Esquema de protección privado

Santander pone 88 millones para asistir a los bancos de Polonia en caso de shock

Se une a un grupo de entidades para crear una sociedad en la que se aportarán fondos que servirán de escudo en caso de que alguna de las participantes se desestabilice y necesite ayude financiera. 

José Antonio Álvarez y la presidenta del Banco Santander, Ana Botín
José Antonio Álvarez, CEO de Santander, y su presidenta , Ana Botín
Europa Press

La palpable fragilidad del sector financiero ha llevado a la banca polaca a unir fuerzas para garantizar su solvencia en caso de crisis. Un grupo de ocho entidades se ha convertido en el impulsor de un esquema de protección paralelo al de las instituciones públicas. El consejo de la filial de Banco Santander, Santander Polska, ha decidido adherirse a este novedoso proyecto al que aportará inicialmente 407 millones de eslotis (unos 88 millones de euros), que representa el 0,4% de sus depósitos. Este importe, que variará según lo haga el denominador, se cargará contra las cuentas de 2022.

La ley bancaria del país con capital en Varsovia permite a las entidades minoristas crear de forma voluntaria un sistema de protección con el fin de asegurar su liquidez y solvencia o dar apoyo en caso de que se produzca una reestructuración forzosa a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Una vez se constituya la sociedad anónima, figura jurídica con la que se constituirá este esquema, cualquier otra entidad podrá incorporarse siempre que cumplan con las condiciones establecidas en las disposiciones legales. 

La KNF, el homólogo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en Polonia, ya ha dado su visto bueno. Tardó apenas una semana en emitir su veredicto. El siguiente paso es obtener la aprobación de la Comisión en Defensa de la Competencia. Posteriormente podrán crear la compañía, que nacerá con un capital social simbólico de 1 millón de eslotis. Banco Santander se quedará con una participación del 12,9%. El resto se repartirá con las demás entidades, entre las que se encuentran también ING, Banco Millenium o BNP Paribas. 

A pesar de que se prevé una mejora del negocio gracias al alza de los tipos de interés, elemento que impulsa los márgenes bancarios, lo cierto es que el sector se enfrenta a una situación de alta incertidumbre. De hecho, la enorme velocidad con la que el banco nacional polaco está elevando las tasas puede acabar impactando en los clientes, sobre todo hipotecarios, que ya están sufriendo un encarecimiento de sus cuotas mensuales. Si el contexto se recrudece puede llegar a producirse una oleada de impagos y desencadenar serios problemas en los balances financieros. 

La inflación desbocada, cercana al 14%, ha llevado al banco nacional de Polonia a elevar los tipos de interés en nueve ocasiones hasta el 6%

Se da la circunstancia de que el Consejo de Política Monetaria de Polonia decidió la semana pasada elevar el tipo de interés de referencia en un 0,75%, lo que ha colocado esta tasa en el 6%. Se trata del noveno incremento consecutivo y el nivel más alto desde junio de 2008. Con estos movimientos, el banco nacional pretende contener una inflación desbocada, que según los últimos datos disponibles se situaría muy cerca del 14%. El principal factor que está impulsando la escalada de precios en los últimos meses es la invasión rusa de Ucrania. 

El propio Santander Polska reconoce en su informe financiero que la primera parte de 2022 está siendo muy turbulenta. El estallido de la guerra elevó la presión inflacionaria y, como resultado, ya empiezan a ser visibles los primeros signos de desaceleración económica. De hecho, la capitalización de los bancos polacos ha ido desplomándose hasta acumular un descenso superior al doble dígito, lo que desvela la gran vulnerabilidad y exposición de las entidades a la volatilidad de los mercados. 

La proximidad geográfica de Polonia a Ucrania también juega en su contra y ha provocado que el país haya adoptado una postura prebélica. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, pretende construir cientos de polígonos de tiro públicos y aprobar una nueva ley de acceso a armas de fuego para "capacitar a la sociedad" en la defensa nacional. También quiere potenciar sus fuerzas armadas con un ambicioso programa de adquisición de armamento y con un servicio militar voluntario que pretende reclutar a más de 150.000 jóvenes en cuerpos militares y paramilitares.

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