En el estado de alarma

Temor a una ola de ERTEs en franquicias y subcontratas de las grandes telecos

  • La congelación de las portabilidades fijas y móviles y la importante reducción de tiendas activas abre la puerta a decenas de suspensiones de empleo.
El sector de los contact centers se enfrenta a una oleada de ERTE
El sector de los contact centers se enfrenta a una oleada de ERTE
EFE

Las telecomunicaciones han sido designadas por el Gobierno como un servicio "imprescindible" en estos días de crisis del coronavirus. Telefónica, Orange, Vodafone y Másmóvil están soportando tráficos históricos en sus redes por la incorporación masiva al teletrabajo y el aumento del consumo en los hogares tras el estado de alarma. Sus equipos están a pleno rendimiento. Pero los que ahora temen una oleada de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) son los empleados de las empresas subcontratadas para la atención telefónica al cliente y las franquicias de sus tiendas.

Todas las operadoras, que tienen a buena parte de sus equipos trabajando en remoto desde sus casas, dan por hecho que no habrá ajustes de empleo en sus plantillas. Vodafone culminó a mediados del año pasado un ERE para un millar de empleados, mientras que Telefónica ejecutó su segundo plan de bajas incentivadas para 2.600 trabajadores de su plantilla en España. No hay, al menos por el momento, ningún planteamiento de ajuste significativo. Las serias dudas residen en algunas de las empresas que le prestan servicios básicos.

Detrás de ese temor hay dos medidas clave que se incluyen en los dos últimos decretos del Gobierno de España. Por un lado, el del estado de alarma, que deja bajo mínimos la demanda de las tiendas físicas de los operadores, repartidas por las principales capitales españolas. Tanto las gestionadas de manera directa por las telecos -una minoría- como las franquiciadas. Por otro, el que contiene las medidas económicas urgentes entre las que se incluyen la congelación de los cambios de operador tanto en móvil como en fijo para evitar posibles contagios de los clientes como de los instaladores.

La suspensión completa de las portabilidades implica varias consecuencias importantes durante lo que dure el estado de alarma. Las dos más destacadas: el final de las campañas comerciales para captación de clientes de otras operadoras en el mercado y el cese de todas las instalaciones de cambios de fibra en el hogar (las portabilidades móviles se pueden completar por teléfono y sólo necesita el envío por correo postal de la tarjeta SIM nueva). Estas dos tareas, las promociones a través de llamadas telefónicas y los cambios de proveedor en los domicilios, son ejecutadas por compañías subcontratadas por parte de las operadoras. Firmas que gestionan 'contact centers' -grupos como Konecta o Madison- y que llevan a cabo las instalaciones -firmas como Comfica, Cobra, Dominion o Elecnor- son las que ya tienen sobre la mesa la posibilidad de llevar a cabo ERTEs ante este descenso en la actividad, según confirman varias fuentes sindicales. No hay decisiones tomadas aún que se hayan hecho públicas, pero todo apunta a que habrá movimientos en los próximos días.

En el caso de Konecta, proveedor de referencia y el gestor del mayor 'contact center' en España, ya propusieron a sus plantillas en Sevilla y Valladolid dos ERTEs. Pero en este caso la causa alegada no era la bajada de actividad en el sector de las telecos, sino la necesidad de tener tiempo para implantar el teletrabajo entre sus empleados después de las denuncias por faltas de medidas de seguridad. Ramón Ros, director de desarrollo corporativo y planificación estratégica, explica a La Información que el "parón afecta a todo el mundo". Insiste en que se analizarán posibles medidas como ERTE en función de cómo evolucione todo en el sector de las telecos.

Hay que tener en cuenta que en el caso de las portabilidades hay un resto de actividad, pues el decreto del Gobierno insiste en que las que ya están aprobadas deben ser completadas. Se trata de varios miles que deberán ser finalizadas. Y queda aún los cambios de operador por "causa de fuerza mayor", que serán muy excepcionales.

Para CCOO, la situación en el sector de los 'contact centers' vinculados al sector teleco es "la peor y con diferencia". "Es el subsector más precario dentro de las telecomunicaciones y obviamente el más vulnerable en estos casos", advierte el sindicato, que critica que la falta de herramientas de teletrabajo de estas compañías obliguen a tener "personas de riesgo trabajando para no perder directamente sus puestos de trabajo".

¿Y las tiendas?

Ese es el panorama de las subcontratas. Hay otro sector amenazado: el de las franquicias de las tiendas de las operadoras. Las principales compañías del sector tienen una red de tiendas propias relativamente pequeña con varios cientos de establecimientos. Todas ellas anunciaron que abrirían sus puertas para atender exclusivamente trabajos de mantenimiento de la red o averías de dispositivos. Pero las fuertes restricciones al movimiento de las personas les ha llevado a reducir el número que estarán disponibles y los horarios. Orange fue la última en confirmarlo, aunque sin dar cifras. Sólo se limitó a asegurar que reducen las aperturas y se ofrecen servicios mínimos. "El tráfico de las tiendas se ha visto reducido significativamente", advierte.

Las telecos confirmaron que no harán despidos con sus tiendas y tratarán de mantener los empleos, con turnos rotatorios y reubicaciones de los trabajadores. En el caso de Telefónica, su filial Telyco cuenta con unos 2.000 empleados para más de 370 tiendas propias. Pero, ¿y los franquiciados? Todas las fuentes sindicales consultadas dan por hecho que habrá ajustes y ERTEs ante el recorte de actividad durante las próximas semanas en sus establecimientos. Son cientos de empresas que gestionan los puntos. Sólo en el caso de Telefónica son un centenar de proveedores.

Los próximos días serán claves para determinar el impacto de estas medidas en la 'industria auxiliar' de las telecos. Desde CCOO insisten en que si las operadoras suman más de 40.000 puestos de trabajo, estas compañías proveedoras podrían duplicar esa cifra. Hay mucho en juego.

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