CATALUÑA. MARGALLO, ANTE EL DESAFÍO INDEPENDENTISTA: “EL GOBIERNO TIENE DE SU PARTE LA LEGALIDAD Y LA MORALIDAD DEMOCRÁTICA”

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo, considera que ante el desafío independentista encabezado por la Generalitat de Cataluña el Gobierno actuará “sabiendo que tiene de su parte no sólo la legalidad, sino también la moralidad democrática sobre la que aquella se sustenta”.
En un artículo publicado en el diario ABC y recogido por Servimedia, Margallo subraya que España es un “proindiviso”, es decir, “una comunidad democrática que permite ejercer los derechos de manera igualitaria y crear las oportunidades necesarias para que todos los ciudadanos puedan vivir con un bienestar equiparable a cualquier sociedad de nuestro entorno”.
El jefe de la diplomacia española sostiene que “ningún partido, ninguna institución, ningún órgano constituido” tiene asignada la prerrogativa de “disponer de la soberanía atribuida al pueblo español” en el artículo 1.2 de la Constitución, ya que “sólo a éste corresponde decretar su futuro”, atendiendo a los cauces formalmente establecidos.
“Ningún español será expropiado de sus derechos de ciudadanía en Cataluña, y ningún catalán dejará de ser ciudadano en todo el territorio español”, sentencia.
Margallo cree que el anuncio realizado por el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, de realizar un referéndum en septiembre de 2017 supone “un paso más en el estéril y frustrante camino” iniciado por las fuerzas independentistas hace cuatro años cuando su antecesor en el cargo, Artur Mas, decidió, “en un grave abuso de poder, poner todos los recursos a su alcance para forzar la creación de un nuevo Estado”.
“SECECIÓN INVIABLE”
Esto le sirve para lamentar que el independentismo prefiere “consumir las energías de todos nosotros y mantener viva la llama de un proceso soportado en los hombros de una minoría –amplia pero minoría- activa y persistente”.
Por ello, considera su deber y responsabilidad reiterar que la “secesión es inviable”. Refuta las posiciones independentistas desde lo legal al afirmar que no hay ninguna constitución en el mundo que reconozca el derecho de autodeterminación (salvo la de Etiopía y la de San Cristóbal y Nevis), así como que la UE, que prevé en sus tratados el abandono de Estados miembros, “no reconoce la posibilidad de que una región pueda convertirse en nación soberana y pase a ser automáticamente miembro de pleno derecho de la organización”.
Margallo dota de mayor fortaleza a su argumento al aseverar que es doctrina “asumida y pacífica del derecho internacional” que la regulación de autodeterminación prevista por Naciones Unidas está exclusivamente pensada para situaciones coloniales y de grave violación de los derechos fundamentales, “supuesto que es inaplicable a un país democrático y de trazas federales como España”.
"QUIEN ECHA UN PULSO AL ESTADO, PIERDE"
A su vez, presenta a España como una democracia consolidada, con una “fortaleza institucional indudable”, que no tiene trazos de semejanza con la extinta URSS ni con la antigua Yugoslavia sino un destacado miembro de la OTAN, la OSCE, la ONU y el Consejo de Europa. Parafraseando a un ministro del Interior socialista, Margallo sostiene que “quien le echa un pulso al Estado, pierde”.
Por último, advierte de que en 2017 no se debe caer en el error de repetir las “disputas, tensiones y frustraciones” acumuladas desde 2014, lo que le sirve para asegurar que el próximo Gobierno “seguirá abierto a dialogar donde sí puede haber acuerdo y rendimientos prácticos para la sociedad catalana y el conjunto de la española”.
Para que ello sea posible, ve necesario que la Generalitat abandone su “desafío a la legalidad democrática” y regrese a la “concordia” de 1978, “bajo cuyo signo Cataluña y España han prosperado como nunca en su historia”.

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