El empresario Max Mazin Brodovka, fallecido en mayo de 2012, fue una figura clave en España, donde se asentó en la década de los 50 como superviviente del holocausto nazi (era originario de Cracovia). Desde Madrid se implicó con un grupo de jóvenes estudiantes judíos en la creación del Grupo Sionista Independiente y la revista Garin. Hizo su fortuna en el sector inmobiliario y particularmente en el segmento hotelero, al frente de compañías como Renta Inmobiliaria y Hoteles Tryp. Mazin participó en la fundación de las patronales empresariales CEOE y CEIM y fue consejero hasta su muerte de FCC.
Además, fue condecorado por el Gobierno español con la Encomienda del Mérito Civil y la Gran Cruz de Isabel la Católica. La figura de Mazin es, por tanto, fundamental para entender las relaciones de la España de Franco con Israel y la comunidad sefardita. Hoy, a las empresas de las Antillas Holandesas que fundó en los 80 le está pasando lo mismo que a él, que acabó adquiriendo la nacionalidad española. El Registro Mercantil da cuenta del discreto goteo. Detrás de este cambio de nacionalidad están los hijos del empresario (Isaac, Miguel, Ariel) y herederos de su imperio, los Mazin Moor.
En Curaçao y Madeira
Primero fue Zepbro Capital hace tres años. Domiciliada en la calle Velázquez de Madrid, que recibe los activos de una sociedad luxemburguesa llamada ZEP International SARL cuyo único accionista desde su creación ha sido una firma en el paraíso fiscal de Curaçao, en las Antillas Holandesas, denominada Speedol Holding NV. Según los datos del balance 2018 del Registro Mercantil, su activo actual es de 5,6 millones de euros.
La firma española está en unos tímidos números rojos. Su objeto social es la compra, suscripción, tenencia, permuta y venta de valores mobiliarios nacionales y extranjeros, por cuenta propia y sin actividad de intermediación. La entidad es accionista mayoritario Mirador de Gibralfaro, S.L, una firma que hace referencia a Málaga, donde los Mazin están apostando por su casco histórico.
Ahora le toca el turno a Dorlotea Investment S.L., que acaba de ser domiciliada de nuevo en el piso de la calle Velázquez donde están otras empresas ya nacionalizadas de la poderosa familia. La matriz accionarial de la compañía es Eucryphia SGPS Sociedade Unipessoal Lda, una entidad afincada en la Zona Franca de Madeira (ZFM), un paraíso fiscal que mueve miles de millones cada año. La sociedad de origen fue constituida las Navidades de 2002.
De Chamberí a Estepona
En otro orden de cosas, los Mazin están haciendo una apuesta muy fuerte en el inmobiliario español. En concreto, Dazia capital con Dayra homes, que tiene inmuebles en Madrid, Barcelona y la Costa del Sol. Actualmetne tienen 21 proyectos de más de 1.000 viviendas en marcha y según adelantó Expansión acaban de cerrar la compra de un edificio, en Santa Engracia 3, situado en el barrio de Justicia, en el distrito de Chamberí (Madrid). Sus viviendas parten desde los 230.000 euros de su proyecto de Cuatro Caminos, donde hacen una fuerte apuesta por el barrio de Tetuán, a los 2,2 millones que alcanza un ático en la promoción de la calle Alcalá.
En los últimos tres años, la compañía ha comprado distintos edificios y suelos en Madrid y la Costa del Sol, que abarcan una superficie de 86.000 metros cuadrados y 500 viviendas. Solo en 2018, la compañía compró diez edificios y suelos en Madrid. Para 2020, la hoja de ruta de Dazia Capital pasa por la expansión. Además de aumentar su presencia en Madrid y la Costa del Sol, concretamente en Estepona, donde ya tienen promoción abierta en primera línea dela promotora aspira a iniciar proyectos en Barcelona y otros núcleos urbanos como Málaga, Valencia y Alicante, entre otros.
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