Barack Obama, ante el reto de ilusionar de nuevo

  • El presidente de EEUU, Barack Obama, tiene ante sí el reto de ilusionar de nuevo tras cuatro años en la Casa Blanca marcados por logros sociales y de seguridad pero con asignaturas pendientes como Guantánamo, la reforma migratoria y encarrilar una economía que no termina de despegar.

Miriam Burgués

Charlotte (EEUU), 6 sep.- El presidente de EEUU, Barack Obama, tiene ante sí el reto de ilusionar de nuevo tras cuatro años en la Casa Blanca marcados por logros sociales y de seguridad pero con asignaturas pendientes como Guantánamo, la reforma migratoria y encarrilar una economía que no termina de despegar.

Acaba de cumplir 51 años, su cabello se ha llenado de canas y su hija mayor, Malia, ha comenzado el instituto, pero sigue siendo el mismo hombre del que Michelle Obama se enamoró cuando se conocieron en Chicago, como ella ha dicho en la Convención Demócrata que acoge Charlotte y donde hoy aceptará formalmente la candidatura a la reelección.

Barack Obama, el primer presidente negro de la historia de EEUU, "conoce el sueño americano porque lo ha vivido", en palabras de Michelle.

Un 4 de agosto de 1961 nacía en Hawai, el estado más joven y lejano del país, un niño llamado Barack como su padre, el economista keniano educado en Harvard Barack Obama Sr., pero a quien le dejó huella su madre, Stanley Ann Dunham, una antropóloga de Kansas.

Tras la separación de sus padres cuando apenas tenía dos años, Obama solo volvió a ver a su progenitor una vez más y el nuevo matrimonio de su madre lo llevó al país de su padrastro, Indonesia, donde se educó en escuelas musulmanas y católicas.

A los 10 años su madre lo envió de vuelta a Hawai, con sus abuelos, para que recibiera una mejor educación. En su adolescencia hubo escarceos con las drogas y estaba más pendiente del baloncesto que de los libros, pero fue un alumno brillante y terminó estudiando Políticas en la Universidad de Columbia y Derecho en Harvard.

Su abuela materna, Madelyn Payne Dunham, fallecida el día antes de su histórico triunfo electoral el 4 de noviembre de 2008 y quien lo quiso "más que a nada en el mundo", lo inspiró a pensar en grande.

Ella "creía en la promesa fundamental del sueño americano" de la recompensa al trabajo duro "y nos resucitó" con su ejemplo, según Michelle, una abogada con la que Obama se casó en 1992 y con quien tiene dos hijas, Malia y Sasha.

Chicago, la ciudad de Michelle, le ha dado mucho al presidente. Allí se mudó en los ochenta y fue trabajador social, luego profesor y defensor de los derechos civiles hasta dar el salto a la política en 1997 con su elección como senador estatal de Illinois.

En 2004, tras ganar relevancia en la Convención Demócrata con un discurso en favor de la reconciliación racial, Obama desembarcó en la política nacional y entró al Senado.

El presidente es "un orador político clásico" y sus mítines de 2008, en la histórica campaña en la que derrotó al republicano John McCain, "fueron algunos de los mejores ejemplos del discurso político estadounidense desde John F. Kennedy", indicó Bruce Gronbeck, profesor emérito de la Universidad de Iowa, a Efe.

"Es reflexivo y mira hacia adelante". Así define Erwin Hargrove, profesor emérito de la Universidad de Vanderbilt (Tennessee), al galardonado con el Nobel de la Paz en 2009 por sus "esfuerzos extraordinarios por reforzar la diplomacia internacional".

Sus convicciones están intactas tras cuatro años en la Casa Blanca y en sus promesas se puede confiar, según su esposa, pero lo cierto es que él mismo comentó recientemente en una entrevista que uno de los mayores errores de su mandato ha sido no saber "conectar" mejor con los ciudadanos.

Obama "perdió la magia de 2008 después de convertirse en presidente", indicó a Efe Allan Lichtman, profesor de Historia en la American University.

A su favor para intentar recuperar de nuevo el entusiasmo de los votantes tiene de su lado que ha sido el presidente que puso fin a la guerra de Irak y, sobre todo, que fue quien autorizó la operación militar que acabó con la vida de Osama bin Laden en su refugio de Pakistán el 1 de mayo de 2011.

También aprobó en 2010 una histórica reforma que establece el seguro médico obligatorio, un logro sobre el que la sociedad estadounidense está muy dividida.

La debilidad de la economía estadounidense, acentuada por un alto desempleo y la crisis en Europa, es hoy el principal enemigo de sus aspiraciones de ser reelegido y permanece como la mayor preocupación entre los votantes.

La polarización en el Congreso entre demócratas y republicanos se ha acentuado durante su mandato y eso ha bloqueado iniciativas de ambas partes para encaminar la economía tras la mayor crisis desde la Gran Depresión.

Además, Obama no pudo cumplir la promesa de cerrar la polémica cárcel de Guantánamo y los hispanos, una fuerza creciente en EEUU, le reclaman que tampoco ha puesto en marcha una necesaria reforma migratoria integral.

Incluso en los momentos más difíciles, "Barack me recuerda que estamos en un juego largo, que el cambio es duro y lento, y nunca sucede de repente pero al final sucede", dice Michelle.

Por eso pide ahora una segunda oportunidad para "seguir hacia adelante", como reza el lema de su campaña por la reelección.

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