A la espera del plácet de Bruselas

La letra pequeña del tope al gas obligará al Gobierno a 'parchear' el real decreto

El grado de detalle con que Transición Ecológica redactó la norma que recoge el 'cap price' al gas fuerza al ministerio a modificar el texto normativo para introducir las matizaciones que exija la Comisión Europea.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Foro Económico Mundial en Davos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Foro Económico Mundial en Davos
DPA vía Europa Press

El Gobierno se dispone a 'parchear' el real decreto que detalla el mecanismo para capar  el precio del gas acordado con Portugal. La norma que recoge la medida impulsada desde Moncloa, en vigor desde el pasado 14 de mayo, está aún pendiente del plácet de la Comisión Europea, que podrá imponer ciertos cambios en el mecanismo de intervención antes de dar su visto bueno. Pero el alto grado de detalle con que el equipo de Teresa Ribera redactó este nuevo marco legislativo, el RDL 10/2022, obligará al Ejecutivo a acometer un nuevo requiebro regulatorio en caso de que Bruselas exija cualquier modificación.

En Transición Ecológica son conscientes de esta situación y, según distintas fuentes del sector próximas al departamento, los técnicos del ministerio ya estudian cómo dar encaje a las correcciones de Bruselas. Las opción que por el momento gana más papeletas pasa por incluir las eventuales correcciones que requiera la Comisión en un nuevo real decreto, el quinto que habría impulsado la vicepresidenta tercera en menos de un año.

Transición Ecológica aplicó esta misma receta para amortiguar el mordisco a los ingresos extraordinarios de las eléctricas incluido en el RDL 17/2021, aprobado el 14 de septiembre. Fue la primera gran reforma liderada por Ribera que disparaba contra la internalización de la subida del gas en los precios de venta de las centrales no emisoras de CO2. La norma asestaba un golpe multimillonario a los gigantes del sector, cuya presión llevó a la ministra a rectificar. Menos de un mes después, el Gobierno aprovechó la aprobación del RDL 23/2021, un paquete de medidas para proteger a los consumidores vulnerables, para colar su compromiso con las eléctricas. 

Todo hace indicar que el ministerio se verá abocado a recurrir al mismo procedimiento. Fuentes del sector destacan la "elevada complejidad" del real decreto español frente a la norma que ha aprobado Portugal. El socio ibérico del Gobierno ha publicado una ley de mínimos, a la espera de los comentarios de la Comisión. Mientras que Transición Ecológica ha desgranado el mecanismo para intervenir el pool hasta el punto de introducir la modificación técnica de las reglas del mercado, a la que Bruselas aún no ha dado su aprobación definitiva. 

La Comisión Europea está dilatando su luz verde más de lo previsto. El 21 de abril, Ribera indicó ante los medios que la previsión del Gobierno era que el tope al gas empezase a aplicar en España a principios de mayo. Por entonces, el Gobierno todavía negociaba con Bruselas el umbral mínimo para limitar el precio del gas que se emplea para generar electricidad (ciclos combinados), que tras el tira y afloja con la Comisión se acabó fijando en una media de 50 euros/MWh, frente a los 30 euros que propuso la alianza ibérica. 

Las primeras cábalas que baraja el sector limitan el impacto del tope al gas a una rebaja del 5% en la factura eléctrica de los consumidores

En esa misma comparecencia, la vicepresidenta indicó que su departamento estaba trabajando para presentar en Europa una propuesta "lo más robusta posible". El Gobierno tardó más de lo previsto en trasladar el mecanismo de intervención a Bruselas, precisamente, por la complejidad del asunto. De hecho, Transición Ecológica tuvo que recurrir a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para perfilar los detalles técnicos que estaban frenando la negociación, como adelantó este diario.

Las fuentes consultadas señalan que el Gobierno se habría complicado de forma innecesaria al redactar un decreto que "más bien parece una circular del regulador", como demuestra la simplicidad con la que ha abordado el asunto el Ejecutivo portugués. Mientras Bruselas continúa su evaluación, en el sector cada vez son menos optimistas sobre el efecto que tendrá el tope al gas en el bolsillo de los consumidores. Las primeras cábalas sectoriales limitan la rebaja en el recibo eléctrico a un 5%. Una exigua recompensa para los obstáculos que ha tenido que sortear el Gobierno de Pedro Sánchez.

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