Tras quedar paralizada

El gobierno luso revive la privatización de TAP y aviva la pugna de sus pretendientes

El ejecutivo liderado por Luis Montenegro recoge en su programa gubernamental la intención de rescatar el plan de privatización del capital social de la aerolínea, sin resolver si pretende mantener una posición en la entidad.

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El gobierno luso revive la privatización de TAP y aviva la pugna de sus pretendientes
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El plan trazado el pasado septiembre por el gobierno portugués, entonces dirigido por António Costa, para privatizar al menos el 51% de la aerolínea TAP con la intención de garantizar el crecimiento de la compañía se topó un mes más tarde con la negativa del presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, quien paralizó la operación por falta de transparencia e información sobre la capacidad del Estado para controlar e intervenir en una empresa estratégica. Semanas después, la polémica dimisión del primer ministro luso terminó de enrevesar una operación, que quedó en manos del nuevo ejecutivo.

En esta coyuntura, la estrategia a seguir con la aerolínea insignia del Estado luso marca los primeros pasos de la nueva legislatura del gobierno encabezado por Luis Montenegro, quien no ha tardado en desvelar su visión sobre la privatización de la aerolínea después de tomar posesión del cargo a principios de abril. Tal y como recoge en su programa gubernamental y esgrime su gabinete de comunicación, la idea del ejecutivo es relanzar "el proceso de privatización del capital social de TAP, con el objetivo de mejorar la gestión y la competitividad de la aerolínea".

Si bien su iniciativa revela la intención de seguir adelante con la operación que se paralizó en la anterior legislatura, las primeras líneas avanzadas por el gobierno liderado por Montenegro no resuelven si pretende o no mantener una posición en el capital de la entidad, si la futura posición será de control ni cuándo tiene intención de llevar a cabo el proceso. El nuevo titular de la cartera de Infraestructuras y Vivienda, Miguel Pinto Luz, ya se mostró partidario de la privatización total en el pasado. Una visión contraria a la que guardó el ejecutivo anterior, más cercano a defender el control del Estado sobre la aerolínea.

Antes de la sucesión de obstáculos que han paralizado la operación, el decreto-ley que aprobó el gobierno luso recogía la voluntad de tener los pliegos listos a finales de año para completar el proceso de venta en el primer semestre de 2024. Un plazo, que el máximo ejecutivo de la compañía, Luís Rodrigues, admitió ver "muy difícil" ante la incertidumbre política que ha acechado al país en los últimos meses.

Las grandes aerolíneas, al acecho del proceso

El clima incierto que ha rodeado al futuro de la entidad portuguesa no ha disipado el interés que mostraron desde un principio las grandes aerolíneas europeas como IAG, matriz de Iberia y Vueling entre otras, Air France-KLM o la alemana Lufthansa. Los tres posibles pretendientes interesados en adquirir una participación en TAP siguen al acecho de la aerolínea que despierta gran atracción por sus vínculos con Brasil, del cual es el mayor proveedor europeo.

El director general del 'holding' hispano-británico ha expresado en reiteradas ocasiones su interés por hacerse con el control de una posición en una aerolínea clave para reforzar su programación con las conexiones hacia África y Brasil, si esta presenta unas condiciones de venta interesantes. En la misma línea se pronunciaron desde una de sus principales rivales, Air France-KLM, para asegurar que "siguen muy interesados" en el proceso y están a la espera de los próximos pasos, en unas declaraciones recientes que recoge Europa Press. La tercera candidata es Lufthansa, que se encuentra en un proceso de fusión con ITA Airways y que no tiene ningún tipo de restricción gubernamental para realizar adquisiciones tras la salida del gobierno alemán de su accionariado en septiembre de 2022. 

Sella su recuperación con un 2023 récord

Al margen de despejar las dudas de su futuro, TAP cosechó en el último ejercicio los mayores ingresos de su historia, registrando un beneficio récord de 177 millones de euros, que triplicó el anotado el año anterior. En su balance, la aerolínea puso en valor que los 4.200 millones de euros que registraron de ingresos de explotación, un 21% más que en 2022, "reflejan y confirman el enfoque estratégico del grupo ante las oportunidades de mercado".

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