Meses después de su primer anuncio, Renfe ha adquirido el 50% del capital de la compañía ferroviaria checa Leo Express, que opera servicios en distintos países centroeuropeos. Las negociaciones se han extendido más de lo deseado, pero finalmente la compañía dependiente del Ministerio de Transportes (MITMA) ha cerrado a tiempo el acuerdo, pues su derecho de opción de compra vencía en las próximas semanas. La operación ayudará a Renfe a impulsar su plan de internacionalización, con servicios de transporte de viajeros fuera de España.
El principal motivo de la demora ha sido el choque con el Ministerio de Hacienda, que debía dar el visto bueno a la operación. La Información avanzó a finales de junio que el organismo dirigido por María Jesús Montero había enviado recomendaciones a la operadora con motivo de esta adquisición. No obstante, Hacienda bendecido finalmente la compra.
"Los acuerdos de inversión y de accionistas suscritos entre las compañías española y checa contemplan una ampliación de capital del 50% de Leo Express, que es asumida por Renfe", ha explicado la compañía en su anuncio oficial. En él añade que la compra "constituye una oportunidad de negocio estratégica para Renfe, que busca establecer alianzas y abrir nuevas vías de negocio fuera del mercado nacional".
Con actividad desde 2012, Leo Express es una compañía privada que ha ido desarrollando su negocio a través de la extensión de sus servicios a países como Eslovaquia y Polonia, así como con la adjudicación de licitaciones de OSP en la propia República Checa, una de las áreas donde buscan crecer. En Alemania, desde 2017, han estado operando para FlixTrain un servicio Open Access de larga distancia entre Berlín y Stuttgart.
Plan de internacionalización
Otra de las metas de la compañía es empezar a crecer fuera del mercado nacional. De entrada, Renfe tendrá actividad en tres países europeos más (República Checa, Eslovaquia y Polonia) y dispondrá de los recursos y licencias para acceder al mercado alemán. La compra de Leo Express también permitirá optar con carácter inmediato a licitaciones de OSP en Alemania, República Checa y Polonia.
Lo cierto es que la internacionalización es un fenómeno compartido en el sector ferroviario, donde otros operadores incumbentes como Renfe se han hecho con otros más pequeños de países extranjeros. Un ejemplo claro fue el movimiento de la SNCF francesa, que se hizo con la participación del 26% en la austriaca Westbahn. Otro caso fue el de la alemana Deutsche Bahn, que controla la británica Arriva desde 2010.
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