Dentro del MAD-1

En las entrañas de un centro de datos, el activo de moda en el sector inmobiliario

Los 'data centers' ponen el espacio físico necesario para interconectar los miles de millones de datos del mundo virtual, que acaban por cristalizar en los servicios de 'streaming', la Inteligencia Artificial u operaciones bancarias. 

Sala de interconexiones de MAD-1
Sala de interconexiones de MAD-1
Daniel Alonso Viña

Las transferencias bancarias, los vídeos virales o la respuesta de una Inteligencia Artificial generativa producen un ruido tremendo. En una sala de unos 400 metros cuadrados de una nave industrial en el barrio San Blas-Canillejas, en Madrid, un centenar de armarios con ordenadores -llamados rack- trabajan las 24 horas de los 365 días del año. La ardua tarea de estos bastidores genera unos 42º de temperatura en el llamado 'pasillo caliente', hacia donde los servidores emiten el calor que genera el tránsito del 65% del tráfico de internet en España. El trabajo de Digital Realty, la empresa propietaria del denominado MAD-1 al que ha tenido acceso La Información, se localiza en torno al 'pasillo frío'. Allí, un enorme ventilador, de unos dos metros de alto y tres de largo, lanza aire a 18º para enfriar las máquinas, según comenta a los gritos, tratando de escapar del ruido de la refrigeración, una responsable de la empresa.  

Los centros de datos se han convertido en uno de los activos de moda en el sector inmobiliario. En España, Merlin Properties, la mayor sociedad cotizada de inversión inmobiliaria del Ibex 35, espera que para 2028 el segmento digital suponga más de la mitad de sus ingresos por alquiler, superando el de otros inmuebles tradicionales como las oficinas o los centros comerciales

No obstante, los 'data centers' tiene poco o nada que ver con ladrillos o la mano de obra. "Para construir una oficina, el constructor pone un 85% para levantar el inmueble y un 15% para dotarlo de instalaciones. En el centro de datos los números se dan la vuelta. Es en un 85% equipamiento y en un 15% el 'real state", ejemplifica Robert Assink, director general de Digital Realty en España. 

El director general de Digital Realty en España, Robert Assink, en una de las salas del MAD-1
El director general de Digital Realty en España, Robert Assink, en una de las salas del MAD-1

Daniel Alonso Viña

El negocio mide sus cuentas en función del número de cables -la conectividad- y la potencia eléctrica instalada -para hacer funcionar los equipos informáticos y la refrigeración-Desde Digital Realty suministran la electricidad, no la conectividad, pero construyen los edificios en localizaciones estratégicas para disfrutar de acceso directo a las redes de los proveedores, por lo que las empresas que instalen sus datos allí podrán "conectarse con quien quieran", afirman. 

Por otro lado, con una potencia eléctrica superior los ingresos crecen. El 'data center' podrá disponer de más armarios racks y de mayores dimensiones, los cuales podrán ser alquilados por más empresas como Acciona, FCC, Renfe, Supermercados Día, Netflix o Disney (por mencionar solo a algunos de los clientes del MAD-1), que intercambiarán sus datos dentro de las instalaciones para llevar a cabo una transferencia bancaria o proyectar una serie en un servicio de 'streaming'.

¿Un negocio inmobiliario?

La gestión de un centro de datos no tiene nada que ver con la de un edificio de oficinas, pero el negocio tiene los mismos fundamentos. Por un lado, un inmueble que alberga un 'data center' puede tener miles de metros cuadrados construidos, por lo que las empresas necesitan de un capital enorme para afrontar las inversiones

Por ejemplo, el MAD-4, el último centro de datos de Digital Realty, tendrá una superficie total construida de más de 35.000 metros cuadrados (en torno a cinco campos de fútbol) y recibió una inversión superior a los 250 millones de euros

Pero estos inmuebles están relativamente vacíos en relación con su tamaño, tanto que la magnitud de los proyectos no casa con las leyes urbanísticas actuales. Desde la firma indican que a causa de las normativas urbanísticas existentes, los proyectos de estas dimensiones están obligados a construir aparcamientos en consonancia con los metros cuadrados de los que disponga el entorno laboral. Por lo tanto, para el nuevo proyecto de MAD-4, Digital Realty está obligado a construir 360 plazas de parking para una plantilla de en torno a 60 trabajadores. 

Los caseros de internet

La forma de percibir ingresos también es similar al del inmobiliario tradicional. Las firmas alquilan su espacio en el inmueble y pagan una mensualidad por las infraestructuras. La única diferencia es que los clientes no pagan metros cuadrados, sino por capacidad eléctrica (kilovatios, megavatios...). De media, un solo armario rack de 45 servidores de hasta 2KW de potencia se alquila por entre 1.200 y 1.500 euros al mes. Sin embargo, los bastidores pueden llegar hasta los 25KW. 

Una de las salas de conexión de MAD 1
Una de las salas de conexión de MAD 1

Daniel Alonso Viña

Pero el negocio no se basa en el almacenaje. Solo el 20% de la información se transfieren desde un 'data center' hacia oficinas o residencias, el 80% restante se traspasan dentro de los propios centros. "A nosotros nos pagan para que los datos estén en movimiento", asegura el director general. 

La fórmula sería parecida a la de los aeropuertos: "La tarea de Barajas no es la de aparcar aviones. Las aerolíneas llegan, descargan pasajeros, cargan y se van. Nosotros ponemos la infraestructura para que eso pase con los datos". 

Una subcentral eléctrica

Los 'data centers' se miden en megavatios (MW). La energía concentra entre el 25% y el 30% de los costes operativos de la empresa y Digital Realty consumió el año pasado 600 GW/hora, lo que equivale al gasto anual realizado por entre 100.000 y 150.000 hogares. 

El suministro de los inmuebles de la empresa proviene de energías renovables, pero lo fundamental es la seguridad y la constancia, para que la red no pare de funcionar en ningún momento.  

Dos subestaciones transfieren electricidad directamente al centro de datos, para cuya gestión el inmueble cuenta con varios centros de transformación propios que convierten energía a media y alta tensión en baja tensión. "Ponemos por redundancia más de lo que se necesitan", afirma Raquel Figueruelo, directora de marketing y desarrollo de negocio, mientras enseña incontables salas de cuadros de distribución eléctrica y transformadores. "Es como tener una estación en casa", comenta. 

En caso de que ambas subestaciones fallasen, a esta red se suman unos generadores de diésel. Para asegurarse de que el suministro sea fiable, la empresa compra las baterías a distintas marcas y no más de dos lotes por fabricante. 

El almacén de baterías de MAD-1
El almacén de baterías de MAD-1

Daniel Alonso Viña

Las altas necesidades de espacio de estas empresas se localizan en este apartado. Figueruelo asegura que del 100% de la superficie útil del centro de datos, la mitad se dedica a las instalaciones energéticas y los sistemas de refrigeración y tan solo queda un 50% disponible para colocar los armarios de racks, donde se concentra el rendimiento económico de la compañía.

Un negocio que crece exponencialmente y con Madrid en el centro

El interés por los 'data center' ha crecido exponencialmente, en línea con la tecnología. MAD-1 fue construido en el año 2000 y tardó 12 años en suplir su oferta, mientras que MAD-3 (el último centro de la empresa en estar 100% operativo en el año 2019) tan solo tardó tres, aseguran desde Digital Realty. 

La Inteligencia Artificial no ha hecho más que aumentar las expectativas, sobre todo para Madrid, el principal 'hub' de España, que recibirá unas inversiones directas en de 6.100 millones de euros hasta 2026, según un informe elaborado por la patronal sectorial Spain DC.

Las conexiones de uno de los armarios de rack del MAD-1
Las conexiones de uno de los armarios de rack del MAD-1

Daniel Alonso Viña

El desarrollo de la industria en la capital viene impulsado por varios factores. En primer lugar, la demanda europea está embotellada en su núcleo. En el polo europeo FLAP-D (acrónimo de Fráncfort, Londres, Ámsterdam, París y Dublín) se finalizaron nuevos proyectos que ascendían a 335 MW durante el año pasado, frente a una demanda de 355 MW -que aumentó desde los 280 MW de 2022-, según un informe de Deutsche Bank sobre el sector.

Por otro lado, la posición geográfica de España en general -y Madrid en particular- ponen a la península como una de las regiones más prometedoras para este segmento, ya que hasta siete cables submarinos conectan Europa, a través del país, con EEUU, Sudamérica, Asia y África. 

Entre ellos, la autopista de internet más rápida del mundo: abandona la costa atlántica de EEUU hasta llegar a Bilbao, pasa por Madrid, prosigue hasta Marsella y continúa por otros puntos del Mediterráneo hasta conectarse con Asia. Esto deja a Madrid como el centro distribuidor hacia el norte de Europa y hacia dos continentes. 

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