Operación por 500 millones

El regulador de Reino Unido investiga la adquisición de Air Europa por IAG

El organismo está estudiando si el acuerdo de compra de la compañía española por parte de Iberia, aerolínea que depende del grupo IAG, perjudicaría la competencia en el país.

Air Europa
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AIR EUROPA

Más dudas en la compra de Air Europa por parte de IAG por 500 millones de euros. El regulador de la competencia de Reino Unido estudia si el acuerdo perjudicaría la competencia en el país, según recoge este lunes Reuters. IAG anunció sus planes de comprar Air Europa por 1.000 millones de euros en 2019, pero el precio se redujo a la mitad este año tras el impacto de la Covid-19 en la industria de las aerolíneas.

La Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) señaló que tiene como fecha límite el 19 de enero para concluir su decisión tras la investigación inicial. "Colaboraremos con la CMA. La ruta Londres-Madrid es altamente competitiva y ya es parte del proceso (de investigación) de la Comisión Europea", respondió IAG a Reuters.

La Comisión Europea tampoco ve con buenos ojos la adquisición de la aerolínea del grupo Globalia por los efectos que pueda tener en mercado, tanto para los competidores como para los clientes. En junio ya abrió una investigación en profundidad, expresando su preocupación de que la adquisición reduciría la competencia en las rutas nacionales españolas y en las rutas internacionales hacia y desde España.

El pasado 27 de octubre, según figura en el expediente de la Comisión Europea, Iberia entregó su propuesta y modificó el calendario para conocer el veredicto de los servicios de competencia. La fecha marcada en rojo en el calendario pasó de ser diciembre de 2021 a enero de 2022. Se trata de la segunda modificación en pocos meses, después de que la compañía española pidiera en julio un primer cambio.

Pese a la colaboración, hace unas semanas, el consejero delegado de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, ya reconoció las dificultades para cerrar la operación: "Soy más pesimista que hace unos meses". A la reticencia de los reguladores se suma que competidores, como Ryanair, enviaron a Europa quejas sobre esta unión porque, a su parecer, el grupo resultante distorsionaría la competencia.

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