Otra tensa sesión de control en el Congreso

Sánchez y Casado se enfrascan por la crisis de Ceuta a 24 horas de llamarse

Gobierno y oposición protagonizan un bronco debate mientras continúa la llegada de migrantes. El PP intenta tender la mano al Ejecutivo mientras el presidente les pide que se decidan: "¿Apoya o no apoya?"

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EFE

Gobierno y oposición han vuelto a enfrascarse en otra sesión de control en el Congreso tensa. Esta vez ha sido a costa de la crisis en Ceuta, especialmente, y Melilla. Está en juego la política exterior con el vecino del sur, Marruecos, que está siendo especialmente duro con España y el Parlamento se muestra fragmentado en un momento clave. No es novedad que PSOE y PP no se pongan de acuerdo en un asunto tan trascendental. Ocurrió en anteriores ocasiones con los papeles cambiados. A ello hay sumar la actitud de Vox, que sigue hablando de "invasión" con Santiago Abascal sobre el terreno.

La sesión arrancó con Pablo Casado tendiendo la mano al Gobierno: "Tiene nuestro apoyo para reforzar" Ceuta y Melilla. Pero rápidamente la entente hablada 24 horas antes se rompió, con Sánchez tildando de "desleal" al líder del principal partido de la oposición. "¿Apoya o no apoya" al Ejecutivo?, le preguntaba una Sánchez visiblemente molesto, una actitud que el PP acusa al avance de Casado en las encuestas.

El presidente del PP ha afirmado que la crisis con Marruecos estaba "anunciada". Se refirió a la decisión de Sánchez de no hacer su primer viaje como presidente al país vecino, al cambio de aliados y a la acogida en Logroño al líder del Frente Polisario, enfermo por Covid. "El caos de su Gobierno es nuestra mayor debilidad fuera", añadió, con duras críticas hacia una política migratoria y una sentencia: "Sin acritud, ha demostrado que le queda grande el Gobierno. Sea humilde y déjese ayudar". "Para nosotros lo único que importa es España", sentenció.

"Siempre ocurre lo mismo", le respondió Sánchez. "Utilizan cualquier calamidad para tratar de derribar al Gobierno de España. Y no lo van a lograr", avisó. Le acusó, como decimos, de "desleal" y le espetó que "queremos saber de qué lado está la oposición" en este "desafío de Marruecos". El jefe del Ejecutivo le respondió con su contundente mensaje de ayer, pactado con la UE, de que va a defender "con todos los medios" la soberanía nacional y la tranquilidad diaria en Ceuta y Melilla. "Yo no he ido a Marruecos con un mapa de Islas Canarias marroquíes", le lanzó Casado al PSOE recordando la visita de José Luis Rodríguez Zapatero al reino alauita en la que posó junto a Mohamed VI con esa imagen.

La actitud contrasta con la llamada que este martes protagonizaron Sánchez y Casado. En el diseño de la respuesta a Marruecos participó, efectivamente, el presidente del PP, que apoyó al Gobierno sin fisuras. Sánchez contó con su 'plácet'. Pero desde el Ejecutivo recordaban que el propio Casado se reunió la semana pasada, vía telemática, con el ministro de Agricultura y Pesca marroquí, Aziz Ajanuch, que es también el presidente del Partido Reagrupamiento Nacional Independiente (RNI). La cita no sentó nada bien en Moncloa, que la consideró una "deslealtad". 

Y es que unos días antes el reino alauita había afirmado que la decisión de acoger al líder del Polisario era "un acto premeditado, una elección voluntaria y una decisión soberana de España, de la que Marruecos toma buena nota y sacará de ella todas las consecuencias". "Las consideraciones humanitarias no justifican las maniobras a espaldas de un socio y un vecino", advertía. Casado dijo que si llega a La Moncloa su primer viaje al extranjero sería a Marruecos. Sánchez no lo hizo y eso molestó a los vecinos del sur.

Tono similar con el Gobierno en Vox. Con Santiago Abascal en Ceuta, el encargado de liderar la oposición ha sido su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros. "Marruecos ha visto que éste es un Gobierno débil", ha insistido. Ha vuelto a hablar de "invasión para tomar la ciudad de Ceuta" y ha repetido que el Ejecutivo "no muestra la firmeza necesaria".

Ciudadanos, por su parte, ha vuelto a situarse del lado del Gobierno. Lo ha hecho Inés Arrimadas, que ha reaparecido después de las elecciones en Madrid. La líder naranja ha afirmado que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, los militares y la Cruz Roja es "un orgullo". Este martes habló con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y le transmitió el apoyo de su partido. Sánchez, por su parte, aprovechó su respuesta para reconocer el trabajo de Marlaska y, eso sí, agradeció "el plus de responsabilidad de Cs".

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