JP Morgan se ha subido al barco de la apuesta por los centros de datos de Merlin Properties, sobre el que ya navegaba Barclays. En sendos informes publicados por ambas instituciones esta semana, los bancos han dado el visto bueno a los planes de crecimiento de la compañía en los próximos ejercicios, íntimamente ligados al desarrollo de los 'data centers' que será la gran apuesta de la compañía capitaneada por Ismael Clemente y para el que espera desembolsar 2.000 millones de euros en los próximos años.
El mayor banco de Estados Unidos elevó el valor de Merlin de neutral a sobreponderar, lo que mejora el 'pedigrí' de las acciones de la firma. Por otro lado, Barclays, que ya contaba con una valoración similar a JP Morgan; da el beneplácito a sus estimaciones sobre la socimi con base en los beneficios potenciales sobre el coste esperados de la cartera de centros de datos, con un 14% de rendimiento bruto sobre coste -el rendimiento potencial obtenido de una inversión-. Todo ello gracias a la 'digitalización' de la mayor sociedad cotizada de inversión inmobiliaria del Ibex 35.
La apuesta de Merlin por los centros de datos aspira a dar un vuelco a su negocio. La firma espera que la mitad de sus rentas para 2028 provengan de negocios digitales ('data centers' y activos ligados al 'e-commerce'). La socimi quiere realizar inversiones valoradas en 2.000 millones de euros para su nueva cartera, para los que la firma pretende asumir la mitad del desembolso en deuda y captar 1.000 millones en el mercado -una estrategia que, según un comunicado que remitió la firma a CNMV la semana pasada, aún sigue en estudio-. Con esta apuesta, la firma quiere elevar la capacidad de sus 'data centers' en 256 MW (megavatio) y captar cerca de 320 millones de euros en rentas por el alquiler de sus activos, frente a los 475,6 millones de euros que generó toda su cartera durante el ejercicio anterior.
En este contexto, para JP Morgan la demanda va a más y Merlin cuenta con "vientos de cola estructurales". La consultora inmobiliaria JLL estimó que en Europa y Oriente Medio se multiplicará por tres hasta el año 2028, aupado por la irrupción en el mercado de los centros de datos de la Inteligencia Artificial (IA).
Además, la institución también ha avalado la gestión del equipo del consejero delegado de la compañía, Ismael Clemente, a los que considera "fuertes" y con un "sólido historial". Por otro lado, los registros financieros "sólidos" de Merlin apoyan la tesis de JP Morgan, ya que cuenta con una ratio de endeudamiento sobre el valor de los activos de la firma -'Loan To Value' o LTV, en la jerga- que rondará el 35%, pese al esfuerzo inversor.
Barclays eleva su precio objetivo
Merced a los buenos augurios sobre Merlin, Barclays elevó su precio objetivo en un 22% hasta los 11,70 euros, desde los 9,60 euros por acción de la anterior valoración y los 10,0 euros que registró al cierre del martes.
Estas buenas previsiones vienen acompañadas de riesgos en lo que se refieren a una visión "demasiado optimista" de la estimación de la entidad bancaria sobre la cartera inmobiliaria del grupo y el potencial de crecimiento. Por otro lado, un deterioro de las condiciones económicas también podrían alterar las previsiones, indica el banco británico.
La IA cambia el juego
La irrupción de la IA en el mercado ha dado un vuelco a las expectativas de los centros de datos, cuyo foco en la actualidad se centraba en los servicios en la nube. La llegada de estos servicios proyecta un cambio físico en los centros, que repercutirá en última instancia en el negocio. Los almacenes de datos, los llamados armario rack de IA, son más voluminosos y operan con una mayor potencia que sus homólogos dedicados a la nube, por lo que liberan espacios que pueden aprovecharse para aumentar la potencia instalada en los inmuebles.
Merlin es uno de los pocos actores -llamados en la jerga 'players'- bien posicionado para reforzarse en este sector que promete un crecimiento exponencial, en parte debido a que el principal núcleo de demanda europea está embotellado y España cuenta con una posición geográfica privilegiada.
En el principal 'hub' de centros de datos, el llamado FLAP-D -acrónimo de Fráncfort, Londres, Ámsterdam, París y Dublín-, se finalizaron nuevos proyectos que ascendían a 335 MW durante el año pasado, frente a una demanda de 355 MW -que aumentó desde los 280 MW de 2022-, según un informe de Deutsche Bank sobre el sector.
