Deloitte, KPMG y PwC ya han presentado sus ofertas para hacerse con el control de las cuentas de Sacyr. El grupo que preside Manuel Manrique lanzó el proceso competitivo hace un par de meses. Lo hizo de urgencia, según varias fuentes financieras consultadas por La Información, a raíz de la sanción que el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) impuso a EY, el actual auditor del grupo, por su actuación en la supervisión de las cuentas de Sacyr de 2015. El fallo del ICAC supone inhabilitar a la empresa de servicios profesionales para auditar al grupo constructor en los próximos tres ejercicios.
Fuentes oficiales de Sacyr, tras ser consultadas este miércoles y después la publicación de esta noticia, han insistido en que la multa a EY no fue el detonante para abrir la posición de auditor externo, ya que "el proceso competitivo se lanzó antes de publicarse la sanción". Fuentes del mercado coinciden en que el concurso comenzó hace meses, pero matizan que la entrada del nuevo auditor estaba prevista para 2023, no para el próximo ejercicio, por lo que Sacyr se habría visto en la posición de 'romper' antes de tiempo con EY, firma que ha supervisado sus cuentas de forma ininterrumpida desde el año 2004.
La Ley de Auditoría de 2016 obliga a relevar al proveedor de estos servicios transcurridos diez ejercicios de relación comercial, pero esta norma incluyó un calendario de rotación excepcional para aquellas empresas que hubieran mantenido al mismo auditor durante, al menos, 20 años consecutivos en la fecha de entrada en vigor de la ley. Tal era el caso de Sacyr, que habría podido extender su relación comercial con EY hasta 2023.
Sacyr ha abierto un proceso competitivo exprés. La concesionaria se ha limitado a tocar a la puerta de las tres grandes rivales de EY, la compañía que preside en España Federico Linares, dejando fuera de la convocatoria a las principales firmas medianas (Mazars, BDO y Grant Thornton). La empresa movió ficha antes de finales del verano, cuando remitió a las llamadas Big Four lo que se conoce como 'request for proposals' (petición de propuestas), tal y como han confirmado fuentes del grupo constructor en consultadas por este medio.
Las aspirantes ya han exhibido músculo en el marco de un proceso que se está desarrollando en un clima de enorme competitividad. Sacyr pagó algo más de 3 millones de euros a EY por la auditaría de 2020. Aparte, el conjunto de honorarios de la firma incluyó otros 854.000 euros por la prestación de otros servicios distintos de los propios de auditoría. El contrato del nuevo auditor comprende el periodo 2022-2024, lo que se traduce en un importe conjunto superior a los 9 millones. Además, sumar a la cartera el control de cuentas de una compañía del empaque de Sacyr supone una importante referencia en el mercado nacional.
El tiempo corre en contra para aquellas candidatas que hayan llegado al concurso con incompatibilidades derivadas de eventuales contratos que pudieran haber suscrito con Sacyr y que, ahora, supongan un impedimento para ejercer de auditoras de la concesionaria. Cualquier contratiempo deberá quedar resuelto antes de final de año, cuando la compañía tiene previsto tomar una decisión. La urgencia por zanjar la selección antes del arranque de 2022 responde, en buena medida, a que en enero los equipos de auditoría de las Big Four están volcados en elaborar los informes anuales de las compañías bajo su supervisión.
El equipo jurídico de EY ha decidido no recurrir la sanción del ICAC dado, entre otras cuestiones, el alto grado de interpretación de las normas a las que hace referencia el supervisor
Sacyr se ha propuesto zanjar este proceso antes de la próxima junta de accionistas, pues la firma que se haga con la pieza deberá ser ratificada en dicho encuentro, que la compañía celebra tradicionalmente en el mes de junio. La de este año, sin embargo, tuvo lugar en segunda convocatoria el 29 de abril. Fue entonces cuando la concesionaria decidió volver a contratar los servicios de EY para 2021. Ambas firmas hubieran mantenido dicha relación comercial hasta 2023 de no ser por la sanción del supervisor. Con todo, EY sigue siendo el auditor de referencia en el sector de la construcción en España, al contar en cartera con algunos de los buques insignia de la industria nacional como OHL, Ferrovial y FCC. Por su parte, KPMG es el auditor de ACS y Acciona, ambas cotizadas del Ibex 35.
El fallo del ICAC contra el histórico auditor de Sacyr incluye, además de la inhabilitación, dos multas por un importe conjunto de un millón de euros. Desde la consultora suscriben la corrección del trabajo que se ha realizado: "Hemos actuado de acuerdo a las normas de auditoría". No obstante, el equipo jurídico de la firma ya ha analizado la probabilidad de éxito de una batalla legal contra el ICAC y ha decidido no recurrir "dada la altísima complejidad técnica de la materia a abordar, el elevado nivel de interpretación de ciertas normas a las que hace referencia el asunto y el hecho de que, hasta el momento, ningún recurso de este tipo presentado por otras firmas ha prosperado".
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