El carbón, en el punto de mira

Bruselas estima en 20.000 millones el golpe de las últimas sanciones a Rusia

La balanza comercial entre el Kremlin y el bloque comunitario está muy marcada por las importaciones de energía europeas. El saldo sería positivo para la UE, que sobre todo exporta vehículos y maquinaria.

Cumbre de la Unión Europea en Versalles, Francia.
Bruselas estima en 20.000 millones el golpe de las últimas sanciones a Rusia.
CONTACTO vía Europa Press

Rusia es el quinto socio comercial de la Unión Europea, que importa sobre todo energía y materias primas rusas y exporta maquinaria, vehículos y medicinas, unos intercambios que en 2021 ascendieron a 257.500 millones de euros y se están resintiendo por las sanciones impuestas a Moscú por su guerra contra Ucrania. Mientras que el comercio de bienes con Rusia representa solo el 5,8% de los intercambios del bloque comunitario con el resto del mundo, para Moscú los Veintisiete son su principal socio, responsable de un 37,8% de su comercio mundial. 

Las sanciones económicas impuestas a Moscú desde el inicio de la invasión el 24 de febrero han provocado una caída del comercio a nivel mundial del 2,8% y la UE es la más afectada: sus exportaciones se contrajeron un 5,6% y sus importaciones un 3,4% hasta finales de marzo. Pero según las estimaciones del Intituto Kiel para la Economía Mundial, con sede en Alemania, el golpe ha sido mayor para Rusia, con una caída del 5% y del 9,7%, respectivamente, y el quinto paquete de sanciones aprobado hoy por la UE mermará aún más los intercambios al bloquear el acceso a puertos europeos para los barcos rusos y bloquear el comercio en más sectores, incluido el carbón.

En 2021 la UE importó mercancías rusas por valor de 158.500 millones de euros, de las cuales un 62% fueron productos energéticos por los que los Veintisiete pagaron a Moscú 99.000 millones de euros, sobre todo petróleo (74.000 millones), pero también gas natural (17.300 millones) y carbón (5.400 millones). Los combustibles fósiles son, de lejos, la principal mercancía que la UE compra a Rusia, de quien depende para obtener casi la mitad de la energía que consume. Esto explica la reticencia a sancionar a Moscú con un embargo energético y que el primer paso haya sido el carbón, menos relevante económicamente y más fácil de sustituir. De hecho, de no ser por la energía, los Veintisiete tendrían superávit en su balanza comercial con Moscú en lugar del déficit actual, que el año pasado alcanzó los 69.000 millones.

Pero Moscú también es un importante proveedor de materias primas como hierro y acero, que representaron casi un 5% de las importaciones europeas el año pasado (7.400 millones), madera (3.160 millones de euros, un 2%), cobre (2.400 millones), aluminio (2.200 millones) o plata (2.100 millones). Juntos con los fertilizantes (1.780 millones), estas materias representaron la mayor parte de las compras a Rusia tras la energía, según datos de la Comisión Europea y Eurostat.

Maquinaria, vehículos y fármacos

Las exportaciones hacia el país vecino, sin embargo, son más diversificadas. En 2021 la UE vendió a Rusia bienes por valor de 99.000 millones de euros, una quinta parte de ellos en maquinaria y equipamiento (19.500 millones). Le siguieron las exportaciones de vehículos de motor por 8.950 millones (9 % del total), productos farmacéuticos (8.100 millones, 8,1 %), equipamiento eléctrico (7.570 millones, un 7,6 %) y plásticos (4.380 millones, un 4,3 %). Las sanciones impuestas hasta ahora a Moscú afectan directamente a algunos de los sectores más importantes del comercio bilateral, como el veto a las importaciones rusas de acero, que tendrá un coste de 3.300 millones, o a las exportaciones de equipamiento y partes de aeronaves, que el año pasado proporcionaron 2.500 millones a la UE.

Y la quinta ronda de sanciones comunitarias mermará en al menos 20.000 millones más el comercio entre ambas partes. Bruselas calcula que el embargo al carbón privará de 8.000 millones de euros a Moscú y el veto a importaciones rusas -incluidos vodka y caviar- recortará otros 5.500 millones en ingresos, mientras que el veto a exportaciones europeas de productos sensibles, sobre todo alta tecnología, tendrá un impacto de 10.000 millones para los Veintisiete. A ello se suma el impacto indirecto que tienen en los flujos comerciales el bloqueo de transacciones con bancos rusos, las sanciones a oligarcas y empresas estatales; o la salida voluntaria de grandes empresas de Rusia, entres otras.

La respuesta sin precedentes a la invasión de Ucrania se produce en todo caso tras una década de declive del comercio entre Rusia y los Veintisiete, que en 2011 movía cerca de 297.000 millones de euros, unos 40.000 millones más que el año pasado. La anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia en 2014 provocó una caída de los intercambios, que habían tocado máximos en 2012, con la imposición de sanciones por parte de la UE y la toma de represalias de Moscú, incluido un veto a las importaciones de productos agrícolas europeos. Desde 2016 se había recuperado, pero sin volver al nivel de principios de la década, afectado también por la pandemia de covid-19. La UE sigue teniendo déficit en su comercio de bienes con Moscú, pero este ha pasado de 89.000 millones en 2011 a 69.000 millones.

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