Reunión anual de 2022

Tensión en la junta de BBVA: la plantilla se rebela contra la máxima dirección

Las críticas se han centrado en la falta de personal en las oficinas, en las excesivas remuneraciones del consejo o en el apoyo financiero a empresas armamentísticas con el telón de fondo de Ucrania. 

Carlos Torres y Onur Genç
Carlos Torres, presidente de BBVA, y Onur Genç, el CEO, en la Junta General de Accionistas 2022.
BBVA

BBVA ha abierto la temporada anual de juntas de accionistas con un quórum del 65%, inferior al del año pasado, cuando logró con el 67,71%, el más elevado de su historia. El presidente de la entidad, Carlos Torres, y el consejero delegado, Onur Genç, centraron sus intervenciones iniciales en el lamentable conflicto armado ruso sobre Ucrania y posteriormente pusieron el foco en el buen devenir del negocio. Pero como es habitual, este tipo de citas no solo sirven para dar cuenta de lo logrado un año antes y para aprobar los distintos puntos del orden del día, sino también para encarar las quejas y preocupaciones de sus accionistas y de la plantilla

Estos encuentros anuales permiten al consejo de administración dar cuenta de la verdadera realidad que existe alrededor del banco. Los distintos intervinientes trasladan al máximo órgano de gestión todos sus descontentos y, en menores ocasiones, sus alabanzas, en torno a las decisiones que se han venido tomando durante ejercicios pasados. Los sindicatos y las asociaciones en representación de usuarios suelen ser los más críticos y, en el caso de BBVA, no ha sido diferente. 

El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) acometido el año pasado por la entidad para un total de 2.935 personas ha sido el principal elemento de enfrentamiento. El 'hachazo' sobre la plantilla y los efectos colaterales del proceso, aún en ejecución, han centrado las críticas. CCOO ha asegurado que el recorte ha desembocado en una plantilla "escasa y mermada", más acorde con la de una entidad del estilo de la Edad Media que del siglo XXI. Del sindicato ELA-STV se han mostrado incluso más broncos. 

Los sindicatos lamentan que la dirección haga autobombo sobre los resultados y aseguran que trabajar en BBVA es sinónimo de precariedad

"No hace falta ser la Bruja Lola para adivinar que el ERE iba a suponer una demolición incontrolada de nuestra estructura de trabajo. Antes podíamos tener cierta seguridad y orgullo por el banco. Ahora lo hemos perdido todo. BBVA ya no es garantía de nada. Si queremos alguna garantía de verdad no nos queda otra que ir a comprar una lavadora", ha remarcado Aitor Garaiyurrebaso, en representación de la organización sindical vasca. No soportan que desde la cúpula se haga tanto autobombo de los resultados cuando vive en la distancia lo que está sufriendo la plantilla. 

Garaiyurrebaso ha insistido en que actualmente BBVA es sinónimo de precariedad. "Hay falta de medios, de recursos -sobre todo humanos-, de estabilidad y de seguridad. Todo ello ha entrado en los genes de esta institución. Aunque decir ha entrado suena a eufemismo, en realidad lo habéis instalado ustedes", han remarcado desde el ala sindical, que añaden que, aunque el balance lo oculte todo, el grupo se ha convertido en un banco que funciona mal. Desde CGT son de la misma opinión: "No existía causa económica ni productiva para ejecutar el ERE y por ello hemos presentado una demanda, ahora elevada al Tribunal Supremo". Considera que si la gente se ha apuntado -se recibieron 5.216 solicitudes de adhesión"-, es porque nadie aguanta trabajar en BBVA.

Como en anteriores ocasiones, Torres ha respondido a los sindicatos admitiendo que el despido colectivo fue un proceso difícil para todos pero "muy necesario" para la sostenibilidad del empleo en el futuro. El banquero ha relatado los profundos cambios hacia la digitalización que vive el sector y ha recordado que el acuerdo se firmó tras un proceso de negociación consensuado. En todo caso, es consciente del impacto del recorte y de la falta de personal en la red, pero lo achaca en parte a las numerosas bajas por contagios. "El Covid ha provocado desajustes y situaciones de falta de personal que hemos tratado de solventar", ha precisado. 

"Cifras retorcidas y digitalización ficticia"

La plantilla ha plantado cara a la dirección en relación precisamente a la digitalización a la que la banca de forma habitual hace alusión para justificar sus reestructuraciones: "BBVA no es lo digital que hace ver". La realidad de los empleados de las sucursales es que se ven obligados a cerrar una venta como digital cuando todo el proceso ha sido presencial. Y solo por cumplir con objetivos y mejorar las métricas, replican desde UGT. Han asegurado que no existe tanta clientela digital como sus directivos quieren hacer ver: "Dan cifras retorcidas y una digitalización ficticia". En su último informe anual, el grupo con sede en La Vela señala que las ventas digitales suponen el 73% del total de unidades vendidas. 

"Un empleado medio tendría que vivir tres vidas para cobrar lo que ustedes cobran en un año. La escasez solo es aplicable a una de las partes"

Los salarios han sido otra cuestión clave. Torres percibió 7,8 millones de euros como remuneración total en 2021, mientras que el sueldo del CEO, Genç, ascendió a 6,8 millones de euros. "No somos idiotas", han aseverado desde la sección sindical.  Según sus cálculos, los sueldos de los directivos de la entidad son 230 veces superior al salario medio de una persona trabajadora. "Tendríamos que vivir tres vidas para cobrar lo que ustedes en un año. La escasez solo es aplicable a una de las partes", han remarcado.  La representación laboral cree que la "codicia de la dirección es insaciable y ni siquiera se sonroja por ello". 

De forma paralela a las quejas de la plantilla, también intervinieron en el turno de preguntas algunos accionistas para trasladar sus inquietudes con respecto a algunos asuntos de la estrategia y el negocio. BBVA lanzó el pasado mes de noviembre una OPA sobre el 50,01% que no posee de su filial turca Garanti, aún pendiente de que las autoridades emitan su autorización. Su intención era cerrar esta operación antes de que finalice el primer trimestre de 2022, si bien dada las fechas que corren parece poco probable que logre su objetivo. ACB, La Asociación Cuadros Bánca, ha trasladado su descontento con esta decisión, pues considera que resultaba más óptimo garantizar el futuro del banco con inversiones estables, sin salir de Estados Unidos y sin ganar tanto peso en economías emergentes. 

Ni Genç ni Torres se refirieron en ningún momento de la junta a la OPA. Hasta que llegó el turno de responder esta valoración realizada por ACB. El presidente de la entidad ha reconocido la enorme volatilidad de los mercados desde que anunciaron la operación, sobre todo durante las últimas semanas a raíz de la guerra. "Aún así, vemos que los retornos esperados de esta inversión compensan los riesgos de la misma, que no son pequeños", ha precisado. El 'número uno' de la entidad ha indicado que Turquía es un mercado estratégico para el banco, en el que sin duda hay incertidumbres en el campo macroeconómico y desde el punto de vista geopolítico. Sin embargo, el equipo prefiere centrarse en el "enorme" potencial que tiene como país para crecer y sus fuertes lazos comerciales con Europa.

Finalmente, desde la campaña contra la Banca Armada han denunciado que BBVA realice negocios con empresas armamentísticas. Su representante ha relacionado a la entidad con compañías del sector que han recibido encargos de labores de mantenimiento o servicios de vigilancia o reparación para la industria de la guerra. "Ahora hacéis una campaña de lavado de imagen con Ucrania, cuando en realidad se financia la militarización. Las guerras se perpetúan con las armas y los bancos que las financian. Se les debería caer la cara de vergüenza", han acusado. 

Torres ha asegurado que BBVA cuenta con un estricto marco de líneas rojas para el sector de la defensa que aplica en todos los países en los que opera. "Las políticas y los estándares que seguimos son las más exigentes y contamos con asesores expertos", ha indicado el presidente del banco, que ha querido dejar claro que BBVA "ni invierte ni financia a compañías relacionadas con la fabricación, el desarrollo o el mantenimiento de armas controvertidas". 

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