Aragonès insiste en el referéndum 

La fractura entre ERC y Junts desbarata la mesa de diálogo que preside Sánchez

El enrarecimiento en el seno del Govern se acrecienta a pocas horas del encuentro con el Gobierno.  Mientras JxCAT habla de veto, la formación del republicano Pere Aragonès recalca la oportunidad.

Pedro Sánchez
La fractura entre ERC y Junts desbarata la mesa de diálogo que preside Sánchez.
Europa Press

La 'brecha' en el Govern se ensancha. Los preparativos para la mesa de diálogo entre el Ejecutivo español y el catalán han apartado a JxCAT, que exigía la participación de dos indultados del procés, un movimiento que ha dejado 'coja' la delegación catalana para despachar la agenda con Pedro Sánchez. El 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, zanjó ayer rápidamente la polémica ante el 'pulso' de su socio y recalcó que los dos candidatos debían ser miembros del Ejecutivo catalán: "Siempre lo he dejado claro". Así, la fractura se acrecienta ante un 'Junts' inamovible que no modificará la delegación propuesta y que ha señalado a Moncloa como culpable 'oculta' de tal exigencia: "Junts no dejará ninguna silla vacía. Si está vacía es porque estamos vetados y porque Aragonès ha sacado nombres que no eran satisfactorios para el Gobierno Español", ha sentenciado Jordi Sànchez, secretario general de JxCAT y uno de los que se ha caído de la mesa. 

Así, el independentismo se presenta dividido de cara a la mesa de diálogo. Mientras ERC ha insistido en "aprovechar la oportunidad", su socio ha mantenido una postura cercana al president para intentar no dar una imagen de desunión ante el 'enemigo común': Moncloa. En estas condiciones, el tablero del encuentro entre gobiernos se celebra sin una parte del soberanismo catalán, algo que puede pasar factura en el electorado y que legitima a un partido frente a otro como 'portavoz' del independentismo. Una 'baza' con la que JxCAT también juega y se diferencia así frente a ERC, como declara el propio Sànchez: "La parte catalana queda limitada ya que el 52% del independentismo no estará presente en esa mesa. La unidad de esa independencia será mas débil". "Estamos dispuestos a asistir si el presidente de la Generalitat lo quiere, aunque sea en el último minuto".

La formación de Jordi Sánchez ha asumido el 'portazo' de ERC aunque también ha señalado que su posición es inamovible. Y es que, ceder sería "aceptar un chantaje" de Moncloa ya que "en nada ayudaría a la clarificación del conflicto político". Junts ha considerado que no tiene otra alternativa y ha apuntado al estallido de la nueva crisis a la tardanza del presidente del Gobierno en su "juego de incertidumbre". "Creemos en la mesa de diálogo, con escepticismo, pero los nombres los hubiéramos propuesto hace cuatro semanas si él no hubiera abierto la puerta a la especulación", ha afirmado Jordi Sànchez que no se sentará con Miquel Iceta, Raquel Sánchez, Manuel Castells, Yolanda Díaz, Félix Bolaños, Isabel Rodríguez y Pedro Sánchez. 

"La parte catalana queda limitada ya que el 52% del independentismo no estará presente en esa mesa"

El grupo de Jordi Sànchez ha apuntado a Moncloa como 'conspiradora' y ha sugerido que la estrategia de ERC ha cambiado respecto a la anterior mesa. Aunque por un lado Sànchez ha declarado su confianza en los consellers que acudirán a la mesa-Vilagrà y Torra- y lealtad a Aragonès, también ha destacado un claro desconcierto con el president. "Nunca se había aceptado ningún veto. En la anterior mesa, el Gobierno español también apretó para que los miembros fueran del Ejecutivo catalán. La unidad y la fortaleza hicieron que la propuesta catalana fuera clara y que el presidente llamara a una delegación sin aceptar sugerencias de España", ha recordado. Mientras Junts ha apuntado a Moncloa, la 'mano dura' de Aragonès ha caído sobre su socio político, al que ha acusado de falta de "lealtad" y saltarse el acuerdo.

El desgaste se ha sumado a la polémica por la ampliación de El Prat, que dividió hace apenas unos días a ambos partidos tras bloquearse la inversión de 1.700 millones para mejorar la infraestructura aeroportuaria de Barcelona. El vicepresidente Puignerò, de JxCAT, se mostraba entonces descontento con la gestión. Su partido no se opuso al plan cuando se presentó el 3 de septiembre pero el alcalde de El Prat, de En Comú, y otros representantes 'morados' ponían el 'grito en el cielo' al saberse entonces que la extensión de la tercera pista afectaba a la reserva protegida de La Ricarda. El proyecto, en principio confidencial, empezó a difundirse al mismo ritmo que crecían las críticas a la propuesta y Aragonès cambió de postura y se opuso a la ampliación. Se alineaba entonces con En Comú... y ahora En Comú le ha devuelto el favor. Dos polémicas que han aislado a JxCAT.

División de opiniones sobre los asuntos a tratar 

Sobre los asuntos a tratar en la reunión, los equipos siguen trabajando en los contenidos y en el orden del día, asumiendo sus diferencias. Por un lado, el Gobierno quiere hablar de recuperación y de cómo restablecer la convivencia entre catalanes con su 'Agenda del reencuentro' y los independentistas buscan volver a poner en la mesa el referéndum de autodeterminación y la amnistía. Sin embargo, los flecos de la metodología y el orden del día los seguirán trabajando Sánchez y Aragonès en la reunión que mantendrán a solas antes de la de la reunión oficial, prevista para las 15.00 horas, tras lo cual comparecerán ante los medios.

Después, en torno a las 17.00 horas, se reunirá por fin la mesa de diálogo después de más de un año y medio, con Sánchez y Aragonès presidiendo las respectivas delegaciones. No obstante, su intención es participar en el arranque, informar de las conclusiones de su encuentro privado, y dejar después que sigan trabajando los equipos, ya sin su presencia. Se trata de la segunda vez que el Gobierno y la Generalitat tratan de poner en marcha este foro, que celebró su primera y única reunión en febrero de 2020, todavía con el anterior Govern de Quim Torra y poco antes de que estallara la pandemia del coronavirus. Una mesa de diálogo que se ha desbaratado sin su máxima representación independentista pero que sigue adelante buscando conciliar frentes comunes. ¿Conseguirán esta vez llegar a una 'entente cordiale'?

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