¿Cumpleaños feliz? El iPhone celebra sus 12 años bajo la amenaza del gigante chino

  • Apple pierde más de un 17% en el último mes, por los temores a un potencial golpe de China tras el ataque contra Huawei y el veto de EEUU.
Steve Jobs 2007 presentación iphone
Steve Jobs 2007 presentación iphone
EFE

Las tiendas de Estados Unidos se preparaban para la llegada del iPhone, la nueva criatura de una Apple en reconversión, con dispositivos móviles como el iPod como su estrella rutilante. Era junio de 2007. Durante los tres primeros meses apenas vendió 123 millones de dólares y 1,3 millones de unidades. Ahora, doce años después, el gigante se enfrenta a uno de los mayores desafíos. Y no tiene nada que ver con el producto, sino con la guerra comercial con China.

La presentación de aquel teléfono táctil, seis meses antes, pudo ser un auténtico desastre técnico, pues las 'tripas' de aquel dispositivo generaban muchos fallos, que fueron salvados por varios 'trucos' de la compañía. Ahora esos problemas tan rudimentarios no existen. Son mucho más sofisticados y tienen que ver con la geopolítica.

El más golpeado por la guerra comercial

Apple (y su iPhone) es uno de los más señalados por la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China. Los primeros han movido ficha y han golpeado a uno de los mayores emblemas de los segundos: Huawei. Muchos esperan un nuevo movimiento en el sector tecnológico y Apple está en todas las quinielas.

No sólo por una posible imposición de fuertes aranceles, que obligarían a elevar los (ya elevados) precios de cada dispositivo, sino por el eventual corte del suministro de proveedores chinos al gigante norteamericano. Hay que recordar que aunque el diseño de los móviles se lleva a cabo en territorio estadounidense, el ensamblaje de buena parte de los componentes se hace en fábricas asiáticas. Foxconn es uno de esos grandes grupos.

Esa es la razón por la que la compañía no ha dejado de caer en el último mes en los mercados bursátiles. En total se ha dejado un 17% de su valor -decenas de miles de millones de euros en capitalización - y, sobre todo, ha sembrado muchas dudas sobre lo que puede ocurrir en las próximas semanas.

Los hay más optimistas con el futuro más cercano, como en Bank of America, cuyo analista cree que la probabilidad de represalias geopolíticas que afectaran al gigante son bajas. ¿La razón? "Dados los 2 millones de personas empleadas en la cadena de suministro de Apple en China y más de 2 millones de desarrolladores de aplicaciones allí", apunta.

Hay otros que lo son menos. El banco Morgan Stanley, tras recortar el precio objetivo un 10%, advirtió de que el mayor riesgo no es tanto las medida que vaya a tomar el país asiático, sino que los consumidores chinos empiezan a dar la espalda al iPhone, tras años de cariñosas acogidas comerciales. 

Lo que hay en juego

Sea como sea, no hay que olvidar que Apple se juega mucho. En China y también en el iPhone. El primero es uno de sus mercados clave, pese a la desaceleración sufrida: representa casi 20 de cada 100 dólares que ingresa, según las cifras del último año completo -que concluyó el pasado mes de septiembre-. El segundo supone la mayor fuente de ventas para el gigante: sólo en el último trimestre, acabado en marzo, concentró 31.000 de los 58.000 millones de dólares totales. La dependencia, pese a la diversificación ejecutada gracias al negocio vinculado a sus servicios digitales, es muy alta.

Y el contexto no es el más idóneo para afrontar esta crisis. El iPhone ha vivido una caída progresiva de las ventas (de más del 17% sólo en el último trimestre) precisamente por la fuerte competencia china y por el efecto de los altos precios en la gama más alta, que ha hecho que los compradores hayan huido a otras marcas.

Esta semana sale a escena para enseñar sus últimas novedades para mejorar el funcionamiento de las 'tripas' del iPhone en la conferencia anual de desarrolladores (WWDC), donde ha visto la luz el nuevo sistema operativo (también para las tabletas iPad). Las acciones a media sesión se dejaban otro 1%. Los temores siguen más vivos que nunca.

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