Por qué Musk ha comprado Twitter: qué busca el hombre más rico del mundo

En 2017, Elon Musk escribió: "Me encanta Twitter". Un usuario le sugirió, entonces, que comprase la red social, a lo que el multimillonario respondió: "¿Cuánto cuesta?". La conversación fue así de escueta, pero bien ejemplifica y casi sirve de premonición para lo que ocurrirían un lustro más tarde. Todo después de que ayer, la red social fundada por Jack Dorsey aceptase la oferta de 40.500 millones de dólares, del que a día de hoy es el hombre más rico del mundo, según la lista Forbes. Un nuevo tentáculo que se suma al nada desdeñable patrimonio de Musk, que ya aglutina dos gigantes como Tesla y Space X. 

A decir verdad, la relación de Elon Musk con Twitter -que desde la BBC califican como un "amor no correspondido"- ya viene de largo. Y capítulos, hay unos cuantos. Quizás esa agitada actividad en la red social, sea una de las razones por las que haya llegado a acumular nada menos de 84,7 millones de seguidores (al menos, en el momento en que se escribe este artículo). Por ejemplo, fue demandado por un tweet que le costó a Musk 40 millones (20 a él y 20 a Tesla). También fue demandado por difamación, tras escribir otro comentario en el que llamaba "pedófilo" a un buzo que participó en el rescate de un grupo de chicos en Tailandia en 2018. Finalmente, el multimillonario acabó ganando el caso. 

En resumen, no hay duda que, en cierto modo, Elon Musk ha ganado dinero con Twitter (o a través de). Pero también es cierto que, como acabamos de decir, ha perdido mucho. Pese a todo, nunca se ha alejado, y más bien todo lo contrario, del pájaro azul. Ahora, la idea que tiene el dueño de Tesla, explica la BBC, es exprimir el "extraordinario potencial" de la red social, puesto que ni siquiera está interesado en ganar dinero con esto. 

Libertad de expresión

En la liberta de expresión está una de sus piedras angulares. Tal vez, la principal. Y es que en la actualidad, los reguladores de todo el mundo están alineándose para que las redes sociales tomen medidas más estrictas y estén obligadas a tener una mayor responsabilidad por el contenido que transmiten. De hecho, el portavoz de la Casa Blanca ha reconocido que el presidente estadounidense, Joe Biden, ha estado "preocupado durante mucho tiempo por el enorme poder de las redes sociales". Mientras, la senadora demócrata, Elizabeth Warren, sostuvo que la compra de Twitter era "un acuerdo peligroso para nuestra democracia". Bien distinta es la posición de su homóloga republicana, Marsha Blackburn, que tildó el movimiento de Musk como "un día alentador para la libertad de expresión". 

Y no solo eso. Varios grupos de derechos humanos ya se han mostrado preocupados por la falta de moderación y un posible aumento del discurso de odio, que ahora podría afectar a Twitter. Recordemos que Elon Musk se describe a sí mismo como "un absolutista de la libertad de expresión", y ya en varias ocasiones criticó las restrictivas políticas de la plataforma sobre este asunto. De hecho, cuando compró una participación del 9,2% en enero, Musk se negó a unirse a la junta directiva de Twitter. No quería estar sujeto a ninguna responsabilidad. 

No hay más que ver, de hecho, qué dijo el propio Elon Musk en el comunicado de Twitter en el que anunciaba el acuerdo con la red social: "La libertad de expresión es la base de una democracia que funcione, y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad".