Saltan las alarmas

Ómicron azota a las ferias y envía a la casilla de salida al turismo de congresos

El aumento de los contagios comprometen la celebración de citas como Fitur o el Mobile World Congress, que siguen adelante con los preparativos, pero conscientes de que pueden sufrir aplazamientos de fecha. 

Mobile World Congress MWC 2021
Ómicron azota a las ferias y envía a la 'casilla de salida' al turismo de negocios. 
Europa Press

Los grandes eventos corporativos llevan meses preparándose para su puesta de largo en 2022. No es poca la presión y la responsabilidad. Buscan despuntar y estar a la altura después de dos años de restricciones y encuentros físicos a medio gas que no han hecho si no aumentar las ganas por el contacto cara a cara. Hasta que la aparición de ómicron ha puesto patas arriba el tablero de la pandemia. De momento, en Madrid, los organizadores de la Feria Internacional del Turismo (Fitur) trabajan a contrarreloj para la próxima edición, que tendrá lugar del 19 al 23 de enero, conscientes de que todo puede empeorar de un momento para otro. Sobre todo, después de la Navidad. Igual que el Mobile World Congress, previsto entre el 28 de febrero y el 3 de marzo, pero con la percepción de que el curso de los acontecimientos puede verse alterado y devolverles de nuevo a marzo de 2020, cuando las grandes empresas comenzaron a anunciar que no irían y se vieron obligadas a colgar de cartel de 'cancelado'.

Este tipo de reuniones conlleva desplazamientos desde cualquier parte del mundo, aglomeraciones y contacto con muchas personas. El caldo de cultivo perfecto para que un brote en ese lugar se convierta en una auténtica vorágine de casos. A falta de saber cuántos hogares visitará la Covid-19 durante estas fiestas, de confirmarse el peor de los escenarios, sería devastador para un nicho de mercado que en los últimos años ha logrado posicionar a España en el mapa del ‘business travel’. El barómetro ‘SBC: Covid-19 y sus efectos en el sector MICE’, elaborado por Spain Convention Bureau, recoge que antes de incorporar la palabra Covid al lenguaje común, este tipo de turismo batió récord en España, con la puesta en marcha de un total de 29.603 reuniones (+14,7% anual), que le situaban en tercera posición en la lista de mayores eventos organizados, solo por detrás de EEUU y Alemania. En términos monetarios, esto suponía la generación de alrededor de 20.000 millones de euros a nivel nacional, en un ejercicio sin alteraciones ni imprevistos de ningún tipo.

Al igual que en la primera ola de contagios fue uno de los primeros en ‘notar los efectos’ del SARS-CoV-2, este sector puede servir de indicador para medir la evolución epidemiológica. Según la Encuesta de Turismo de Residentes del Tercer Trimestre de 2021 (la última disponible), los españoles realizaron durante el tercer trimestre del año más de 2,3 millones de viajes, con un repunte anual del 8,2%. La cifra contrasta con la contabilizada en el mismo periodo de 2019 (último ejercicio completo sin Covid-19), donde se produjeron 3,2 millones de desplazamientos por este motivo. La irrisoria diferencia entre una y otra radica en que, en un ejercicio normal, entre julio y septiembre se produce un descenso de los viajes de trabajo por las vacaciones. En cambio, el pasado verano se retomaron muchas ferias que no pudieron celebrarse durante los primeros meses del año por las restricciones, entre ellas, Fitur y el Mobile World Congress en los meses de mayo y junio, respectivamente.

Llegados a este punto, la pregunta es si realmente la situación ha empeorado tanto como para que la celebración de este tipo de eventos, que han llegado a tener lugar este año en versión descafeinada con un porcentaje de inmunizados mucho más bajo que el de ahora mismo, se vieran obligados a dar marcha atrás en sus planes. Este lunes, 27 de diciembre, se cumple un año desde que Araceli Hidalgo se convirtiera en la primera persona en recibir la vacuna contra la Covid-19 en España. Doce meses después, el 90% de la población está inoculada y los grupos de mayor riesgo ya han comenzado a recibir la dosis de refuerzo. En esta situación, podría resultar paradójico preguntarse si España está mejor frente al virus. Sin embargo, los datos lo cuestionan. El 24 de diciembre de 2020, días antes del arranque de la campaña masiva de inoculación en este país, la incidencia acumulada a 14 días se situaba en los 262 casos por cada 100.000 habitantes, el porcentaje de camas ocupadas en los hospitales era del 8,8% y el de las UCI rozaba el 20%. El 23 de diciembre de 2021 (últimos datos disponibles), la incidencia era de 911 casos, con un 6,4% de hospitalizados y un 16,27% en cuidados intensivos. Con esta comparativa sobre la mesa, quizás la respuesta haya que buscarla fuera de las fronteras.

Tradicionalmente, el Consumer Electronics Show, conocido como CES Las Vegas, suele ser el encargado de dar el pistoletazo de salida del año a los viajes MICE, que este 2022 está previsto entre el 5 y el 8 de enero, si las bajas de última hora no lo impiden. A escasos días de puesta a punto, gigantes como Twitter, Meta (matriz de Facebook), Amazon o Pinterest se han desmarcado, optando por declinar la invitación ‘in situ’ de la feria de electrónica de consumo más importante a escala internacional. Sin ir más lejos, el patrocinador del CES, T-Mobile, limitará su participación, dibujando un panorama de escepticismo que podría trasladarse también a España. “Ómicron ha sido un bache inesperado que añade incertidumbre de cara a las fiestas con efectos sobre los eventos, aunque nada que ver con lo vivido en 2020”, precisa a este medio la proyect director strategic planning de MCI, Diana Wolf, quien intenta lanzar un mensaje de tranquilidad.

Pero lo cierto es que con restricciones y confinamientos en muchas partes del mundo, la cepa sudafricana ha sacudido al segmento de los grandes eventos corporativos a escala internacional, como si de un déjà vu se tratara. Así, una de las primeras citas mundiales en ‘curarse en salud’ y tomar precauciones ha sido la ITB de Berlín, que ha decidido dar marcha atrás y, finalmente, no tendrá lugar del 9 al 13 de marzo de 2022. Desde la organización argumentan que no pueden garantizar a los expositores y socios la seguridad para celebrarla, opción ante la que se han decantado por trabajar en un nuevo concepto 'online'. Aunque en un principio barajaron el aplazamiento de la feria hasta el verano, la opción fue descartada al coincidir con las fechas de mayor actividad para el sector. La decisión supone un verdadero mazazo para el sector turístico español, y en especial para Islas Baleares, dado que este país es uno de los principales mercados emisores en el archipiélago. En su última convocatoria pre-Covid, el encuentro logró reunir a más de 113.000 visitantes profesionales y 10.000 expositores de 181 países.

En cambio, el Foro de Davos sí ha decidido posponer al verano su encuentro anual, en el que los asistentes cambiarán este 2022 las conversaciones bajo la nieve por un paseo a la sombra en los Alpes. Se trata del segundo año consecutivo en el que las condiciones impiden que las élites políticas, académicas y económicas se vean las caras, después de que en 2021 fuese cancelada. Sin embargo, esto no impedirá que los líderes globales debatan en sesiones virtuales sobre el estado del mundo en el momento actual con el objetivo de encontrar soluciones para los desafíos más urgentes. “La duración de la pandemia es mayor de la que nadie podía prever. No son dos meses ni dos años, pero no estamos viendo grandes transformaciones en la industria del turismo y los viajes. Lo que se produce es una aceleración de los que estaban en marcha. Más bien se trata de un ‘impasse’, porque los cambios los están provocando la tecnología”, explica a La Información el experto en tendencias turísticas, Fernando Gallardo.

Desde el inicio de la crisis sanitaria, todos los análisis proyectaban que el turismo de negocios iba a ser uno de los últimos en recuperarse, con un comportamiento más lento en comparación con los viajes de ocio. Por el momento, estudios como el realizado por la consultora Braintrust, ya arrojaban en septiembre que no alcanzarían las cotas previas al coronavirus hasta 2025. En cualquier caso, todavía quedan muchas dudas que despejar con ómicron. 

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