Admite que deben reflexionar

Abascal se queda solo: el duro golpe de Casado cuestiona sus planes para Vox

El fuerte varapalo sufrido en el Congreso y la distancia que ha marcado con el PP afectan en lo personal al líder del tercer partido del país, que no tiene previsto tomar represalias políticas contra sus socios. 

Santiago Abascal, durante la moción de censura
Santiago Abascal, durante la moción de censura
EFE

El debate de la moción de censura ha abierto una nueva etapa en la vida política de Santiago Abascal. El problema es que no es cómo él esperaba. La unanimidad del Congreso contra su candidatura era un golpe que podían prever en Vox, ya que ni uno solo de los grupos parlamentarios abrió la puerta a respaldarle. Lo que no esperaban en el tercer partido de la cámara era un desprecio público tan agresivo como el que les demostró el PP. Pero lo que afectó realmente a Abascal es el rechazo frontal de Pablo Casado contra su persona. Tanto políticamente como personalmente. Lo que abre una nueva etapa en las relaciones entre ambos líderes. Y está por ver si tiene consecuencias políticas. 

Los reproches personales que le dirigió Casado es lo que más descolocado dejó a Abacal, como apuntan fuentes de su entorno. El propio presidente de Vox lo admitió el viernes en una entrevista en EsRadio, donde no ocultó su tristeza por un choque con alguien que fue su compañero de partido y al que conoce desde hace muchos años. "Fui agredido personalmente. Dijo que personas como yo estaban pisoteando el tributo de sangre que había pagado el PP", recordó el jefe de filas de la formación de extrema derecha. Cuando se produjo el episodio, ya dijo estar "perplejo". 

"Más allá de lo que ha dicho, está dolido en lo personal", cuentan fuentes de su entorno. Además, aseguran que Abascal está "bien y desbordado contestando mensajes de apoyo, que ya van por más de 600 solo en su móvil". Pero estas mismas fuentes destacan que el líder "no hará de esto una cuestión política". Por lo que descartan que vaya a haber una reacción en forma de orden a sus autonomías de que retiren el apoyo al PP en comunidades como Andalucía, Madrid o Murcia. Algo en lo que ha insistido el propio líder de Vox, al señalar que no renunciarán a su "responsabilidad histórica" que les ha permitido ser claves para apartar al PSOE de estos Ejecutivos. 

Otra de las derrotas con las que se marchó Abascal del Congreso el jueves fue la de no haber sido el protagonista principal. El culpable también fue Casado, que recibió la felicitación de los partidos del Gobierno y del vicepresidente, Pablo Iglesias, por un discurso "brillante" contra Vox. Lo que podría parecer una victoria para el político vasco, al haberse producido la unión entre su principal rival en la derecha y el Ejecutivo de coalición al que rechazan sus votantes, acabó generando contrariedad entre la bancada de Vox. Esta vez, ni la batalla cultural a la que han aludido en el partido en varias ocasiones les permitió irse con un buen sabor de boca.

Esa soledad de que los 298 diputados que no son de Vox votaran en contra de la moción es algo que ha asumido Abascal. Aunque siempre ha denunciado la "estigmatización" a la que está sometida su fuerza política, ha admitido que tienen que "reflexionar" por no haber logrado que el resto de la derecha les apoyara. "Nos toca entrar en un periodo de reflexión, habida cuenta de que nos hemos quedado solos en un campo político más amplio que el nuestro", señaló en la entrevista radiofónica que concedió. 

Ahora, a Vox le toca asumir el papel secundario que el resto de formaciones le han impuesto. Las negociaciones de los Presupuestos Generales implicarán a todos los grupos del Congreso menos al suyo. Lo mismo ocurrirá con otros asuntos, como la renovación del Consejo General del Poder Judicial o el Defensor del Pueblo. También está por ver si tienen algo que decir en la reforma de las pensiones. Mientras tanto, siempre les quedará la posibilidad de rechazar las medidas y usar la influencia que tienen entre su electorado para hacer ver sus quejas. Lo que ya han perdido es la posibilidad de que Santiago Abascal pueda presumir de ser presidenciable. El presidente del PP le dejó claro que el líder de la oposición era él. El resto de partidos lo confirmaron con su rechazo a la moción. Y con su aplauso a Casado.

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