Más productos básicos en la cesta de la compra

Los españoles olvidan el jamón ibérico y entonan ahora las 'nanas de la cebolla'

Cebollas
Cebollas
Pixabay

"La cebolla es escarcha cerrada y pobre", que escribía Miguel Hernández. Pero es barata, entre 1,20 y 1,30 euros en la actualidad. De hecho, es uno de los productos básicos más socorridos durante estas semanas de confinamiento, junto al brócoli o las patatas. Un indicador inequívoco de que los hábitos de consumo en los supermercados están cambiando drásticamente: los españoles compran más y, al menos durante las dos primeras semanas de estado de alarma, han hecho un acopio casi exacerbado de alimentos ante la incertidumbre política, sanitaria y económica; sin embargo, este aumento desmedido de ventas en las tiendas de alimentación se traduce más en un incremento del gasto en productos de primera necesidad que en lo que ha convertido en una suerte de lujo para las familias. Los españoles, en fin, se han olvidado del jamón ibérico y empiezan a entonar las 'nanas de la cebolla'.

Los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación así lo corroboran: las compras de productos de alimentación crecieron un 22,2% interanual en la primera semana de abril (la inmediatamente anterior a la Semana Santa, entre el 30 de marzo al 5 de abril) e, incluso, aumentaron un 7,1% en relación a la semana precedente; sin embargo, la mayoría del crecimiento se produjo casi exclusivamente en productos de primera necesidad como las hortalizas y patatas, tanto frescas (+31,2%) como transformadas (+31,6%), con subidas superiores al crecimiento del promedio del total de alimentación.

No cabe duda de que el 'asalto' constante a los supermercados parece haber echado el freno, pero los productos básicos no paran de crecer. Otro ejemplo es el de la carne y el pescado. En esa primera semana de abril, lo que más se incrementó fue el consumo de carne transformada (+19,3%), mientras que la carne de ovino, normalmente más cara que la de bovino o la de cerdo, cayó un 21,3%. En términos prácticos: ahora, los españoles compramos más hamburguesas, embutidos no ibéricos y carne de cerdo... y mucho menos cordero.

Respecto al pescado, también se ha producido un cambio sustancial: a pesar de que el volumen de ventas durante esa semana fue similar al del mismo período de 2019 (un ligero aumento, del 0,7%), ahora los españoles compramos pescado pensando a medio plazo. En este sentido, los congelados aumentaron un 37,9%, mientras que el pescado fresco cayó un 4,4% en ventas.

Bares en casa y primeros aumentos de precios

Quizás lo único que sorprende es que el mayor incremento se ha producido tanto en el alcohol como en los 'snacks': un 62,6% en el vino, un 70,1% en la cerveza y un 79% en las bebidas destiladas; así como un incremento de las compras de tabletas de chocolate (63,6%) y de frutos secos (un 78%). Aunque, en este sentido, la explicación puede estribar en que se trata de productos que precisamente no suelen ser de un consumo tan extendido en el hogar, sino más común en bares y terrazas. Por eso, Ignacio García Magarzo, director general de Asedas, da la clave: "Vamos a comprar cada más tiempo y llenamos más el carro. ¿Por qué? Porque la hostelería está cerrada".

Sea como fuere, esta transformación de los hábitos de consumo también está modificando sustancialmente el mapa de precios de los productos, tal y como explica 'El Heraldo'. El aumento de demanda en ciertos artículos está disparando su precio: por ejemplo, el brócoli se ha encarecido durante el confinamiento casi un euro por kilo, así como ciertos cítricos como el mango. Por el contrario, el precio de otros productos frescos como la lubina o el besugo, se ha desplomado, especialmente por pertenecer a esa categoría 'premium'.

Compramos más y más barato, haciendo acopio como si estuviésemos en una guerra. Pero lo cierto es que los datos -al menos en materia de alimentos- siguen siendo buenos y desaconsejan la compra compulsiva de alimentos: primero, porque el abastecimiento está garantizado por una de las redes logísticas más efectivas del mundo; en segundo lugar, porque ya apenas queda espacio en nuestras neveras. Por suerte, hay más previsión que escasez. Y, por muy incierto que pinte el futuro, aquellos versos de Miguel Hernández se siguen antojando remotos: "Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha, grande y redonda".

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