y con Yoigo peleando. ONO y la propia Jazztel eran dos de los grandes aspirantes. Tras la compra de la primera por Vodafone por más de 7.000 millones, Orange tuvo que contestar haciéndose con la segunda. Este fulgurante crecimiento y la transacción permitió al directivo madrileño disparar su sueldo, convirtiéndose en el consejero delegado mejor pagado del Ibex 35 con casi 15 millones de euros gracias a los diferentes planes de 'stock options'. Estos emolumentos, junto con su trayectoria pasada, le ha permitido tener un importante patrimonio personal, con negocios vinculados al sector inmobiliario -con varias sociedades particulares-, la alimentación -con la sociedad Agroeco Park- o a la consultoría. Un patrimonio que será complementado con el nuevo bonus que se repartirá en Euskaltel.

Un trotamundos

Con dos hijos, y aficionado a los barcos, este ingeniero de Electrónica y con un máster en Comunicaciones Digitales fue un trotamundos en el sector de las telecos. Aunque nació en Madrid, se mudó pronto con su familia a Australia. Allí empezó su carrera como consultor de telecomunicaciones y tecnología en Lincoln Scott International. Después cofundó y lideró la tecnológica Case Technology, que fue adquirida en el año 2000 por Cable & Wireless, empresa británica con operaciones en Reino Unido y Latinoamérica. Ahí se incorporó primero como consejero delegado de España y Portugal y luego ocupó puestos en Reino Unido y Panamá. En 2006, se incorporó a Jazztel como CEO hasta 2015. Después fue nombrado consejero de Millicom, mientras que en 2018 participó como asesor en la adquisición de las compañías SQRRL -de seguridad- y Briefcam -de analítica de vídeo- a Amazon y Canon, respectivamente. 

Ahora, el directivo, que se ha mostrado colaborador en el proceso de la opa de Másmóvil, deberá liderar la transición en Euskaltel hasta su integración. En Jazztel sucedió así, pero finalmente acabó saliendo. Ahora deberá convivir y entenderse con su homólogo, Meinrad Spenger, con el que guarda ciertas similitudes ejecutivas, como la agresividad en las decisiones y unas personalidades muy marcadas. Queda por ver si habrá 'cohabitación'. El 'tiburón' de las telecos cumplió su cometido, que era lograr una salida en la consolidación de las telecos. Quizá llegó demasiado temprano.

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