Operación salvar a Bárcenas: la estrategia de la cúpula del PP en Gürtel

  • Cascos, Arenas y Acebes niegan que el extesorero tuviera capacidad para manejar contrataciones y amañar concursos.
Exministros del PP se desvinculan de irregularidades en el partido y niegan contratos para beneficiar a donante
Exministros del PP se desvinculan de irregularidades en el partido y niegan contratos para beneficiar a donante
EUROPA PRESS

[ActualizaciónLa sentencia de la Gürtel condena al PP y coloca al Gobierno al borde del abismo]

Les acusó de cobrar decenas de miles de euros con cargo a la contabilidad B del PP. Y, durante su larga etapa como gerente y luego tesorero del partido, logró acumular la friolera de 47 millones de euros en Suiza. Sin embargo, la cúpula del esa formación en la época de Aznar, que ha declarado este lunes y martes en el juicio de Gürtel en la Audiencia Nacional, no ha tenido malas palabras para Luis Bárcenas. Según el exsecretario general Javier Arenas, como gerente sólo se ocupaba de "tareas de intendencia como repartir despachos o garajes". "No tengo ningún reproche hacia el señor Bárcenas como gerente", dijo el lunes su antecesor, Francisco Álvarez-Cascos.

Estos dos, junto a Ángel Acebes (también ex secretario general), Jaime Mayor Oreja (exvicesecretario) y el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato, han declarado como testigos a propuesta del propio extesorero. Y a juicio de lo manifestado no han podido defraudarle. Cascos, Arenas y Acebes, los tres ex números dos del partido con los que trabajó, mantuvieron que Bárcenas no podía dar instrucciones para que el partido contratara sus actos y campañas con las empresas de Gürtel. Tampoco para imponer amaños en contratos públicos a favor de determinados empresarios. Todos echaron la culpa a Álvaro Lapuerta, el tesorero anterior que ha sido exonerado del juicio por "demencia sobrevenida".

El lunes, Cascos aseguró que las funciones de Bárcenas como gerente en la época en que ocupó la secretaría general (entre 1989 y 1999) se limitaban a cumplir "las directrices del tesorero", es decir, Lapuerta. Mientras que éste se ocupaba de "todo lo económico", "la elaboración de los presupuestos, de los planes contables, el control de ingresos y gastos, la contratación de personal…". También de la gestión de los donativos que recibía el partido, según manifestó el exministro de Fomento, algo crucial en la investigación de la trama Gürtel. Bárcenas, además, no podía pedir un trato de favor para determinados empresarios, "porque sus responsabilidades eran subordinadas a las de Lapuerta".

Entre los que han declarado este martes, el testimonio más exculpatorio para Bárcenas ha sido el de Arenas, el sucesor de Cascos en la secretaría general del PP. Pese a que Bárcenas le acusó de recibir sobresueldos por 88.944 euros, el cargo y exministro del PP ha reducido sus funciones "a la intendencia, labores administrativas como la de personal, la distribución de despachos y garajes…". Siempre bajo la dependencia jerárquica de Lapuerta. Cuando se le preguntó si era Bárcenas quien decidía qué empresa organizaba los actos de campaña, respondió: "No me consta". "Las cuestiones económicas eran competencia del tesorero", es decir, de Lapuerta.

Arenas reconoció, además, haber tenido "una relación amistosa" con el que fuera gerente del partido. Una relación que se rompió "en 2012 o 2013". Admitió que en marzo de 2010 se reunió con él y con su esposa, Rosalía Iglesias, pero dio una versión distinta a la de esta última en su declaración judicial. Iglesias aseguró ante el juez Pablo Ruz en 2014 que en ese encuentro, al que también acudió Mariano Rajoy, se les dijo que, pese a haber sido obligado a abandonar el partido, Bárcenas seguiría cobrando su sueldo (la famosa indemnización “en diferido”) y dispondría de secretaria, coche oficial y chófer.

Este martes, Arenas ha encuadrado esa reunión en "una conversación humana y amistosa". "La finalidad fue despedir a una persona que había trabajado con nosotros durante muchos años", ha declarado. "Hablamos de cuestiones menores: de la salita donde iba a dejar sus cosas, que podía solicitar un coche al partido si lo necesitaba… Eso es lo que recuerdo de esa conversación", ha añadido. El ex secretario general también ha admitido otro encuentro con Bárcenas en Sevilla en diciembre de 2012 en la que éste le transmitió sus quejas por el trato recibido del partido y calificó de "injusta" su situación y la de Lapuerta, según ha declarado.

La relación del siguiente secretario general, Ángel Acebes, con Bárcenas, no fue de "amistad íntima o habitual" sino simplemente "profesional". El exministro de Justicia y de Interior no ha exculpado a Bárcenas, pero sí ha lanzado varias pullas a Lapuerta, como los que le precedieron. Cuando la fiscal le preguntó si había recibido algún donativo en función de su cargo, lo negó, pero acto seguido recordó que "el responsable de todos los temas económicos era la tesorería del partido", la que ocupaba Lapuerta.

Pese a que reconoció una reunión con el presidente de Libertad Digital en la que este le transmitió que ese medio afín al PP iba a lanzar una ampliación de capital, Acebes descargó también la decisión de comprar acciones sobre Lapuerta y negó que él se lo pidiera. En una de sus declaraciones sobre sus papeles, el exgerente y extesorero del PP dijo al juez Ruz que había sido este ex secretario general el que había reclamado que determinados miembros del partido adquirieran los títulos con cargo a la contabilidad B.

En su declaración ante el juez Ruz, Bárcenas reconoció la autenticidad de sus papeles, que contenían unas cuentas paralelas del partido desde 1990 y reflejaban sobresueldos en dinero negro para todos ellos. Esa acusación tan grave, sin embargo, no mereció contundentes respuestas de los afectados. Los tres ex secretarios generales, junto al exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato y el ex vicesecretario general Jaime Mayor Oreja, que también han declarado este martes, se limitaron a negar haber recibido ningún donativo en efectivo del partido más allá de sus retribuciones.

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