Irlanda tumba la tasa tech... tras ingresar 1.200 millones facturados desde España

  • Los cuatro grandes gigantes tecnológicos mantienen en el país europeo el centro de operaciones para rebajar al límite su factura fiscal.
Fotografía de Nadia Calviño, ministra de Economía / EFE
Fotografía de Nadia Calviño, ministra de Economía / EFE

Ni con una rebaja sustancial se logró sacar adelante. La Unión Europea ha sido incapaz de sacar adelante un impuesto con el que gravar a los gigantes tecnológicos y su ingeniería fiscal. Irlanda, junto a Dinamarca, Suecia y Finlandia, vetó su aprobación por enésima vez. Una de las razones hay que encontrarlas en su economía: ejerce como centro de operaciones de cuatro de las cinco grandes tecnológicas, gracias a su ley fiscal que permite reducir al máximo la factura tributaria de las multinacionales del sector. Desde España se facturó por Google, Facebook, Microsoft y Apple más de 1.200 millones a Dublín sólo en los últimos cinco años.

"Dadas las preocupaciones de nuestros ciudadanos, acepto que tendremos que hacer cambios a nivel mundial". Eran las palabras del ministro de Economía de Irlanda, Paschal Donohe, durante el Ecofin de este martes. Al igual que el resto de países opositores, defienden que lo ideal es que sea la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la que lidere la nueva tasa. Pero, la realidad es que Irlanda se juega mucho. Según un estudio reciente de la Comisión Europea, las multinacionales movieron a través del país beneficios equivalentes al menos a una cuarta parte de su PIB entre 2010 y 2015

¿Cómo ha logrado controlar esa cantidad de beneficios? Dos vías. Por un lado, por su legislación fiscal, gracias a la cual se permite crear una estructura societaria con la que trasladar allí los beneficios generados por las empresas en países como España. Por otro, por los llamados 'tax rulings', es decir, acuerdos particulares con empresas multinacionales que permiten a estas reducir al máximo la factura fiscal a cambio de inversiones. Uno de ellos fue el alcanzado con Apple, cuyo tipo impositivo se quedó en un ridículo 0,005% -lo que desembocó en la exigencia de devolución de 13.000 millones en impuestos no pagados-.

¿Y qué pasa en España?

En España, las empresas tecnológicas no son excepción. Una mayoría eligen a Irlanda para su centro de operaciones. ¿Consecuencia? La propiedad intelectual -y la facturación- se concentra allí, por lo que desde aquí sólo se limitan a refacturar gastos de marketing o promoción. En total, cuatro de las cinco grandes -a excepción de Amazon, que trabaja desde Luxemburgo- refacturaron a sociedades irlandesas más de 1.200 millones de euros entre los ejercicios 2013 y 2017 (último disponible para todas ellas), según las cifras presentadas en el Registro Mercantil.

El caso de Google es el más paradigmático. En este periodo 'envió' casi 350 millones de euros de facturas por servicios de marketing. Y, entonces, ¿cuál fue su negocio real? Es imposible de saber, pues todo se concentra desde Irlanda, que no desglosa públicamente su negocio (se estima que sólo en 2017 superó los 650 millones de euros 'reales'). Facebook repite estructura. Su publicidad se factura desde aquel país y en la filial local -Facebook Spain SL- se declaran esos trabajos. En total, 31 millones de euros hasta 2017.

Las cifras de Microsoft y Apple son distintas. La razón: no sólo venden servicios digitales, sino también productos físicos. Éstos son adquiridos a Irlanda a un precio fijado (llamado de transferencia) que si se eleva sobremanera, puede acabar recortando al límite los beneficios en España (y, por tanto, los impuestos pagados aquí). Al margen de las compras, sus filiales locales declararon unos ingresos por facturas a Irlanda de 644 millones en el fabricante de Windows y 183 millones en el creador del iPhone.

La pregunta es: ¿Cuánto ha dejado de ingresar España por impuesto de sociedades debido a esta ingeniería fiscal de los gigantes tecnológicos? Es imposible responderla. Se trata de cientos de millones de euros que se han trasladado a Irlanda, pero también a países con baja tributación como Holanda o Luxemburgo. Era la excusa que esgrimió el Gobierno para acelerar una 'tasa tech' local, que gravara con un 3% la publicidad online, la venta de datos o la intermediación a través de plataformas digitales que ponen de acuerdo a oferta y demanda. Un impuesto que acabó en un cajón tras el adelanto electoral.

Las cifras de Hacienda

Al margen de los esfuerzos legislativos, Hacienda ha tratado de intensificar una ofensiva contra estos gigantes. Una ofensiva que apenas ha permitido aflorar 30 millones de euros en algo más de dos años. La última que ha tenido que pasar por caja ha sido Google, que ha saldado la última inspección con el pago de 3 millones.

Al gigante del buscador se suman IBM, que sumó 4,2 millones de euros; Amazon, con 2,2 millones de euros tras una investigación a una de las cuatro filiales con las que opera en España, y Apple con más de 18 millones.

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