Bajo presión, la UE trata de superar divisiones frente a la crisis migratoria

  • Los ministros de Exteriores de la UE tratarán este viernes en Luxemburgo de superar las divisiones frente a la crisis migratoria, presionados por la ONU, que pide un reparto de más refugiados, y la chocante foto de un niño sirio ahogado.

La imagen del niño sirio Aylan Kurdi, de 3 años, muerto en una playa de Turquía, se ha convertido en un poderoso símbolo y una formidable herramienta de presión sobre los países de la Unión Europea.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Antonio Guterres, llamó este viernes a repartir al menos 200.000 demandantes de asilo en la Unión Europea, y consideró que todos los países miembros deben estar obligados a participar en el programa.

Según él, "se trata ante todo de una crisis de refugiados, y no sólo de un fenómeno migratorio", ya que la gran mayoría de los que llegan a las costas de Grecia proceden de países en conflicto, como Siria, Irak y Afganistán.

"La situación exige un esfuerzo común masivo que es imposible con el enfoque actual fragmentado" existente en la UE, apostilla el alto funcionario de la ONU.

La cuestión del reparto de migrantes tiene muy divididos a los países de la Unión.

Prueba de ello es que en paralelo a la reunión de ministros de Exteriores en Luxemburgo, habrá un encuentro en Praga de cuatro países del Este (Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa) opuestos a un sistema de cupos.

El presidente del Consejo Europeo Donald Tusk no ocultó el jueves su inquietud frente a la "división entre el Este y el Oeste de la Unión europea".

"Algunos Estados miembros sólo piensan en contener la ola de migrantes, lo que se simboliza en la controvertida alambrada construida por Hungría, mientras otros quieren más solidaridad", lamentó.

Para tratar de superar la crispación creciente entre países europeos, Alemania y Francia lanzaron el jueves una iniciativa común destinada a "organizar la acogida de refugiados y el reparto equitativo en Europa" de esas familias que huyen sobre todo de la guerra en Siria.

En ese sentido, Merkel abogó por unos "cupos obligatorios", y Hollande de un "mecanismo permanente y obligatorio".

El acuerdo franco-alemán pide también "garantizar el retorno de los migrantes irregulares a sus países" y ayudar a "los países de origen y de tránsito".

El primer ministro británico David Cameron, acusado de implicarse poco en la crisis, se ha mostrado también "profundamente conmovido" y podría anunciar este viernes que el Reino Unido acogerá a "varios miles" de refugiados sirios más.

El vicepresidente de la Comisión europea, Frans Timmermans, consideró el jueves que se trata de "una crisis humanitaria y política sin precedentes" y pidió "encontrar respuestas europeas a un problema que no puede ser solucionado de manera individual por los Estados".

Desde comienzos de año, más de 350.000 personas han cruzado el Mediterráneo, y más de 2.600 murieron al intentar llegar por mar a Europa, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

El reparto equitativo de los refugiados entre países europeos es una de las prioridades de la Comisión europea, que se espera revele el 9 de septiembre ante el Parlamento Europeo las nuevas proposiciones.

La Comisión quiere un mecanismo permanente de reparto, y su presidente Jean-Claude Juncker "pedirá a los Estados miembros repartir con urgencia 120.000 refugiados suplementarios en la UE", indicó el jueves a la AFP una fuente europea.

La tarea no será fácil, vistas las grandes reticencias mostradas por numerosos Estados ante una precedente demanda de la Comisión para acoger a 40.000 solicitantes de asilo presentes en Grecia e Italia.

"Nadie quiere quedarse en Hungría, Eslovaquia, Estonia, Polonia. Todos desean ir a Alemania. Nuestra tarea es solo registrarlos y los registramos", dijo el jueves en Bruselas el primer ministro húngaro, Viktor Orban, que expresó su rechazo de los cupos.

Para Orban, el flujo masivo de migrantes amenaza las "raíces cristianas" de Europa.

En Bruselas, Hungría y Austria criticaron a Alemania, que decidió dejar de repatriar a los solicitantes de asilo sirios. El Gobierno alemán encara también tensiones internas, con una multiplicación de los ataques contra los refugiados en la ex Alemania oriental.

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